Ignacio Andreychuk
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Es una inyección a esa actividad económica que suma cada vez más adhesiones. Coronda y Sauce Viejo se sumaron recientemente. Las ideas concretas detrás de la teoría de los CCA y cómo es el “método Santa Fe” para desarrollarlos.
Ignacio Andreychuk
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Bajo el lema de que “ya no alcanza con abrir el negocio para vender un producto”, la amplísima variedad de comerciantes que hay en la provincia comenzó a entender y apostar a la idea de asociativismo. Pasaron años hasta que supieron ver la importancia de trabajar coordinados y acercarse a la mesa de las decisiones para hacer valer su posición de valiosos aportantes del Estado. Primero fue Came, luego Fececo, después las autoridades provinciales y locales, pero en definitiva se asumió un rol político frente a la necesidad de abrir caminos, fortalecer el sector comercial y, fundamentalmente, gestionar en forma profesionalizada. Estas son algunas de las bases para el actual desarrollo de los centros comerciales abiertos en la provincia de Santa Fe.
Se trata de espacios integrados que, en la mayoría de los casos, están en proceso de formación, pero que involucran a varios actores. Funciona así: se firma un convenio (Came, Fececo, Ministerio de Producción y comuna o municipio); se detecta un lugar específico de la localidad; se genera un proyecto de intervención urbanística y luego se intenta llegar a un acuerdo para la realización de esas obras.
En ese marco, la figura del gerente de CCA trabaja en acciones de marketing junto a los comerciantes de la zona.
Identificar una zona
Oscar Antonione, director del Programa de Fortalecimiento al Comercio Minorista (Procom) de Came, dijo a este diario que “los CCA representan una manera para gestionar la oferta comercial de las ciudades y comunas. Cada administración tiene una oferta de servicios públicos, sanitaria, educativa y, desde hace poco años, hemos impulsado esta idea de jerarquizar la actividad comercial en las localidades. Así buscamos la gestión del espacio urbano donde la densidad comercial es superior a la media de parcelas. Es decir, donde hay más comercios que residencias en forma proporcional”.
“Cuando hablamos de CCA -continuó- nos referimos a todos los motivos que tienen las ciudades para atraer gente. Oficinas públicas, bancos y diversos espacios donde se transita usualmente. Pero no estamos hablando de dos o tres comercios puntuales sino de todo el conjunto de la actividad comercial que está bajo el paraguas de un mismo nombre, ya sea un paseo peatonal o un centro comercial barrial. La estrategia es que se identifique una zona de compra y no un comercio”.
Esto trae aparejado una serie de modificaciones desde lo urbanístico. Describió Antonione: “Nosotros pregonamos que los espacios sean aptos para caminar, con sendas, accesos, rampas y que, además de la intención de compra, haya lugares para deternerse, tomar un café, tener una reunión, pasear y desplazarse libremente”.
“El otro aspecto apunta a dinamizar la oferta comercial en la zona, con promociones, animaciones y comunicación e imagen para que las áreas comerciales sean eficientes. Por eso, creemos importante que estos lugares estés gestionados desde las entidades que nuclean la actividad comercial”, cerró el dirigente.
Rescatar la idiosincrasia
Horacio Dátola, coordinador de Centros Comerciales Abiertos -jurisdicción Fececo-, comentó que hace un tiempo que trabaja con Came sobre determinadas herramientas que sean aplicables a la idea de desarrollar los centros comerciales abiertos.
“Un caso es Esperanza, donde se trabajó con el programa y se siguió en forma bastante ajustada a lo que la entidad madre de las pymes solicitaba: la figura de un gerente que pueda tener un contacto directo con el comerciante para la realización de promociones y nuevas ideas que sean convocantes”.
“Con el paso de los años -prosiguió- fuimos participando de los seminarios y las capacitaciones para el desarrollo de los CCA. Pero siempre bajo la idea de que eran programas aplicables a las grandes ciudades, con una masa crítica de gente que ameritaba semejante emprendimiento. Toda esta serie de vínculos entre Came, Fececo y el resto de los dirigentes nos hizo ver que la realidad del comercio en esta región del país es distinta a la de ciudades como Buenos Aires, Mar del Plata, Mendoza o hasta la propia Rosario. Por el contrario, se necesitaba algo que tuviera que ver más con la idiosincrasia de las ciudades pequeñas y a las posibilidades que tienen para desarrollarse”.
Entonces se llevó un mensaje totalmente distinto a partir de esas realidades que se detectaron en cada localidad. “El centro comercial tiene tres patas, ya que involucra los municipios desde el punto de vista de la intervención urbanística y la gestión; la entidad que nuclea los comerciales y que establece el vínculo entre todos (el centro comercial); la otra parte es Came, que ofrece la capacitación y planificación para que ese programa pueda concretarse. Todo esto, además, involucra otros actores, como la Secretaría de Comercio Interior y de Servicios, del Ministerio de Producción de la provincia, que tiene un programa de subsidios para el gerenciamiento de los centros comerciales de estas localidades en el ámbito de Fececo. Esto ayuda muchísimo”.
Un comercio más profesionalizado
Adrián Schuck, presidente de la Federación de Centros Comerciales de la Provincia (Fececo), describió a este medio que por los CCA se trabaja hace tiempo junto a Came, los centros comerciales y las comunas y municipios, además de la provincia a través del Ministerio de la Producción. Así forman las cuatro patas para sostener el proyecto.
“Nosotros insistimos con un comercio más profesionalizado. Ya no alcanza con poner un local, abrirlo y vender los productos. Desde las ciudades hay que apuntar a otro tipo de idiosincrasia, con lugares más limpios, con más orden en el sistema de estacionamiento, con mejores luminarias en las cartelerías de los comercios, entre otros aspectos. Hay que pensar en una ciudad como el frente de la casa propia, para que los visitantes estén a gusto. En los lugares donde eso ocurre, las ventas son diferentes, porque el simple hecho de que la gente camina, mira vidrieras y ve promociones. Así se transforma el comercio en el alma de los pueblos y los municipios, comunas y la provincia puedan continuar asumiendo el cobro de los impuestos por esta actividad económica”, puntualizó Schuck.
Aseguró que “la provincia de Santa Fe es la que mejor trabaja sobre centros comerciales abiertos, incluso nos lo dicen desde Came. Sí es cierto que en algunos lugares estamos todavía en el armado de las bases para poder sumarle luego las paredes”. De este modo, agregó, “desde nuestra institución brindamos el apoyo a los comercios para su fortalecimiento conjunto y para seguir combatiendo los formatos ilegales y desleales que tanto daños no hacen. Hoy tenemos una página web a disposición de todos los centros comerciales y de todos los comerciantes de la provincia, donde cada comercio podrá ofrecer sus productos. Es una manera de protegernos también ante la competencia ilegal”.
ANÁLISIS I
“Refundar el comercio”
Héctor Gazzo *
Para nosotros, tener un proyecto de centro comercial abierto es una piedra fundamental para refundar el comercio. Es el puntapié inicial para apuntalar y fortalecer toda la actividad económica y hacer crecer el turismo en la ciudad y la región.
En nuestra zona, todavía resta una mayor explotación turística. Esto servirá para asentar un paseo familiar que involucre a comercios, servicios, espacios verdes y muchas cosas más.
También hay que trabajar sobre la competitividad. La mayor competencia que tenemos es la capital provincial, por ende los comerciantes entendieron la necesidad de tener mejor una a partir de las condiciones de una ciudad más chica, es decir, con precios competitivos.
Destacamos en todo este proceso la predisposición de Came, Fececo, nuestros asociados y las autoridades locales, porque aquí se realiza un fuerte trabajo público-privado. En épocas de vacas flacas, es importante escuchar y analizar nuevas propuestas para salir adelante.
Y en cuanto a los pasos a seguir, Came trabaja en un proyecto de base para la realizar de modificaciones urbanísticas. Este se presentará con autoridades y fuerzas vivas de la ciudad, y luego se podrá poner en ejecución.
Desde nuestro Centro, hace diez años trabajamos en este proyecto. Es la primera administración que se ocupa de este tema, dado que somos los mayores aportantes del Drei y eso influye en nuestra presencia para la toma de decisiones. Notamos que hay un fuerte compromiso social de las pymes y siempre aguantamos hasta lo último por la permanencia de nuestros colaboradores, aun cuando los números no cierran.
* Presidente del Centro Comercial e Industrial de Coronda.
ANALISIS II
“Un CCA involucra un sinfín de ideas”
Julio Cauzzo *
La intención es generar una articulación público-privado. Toda iniciativa apunta a poner al comercio mejor de lo que estamos. Vimos que las autoridades están involucradas e interesadas en poner este plan en funcionamiento y, en ese contexto, pudimos lograr un entendimiento para hacer modificaciones urbanísticas que sean atractivas para los concurrentes y comerciantes de la zona y la región.
De este modo podemos identificar zonas para ponerlo en marcha. Hay varios ejemplos, como el de San Justo, que nos motivan para comenzar a desarrollar el proyecto de centro comercial abierto.
Un CCA involucra un sinfín de ideas: plazas hermoseadas con pantallas solares (puntos verdes), con cargador y dispenser de agua caliente. Educación vial, conducta ciudadana, atención a los visitantes, son aspectos a tener en cuenta para la implementación del centro comercial abierto. En definitiva, se trata de cambiar la idiosincrasia del sauceño.
* Presidente del Centro Comercial, Industrial y Agropecuario de Sauce Viejo.