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La histórica casa de barrio Candioti Sur es una de las pocas que conservan las marcas del Art Nouveau en Santa Fe. Fue la primera vivienda de hormigón armado de la ciudad, con tres niveles y ascensor.
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La Municipalidad de Santa Fe detectó obras irregulares en la centenaria casa Cingolani, ubicada sobre Belgrano 3284 —entre Ituzaingó y Balcarce—, en barrio Candioti Sur, que por su preciosa arquitectura en estilo Art Nouveau es patrimonio histórico de la ciudad.
Los movimientos y trabajos de albañiles sin el debido permiso municipal fueron constatados por inspectores municipales a principios de esta semana, de acuerdo a lo informado por la Directora Ejecutiva del Programa de Obras Privadas, Raquel Wendler, dependiente de la Secretaría de Planeamiento Urbano.
“Pese a que no hubo pedido de obra, el lunes detectamos que se realizaron tareas de albañilería. Había revoques recientes que estaban frescos. También estaban mocheteando algunos vanos”, detalló Wendler. “Así que el martes se notificó a los propietarios que no pueden realizar nada sin autorización”, agregó.
El antecedente más cercano en el tiempo data de principios de diciembre de 2015. En aquella oportunidad la Municipalidad había constatado que la medianera que separaba la casa Cingolani de la contigua ubicada al norte había sido derribada. Además, los obreros habían depositado el material de construcción en el interior de la casa Cingolani. Entonces les exigieron que lo retiren y se ordenó la reconstrucción de dicha medianera. También fue resonante, entonces, el caso de una matanza de unos 30 gatos que habitaban la Cingolani.
Desde entonces, continúan las reformas de la casa lindera a la Cingolani, donde inversores privados construyen departamentos particulares. Mientras tanto, la centenaria construcción espera ser restaurada para volver a cobrar vida.
Su historia, su valor
La casa Cingolani tiene tres niveles y fue construida durante cuatro años por Bautista Baroni desde 1914, a pedido del inmigrante italiano Enrico Cingolani (hermano del reconocido pintor Juan Cingolani, restaurador del Vaticano) y su familia. Así lo atestigua su fachada, que es una de las pocas construcciones de la ciudad que conservan la presencia del Art Nouveau, en la que se lee el nombre del constructor y el año de edificación. Por este motivo, entre otros, fue declarada patrimonio histórico.
La historia cuenta que Cingolani fue un inmigrante italiano que arribó a Santa Fe a los 14 años con nada más que 40 pesos en el bolsillo. Pintaba retratos en la vieja estación de trenes hasta que un día le alcanzó para comprar un vagón cargado de sandías. Así aumentó su pequeño patrimonio y con el paso del tiempo se transformó en un próspero comerciante de la ciudad. Hasta que en 1914 le encomendó a Baroni la construcción de su casa.
La casa Cingolani —una de las primeras de Candioti Sur— fue la primera de la ciudad construida de hormigón armado con cemento traído de Italia, rejas de hierro francés, vidrios ingleses y pisos de granito veneciano. El palacio sobresalía del paisaje de las quintas desde lejos con sus tres niveles de altura. Un eucaliptus en su patio sobrevivió al avance de la modernidad que pobló con cemento el resto de la manzana y barrió sus higueras de higo blanco y sus parras de distintas uvas. En las reformas realizadas por Ángel Stamati en 1940 se le agregó un ascensor.
Con la muerte de su última ocupante en 1993 la casa quedó vacía. Y mientras transcurren los años sigue deshabitada, sumida en el silencio, en medio de un barrio que hoy es bullicioso y muy transitado. En 1999, fue adquirida en un remate por inversionistas privados. Desde entonces hubo algunos intentos de restaurarla pero nunca prosperaron. “Es una pena, la casa es preciosa y restaurada sería increíble”, sentenció Wendler.
La casa de al lado
Desde la Municipalidad se informó que en la casa contigua al norte de la Cingolani continúa en obra y cuenta con habilitación municipal. “Pero durante la inspección realizada el lunes se detectaron trabajos que no estaban contemplados en el permiso de obra. Así que se notificó que se ajusten al permiso y en el caso que quieran modificarlo, soliciten la autorización previa”, señaló la directora de Obras Privadas.
Los constructores cuentan con el debido permiso “para realizar reformas internas ya que la casa tenía un ambiente muy alto —detalló Wendler—. Construyeron una loza a nivel intermedio sobre el volumen preexistente. El objetivo es transformarla en departamentos”.
—¿La casa de al lado también tiene valor patrimonial?
— Su valor patrimonial está dado por encontrarse al lado de la Casa Cingolani, por su vinculación edilicia. Así que cualquier modificación que se solicite realizar es analizada teniendo en cuenta el valor patrimonial de la Casa Cingolani.
— ¿Qué irregularidad se detectó en la obra de la casa de al lado?
— La construcción de un sobretecho por problemas de filtraciones y humedad. Queremos evaluar su altura. Por ello les solicitamos que aporten la documentación a analizar y, si es necesario, se dará participación a Patrimonio. Si bien la obra ya se ejecutó, están a tiempo de acomodarla a lo que se les pida.
—¿Cómo tienen acceso de una casa a la otra?
—En su momento, cuando se vendió la casa de al lado, había comunicación interna a través de los patios. Es bastante particular porque antes todo era un solo lote y lo subdividieron sobre la pared de las arcadas de la Casa Cingolani. Como los propietarios de la Cingolani habían sido los vendedores de la casa de al lado, les permitieron guardar materiales. En ese entonces, la Municipalidad notificó que se debían retirar esos materiales y reconstruir la medianera para separar los inmuebles. Desde entonces ese vano está cerrado y continúan la construcción en la casa de al lado.
—¿Y qué va a pasar con la Cingolani?
— Respecto de la Casa Cingolani no ingresó ningún pedido de permiso de obra y dada la particularidad del valor patrimonial, para realizar cualquier tipo de reforma deberían solicitar un permiso especial y con la intervención de Patrimonio, en caso que se requiera”.