José Curiotto
Como embajador en París, se encargó de aceitar los vínculos entre su ciudad natal y distintos organismos estatales franceses.
José Curiotto
@josecuriotto
Jorge Faurie es un hombre simple, inquieto e inteligente. De esos que logran conjugar el equilibrio poco usual y característico de los buenos diplomáticos: es capaz de ir al grano, de decir lo que piensa, sin que su interlocutor se sienta amenazado.
No parece un hecho casual, ya que se trata de un diplomático de carrera en un país como la Argentina que, por lo general, prefirió que el rol de canciller de la Nación recayera en manos de políticos.
El 21 de junio del año pasado -hace poco menos de un año-, en París se respiraban aires veraniegos. Como anfitrión en la Embajada argentina en Francia, el entonces embajador Jorge Faurie recibió a una misión de funcionarios de la Municipalidad de Santa Fe. Los sentó en una mesa, frente a frente con funcionarios de organismos estatales franceses. “Estamos aquí para lograr acuerdos”, disparó sin rodeos.
Actuó como un embajador eficiente, de un país que había cambiado el signo político de sus gobernantes hacía apenas algunos meses. Faurie era consciente de que en Europa existía enorme expectativa por la Argentina. Pero también sabía que no iba a ser fácil transformar aquellas buenas intenciones en proyectos concretos.
Cuando se refería a la ciudad de Santa Fe, lo hacía con ese tono intimista y cómplice de quien sabe de qué está hablando. Es que el nuevo canciller de la Argentina es un santafesino de pura cepa. Estudió en el Colegio Inmaculada y se recibió de abogado en la Universidad Nacional del Litoral. Cada vez que puede, viaja a la ciudad para visitar a su familia.
En su despacho ubicado en la planta alta de la Embajada, Faurie mantuvo en aquel momento un mano a mano con El Litoral.
- ¿Cuál es su meta primordial a dos meses de haber asumido como embajador en Francia?
- En este primer momento, trabajar fuerte para captar inversiones de las empresas francesas en los proyectos que se están abriendo en la Argentina. En materia comercial estamos tratando de incorporar nuevos sectores en el vínculo bilateral.
- ¿Se abren puertas para la provincia y la ciudad de Santa Fe?
- Esto abre puertas para todos los sectores de la Argentina. Santa Fe es una ciudad que ya tiene contactos con las autoridades francesas porque ha iniciado diversos mecanismos de cooperación descentralizada. Naturalmente ya es un actor que se siente parte de este proceso y se puede beneficiar fuertemente de los proyectos, porque muchos de ellos a nivel nacional tienen que ver con obras en la provincia de Santa Fe.
- ¿Se puede hablar de plazos?
- Ningún resultado en política exterior es de hoy para mañana. Hay que hacer primero un trabajo constructivo. Sobre todo, porque hemos pasado un largo período ausentes de la escena internacional. Nos piden a nosotros pruebas de que realmente vamos a hacer lo que decimos. Quieren ver cómo evolucionamos.
A partir de ahora, el santafesino Jorge Faurie será el principal responsable de liderar esta difícil tarea. La de convencer al mundo de que la Argentina es un país confiable. Nada más. Nada menos.