El Litoral
[email protected]
Se trata de la chica de 16 años que evitó ser acosada cibernéticamente por un cura párroco. Los padres se mostraron conformes tras la reunión.
El Litoral
[email protected]
Monseñor José María Arancedo recibió en la sede del Arzobispado de Santa Fe a Walter Splendiani y Mariela Ibáñez, padres de la menor que la semana pasada intentó ser seducida vía Instagram por Walter René Maggiolo, hasta hace unos días sacerdote de la parroquia Nuestra Señora de la Merced de Monte Vera. Durante la reunión, realizada a pedido suyo, Arancedo confirmó la separación del cura párroco de sus funciones y su reclusión en un lugar alejado, en tanto dure la investigación iniciada para esclarecer el hecho que lo involucra. Así lo manifestó a este medio el propio Splendiani, quien se mostró conforme por la forma y la celeridad con la que ha actuado la Iglesia en el caso de su hija, que tiene 16 años. A su vez, ratificó que Maggiolo será juzgado por la Santa Sede, una de las primeras medidas dadas a conocer por Arancedo después de tomar estado público lo sucedido.
De igual modo, Splendiani recordó que el hecho fue denunciado el 25 de mayo pasado en la Policía de Investigaciones, en la División de Trata de Personas, ubicada en calle Lisandro de la Torre, entre San Jerónimo y San Martín. También mencionó que el arzobispo los instó a que insistan con la denuncia, porque “el caso sigue en pie” y “la investigación interna ya está abierta”. “Lo que sí nos aclaró es que la causa puede llevar tiempo, más allá de lo normal, porque hay menores de por medio... por eso fue derivada directamente a Roma”, detalló luego Splendiani, que ve como algo muy positivo que el sacerdote Maggiolo ya haya sido recluido lejos, a la espera de decisiones canónicas o judiciales, y no esté a cargo de ninguna parroquia.
Gesto de acercamiento
Sobre la reunión mantenida con Arancedo, Splendiani resaltó la loable actitud del arzobispo, porque tuvo con ellos un gesto de disculpas y acercamiento. “Estamos sorprendidos gratamente, no sólo por el llamado del arzobispo, sino en términos generales por la seguridad con la que actuó la Iglesia”, remarcó al respecto. Después, al ser consultado por el estado de su hija (que ignoraba que Maggiolo fuera sacerdote), remarcó que está tranquila, porque sabe que actuó bien. “Sus amigos y allegados le hacen notar eso, que estuvo bien, por haber confiado en nosotros para contarnos lo que le estaba pasando y por enfrentar a esta persona, ya que le dio un corte definitivo a sus intenciones”, agregó el padre de la adolescente de Monte Vera, quien, tal como trascendió en los últimos días, empezó a desconfiar del sacerdote cuando éste le reveló su edad (40 años) y le escribió que estaba “rebuena”.
“Cada uno conoce a sus hijos y ve la forma de tratarlos; en nuestra casa, por ejemplo, no apuntamos a un control estricto, sino a la charla y al diálogo, para generar la confianza en nuestros hijos”. “Nosotros queremos que esto no se vuelva a repetir”, dijo Splendiani en otro pasaje de su explicación, además de dejar en claro que las situaciones similares a la vivida por su hija, deben “hacerse visibles”, para poder prevenirlas y anticiparlas. Por eso mismo, destacó la presencia en el encuentro con Arancedo de dos integrantes de la ONG Grooming, que se encarga de guiar a víctimas de casos como estos, no en el aspecto legal -aclaró- sino en lo social. El grooming es una conducta indeseable, acotó, “en la que un sacerdote puede incurrir porque es una persona como cualquier otra”. “Eso sí, si se equivoca, tiene que hacerse responsable y afrontar las consecuencias”, redondeó.
¿Qué es grooming?
El grooming puede definir e como aquellas conductas y acciones deliberadamente emprendidas por un adulto, con el objetivo de ganarse la amistad de un menor de edad, creando una conexión emocional con el mismo, con el fin de disminuir las inhibiciones del infante y poder abusar sexualmente de él.