Juan Ignacio Novak
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El primer episodio se emitió anoche y continuará cada martes, durante cinco semanas. Es una producción de 2015 que contó con varios santafesinos, entre ellos Milagros Alarcón como productora y Raúl Kreig como parte del elenco. Narra los hechos ocurridos en 1992, cuando un estafador robó 30 millones de pesos al Tesoro Regional de Rosario del Banco Central. Entre las locaciones, figuró el Aeropuerto de Sauce Viejo.
Juan Ignacio Novak
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Este martes se comenzó a emitir en la Televisión Pública la serie “Balas perdidas”. Protagonizada por Luis Machín y Emilia Mazer, contó con producción ejecutiva de la santafesina Milagros Alarcón (junto al rosarino Fernando Gondard) y con la participación en el elenco de los actores, también santafesinos, Raúl Kreig, Claudio Paz, Sergio Abbate, Guillermo Frick y Marta Defeis. El programa fue posible gracias a que el proyecto ganó en 2014 uno de los concursos que por entonces realizaba el Incaa y se rodó en 2015 en distintos lugares de Rosario y en el aeropuerto de Sauce Viejo.
Con libro y dirección de Hugo Grosso, “Balas perdidas” está inspirada en el “robo perfecto” ocurrido en 1992 contra el Tesoro Regional de Rosario del Banco Central. Cuenta la historia de un estafador que aprovecha el momento en que entra en vigor el Plan de Convertibilidad y se alza con un botín de 30 millones de pesos, entonces convertibles a 30 millones de dólares.
La productora Milagros Alarcón (que también se reservó un papel en la serie), dialogó con El Litoral y contó detalles de la propuesta. “Hugo Grosso es ex bancario. Trabajó en el Banco Provincial de Santa Fe cuando todavía era del Estado, por eso tenía mucho conocimiento del caso, que fue muy comentado y entró en el Libro Guinnes. Fue un fraude al Estado, un robo de guante blanco, no el clásico atraco con armas. Fue un ardid telefónico, un engaño al gerente del Tesoro Regional. A partir de eso se investigó, tomando en cuenta lo real pero con una clara idea de ficcionalizarlo, de no quedarse en lo documental. Hay mucho puesto en juego de lo que imaginamos lo que sería la cocina de un robo de esa naturaleza. La premisa es convocar al espectador desde el lugar de poder ser un partícipe de la estructura de lo que es un robo, con esa complicidad que provoca el género policial. Respecto al elenco, la idea fue convocar un grupo bastante heterogéneo. El protagonista es Luis Machín y a partir de su figura convocamos a casi cuarenta actores. Entre los santafesinos está Raúl Kreig, que es uno de los coprotagonistas y tiene una de las líneas principales de la historia. Encarna a un abogado que está en un Juzgado en Buenos Aires que quiere ascender en la carrera judicial y justo le toca este caso. Tiene mucho protagonismo”.
Rodaje intenso
—¿Cuáles fueron las locaciones seleccionadas para el rodaje de la serie?
—En Rosario se consiguió algo grandioso. El Poder Judicial cedió lo que es hoy el Archivo, que es el ex Banco Nacional de Desarrollo (Banade) que había quedado abandonado. Tiene una estructura edilicia muy similar al Banco de Santa Fe, porque son más o menos de la misma etapa arquitectónica, entonces la similitud es notable. Además tiene la parte del Tesoro intacta, con lo cual era una locación perfecta porque tiene todos los elementos propios de un banco. También se filmó en el Aeropuerto de Sauce Viejo, porque si bien la historia transcurre en el Aeropuerto de Fisherton, ese espacio está muy remodelado y actualizado, diferente a lo que era en la época en que está ambientada la serie. En cambio, Sauce Viejo conserva algo de la estructura de los aeropuertos de aquella época.
—¿Como productora, es la primera vez que realizás un trabajo así?
—De estas características, tan grande, sí. Habíamos hecho, también con mi socio Fernando Gondard, una película de Hugo Grosso “A cada lado”, que se filmó en 2005 y retrata historias en torno a la construcción del puente Rosario-Victoria. También habíamos hecho un documental sobre Fernando Birri, “Donde comienza el camino” (2005). Y por nuestra cuenta, cada uno tuvo otras producciones. Pero una serie de estas características, no. Porque en el rodaje fueron dos meses intensos, con muchas locaciones, muchos actores y técnicos, un despliegue muy grande y también todo lo que implica un concurso, es decir, muchas exigencias técnicas y contractuales.
—¿Y cómo te sentiste ante ese desafío?
—En el momento fue complejo, difícil. Pero también la vorágine de tener que resolver sobre la marcha hace que uno pierda un poco la conciencia de la dificultad. A todo le ponemos mucha pasión y eso hace que la dificultad se vaya sorteando como viene. Así que hicimos el trabajo tranquilos, porque el guión era muy bueno, y los actores y técnicos también. Entonces teníamos mucha seguridad. Y todo se fue amalgamando.
La relación con Santa Fe
Milagros es nacida y criada en Santa Fe. Asegura que, a pesar de que su carrera se desarrolló sobre todo en Rosario y Buenos Aires, mantiene con su ciudad natal una relación “muy amorosa”. De hecho, a pesar de que buena parte de su entrenamiento actoral lo hizo en Buenos Aires con Ricado Bartís, decidió trabajar con un santafesino (Edgardo Dib) en la obra teatral “Yo siempre me soñé novela”, donde actúa junto a Gilda Scarpetta, y que se presentó en abril en Latreinta Sesentayocho, en dos funciones a sala llena.
“El ida y vuelta es continuo”, asegura, a tal punto que valoró especialmente haber podido trabajar en “Balas perdidas” con amigos como Raúl Kreig y Sergio Abbate. “Compartir proyectos nos da mucha alegría. No terminamos de tomarlo sólo como trabajo, sino que es como cumplir deseos. Cuando nos encontramos por trabajo es un momento festivo”.
Martes
La serie incluye en total seis capítulos de una hora, que se emitirán los martes a las 23 en la TV Pública. El último episodio tendrá una duración de una hora y media.