Más allá de las manifestaciones de protesta que atestan las calles de Hamburgo ante la reunión del G20, lo cierto es que esta cumbre puede traer aparejados acercamientos importantes. Sobre todo, en un tablero internacional que aun intenta reacomodarse luego de la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos.
Por ejemplo, las delegaciones del Mercosur y la Unión Europea se comprometieron en Bruselas a “avanzar rápidamente” hacia un acuerdo de libre comercio birregional, que ambos bloques negocian desde hace 18 años. Y aquí hay que poner el acento en el tiempo pasado: son casi veinte años de conversaciones más o menos activas según las épocas.
En este caso, luego de tres días de deliberaciones, ambos grupos acordaron un nuevo encuentro entre el 2 y el 6 de octubre en Brasilia, con una previa entre el 4 y el 6 de septiembre en Bruselas.
Es decir que, al calor de estos encuentros y habiendo por fin encontrado “al menos una” agenda común a desarrollar, habrá en septiembre y octubre dos encuentros multirregionales más, por lo que -creen algunos observadores- quizás puedan alumbrarse algo más que buenas intenciones y declaraciones protocolares.
Tanto el Mercosur como la Unión Europea apuran la definición de un tratado con vistas a arribar a la próxima cumbre ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que se llevará a cabo en Buenos Aires, con un texto definitivo acordado. A partir de ese momento, ambos bloques volverían a hacer un intercambio de ofertas de liberación de mercados, donde se encuentra la parte substancial del convenio.
Según informó la Cancillería argentina, los máximos responsables de los equipos negociadores destacaron con satisfacción que se han realizado progresos hacia un acuerdo en varios temas relevantes, a lo largo de los diversos capítulos que forman parte de la conversación.
Los jefes de las delegaciones además mantuvieron reuniones con representantes de la sociedad civil para comentar el estado de las negociaciones y el impacto que tendría el acuerdo.
Mientras la Argentina y el Mercosur procuran ahora ampliar su vinculación comercial para tratar de romper el aislamiento del bloque sudamericano, la Unión Europea procura ocupar espacios en los casilleros que va dejando Estados Unidos, de la mano de la presidencia de Donald Trump. Es que la política exterior estadounidense está mostrando cambios poderosos, que tienen más que ver con repliegues que con participaciones, además de políticas agresivas o que desconocen tratados anteriores.
Por esa razón, el bloque europeo anunció que llegó a un acuerdo de comercio con Japón, que entrará en vigencia en 2019. El anuncio se llevó justamente a poco de comenzar la cumbre del G20 en Hamburgo, donde asiste el presidente Mauricio Macri, con la intención de dar la señal inversa a la de Estados Unidos, cuya política comercial se dirige más hacia el proteccionismo.
Con el correr de los días y los meses, e incluso con la asunción de problemas -bastante más visibles en el bloque sudamericano- puertas adentro, se verá si por fin todos estos esfuerzos decantan en mejoras concretas y éstas finalmente en líneas de acción bicontinentales que permitan beneficios para ambas partes.