Sillas vacías

Mario Cáffaro

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El pasado 22 de junio terminó el mandato de Gerardo Gasparrini como vocal del Tribunal de Cuentas. Era uno de los dos abogados que -como mínimo- exige la ley de Administración para conformar el cuerpo. En octubre finalizará el tiempo de Germán Huber, uno de los tres profesionales en Ciencias Económicas del órgano de control. Desde hace varios meses, están sin ocupar los cargos de Defensor del Pueblo adjunto, tanto para la zona sur como para la norte. Los justicialistas Liliana Meotto y Luciano Leiva se fueron, al cumplirse el plazo impuesto por la ley.

En los cuatro casos, la confirmación de los cargos deberá pasar por el filtro del Poder Legislativo.

Son tiempos de campaña electoral, son tiempos de posicionar candidatos a diputados o a concejales y los cargos pueden esperar. Al lado del gobernador Miguel Lifschitz se admitió que por ahora no irá el pliego de reemplazo de Gasparrini y el vocero no descartó esperar a octubre para enviar también el reemplazo de Huber. Será después del 22 de octubre cuando ya sea tiempo de leer el significado de las urnas. Tampoco está claro el procedimiento de selección que aplicará la gestión Lifschitz para los candidatos del Tribunal de Cuentas. La primera gestión del Frente Progresista cambió la impronta al abrir un concurso con jurado con universidades y colegios profesionales. La de Antonio Bonfatti barrió con otro decreto ese proceso y volvió al acuerdo político con la oposición para ocupar las casillas. Así llegaron el actual presidente, Oscar Biaggione -respaldado por los senadores justicialistas- y Dalmacio Chavarri, ex funcionario de Fiscalía de Estado durante la propia gestión de Bonfatti. María del Carmen Crescimanno va por su segundo mandato e integró los equipos del ex ministro Ángel Sciara en la Municipalidad de Rosario. Huber es un profesional cercano al radicalismo y más precisamente al grupo Universidad. Gasparrini era personal de la planta del Tribunal cuando ganó el concurso.

La política siempre distribuyó los cargos principales en la Defensoría del Pueblo cuya titularidad ejerce hoy el socialista Raúl Lamberto. Los radicales afirman que les pertenece la silla del adjunto zona sur pero el mayor problema fue ponerse de acuerdo entre las diferentes líneas internas para acercar un nombre de consenso a la Casa Gris. Al justicialismo le correspondería el reemplazo de Leiva en la zona sur. El propio Lamberto hizo algunas gestiones para la reelección en vistas del reconocimiento que tuvo el trabajo de Leiva en las distintas defensorías del país.

El gabinete

La etapa de definición de esos cuatro candidatos coincidirá con el recambio de varias piezas del gabinete que deberá realizar Lifschitz. Dos de ellos porque irán a ocupar cargos legislativos. Luis Contigiani es la cara de la Casa Gris en la campaña electoral y varios de los actuales integrantes del Ministerio de la Producción esperan ser el reemplazo al frente de la cartera. Miguel González es senador suplente de Emilio Jatón por el departamento La Capital y deberá ocupar esa banca cuando el actual senador pase a ser concejal. “En el Ministerio de Salud hay equipo” suele repetir el mismo González quien está muy cómodo en la función. Sin embargo, en Rosario, se asegura que será el turno de Leonardo Caruana, el actual secretario del área del municipio.

El resto del gabinete son todas especulaciones aunque la situación más endeble parece ser las de Julio Schneider (Obras Públicas) y Eduardo Matozo (Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva) que llegaron de la mano del grupo radical que encabeza José Corral, hoy con proyecto por fuera del Frente Progresista en la ciudad.

Agosto será el primer paso, pero octubre redefinirá el mapa político provincial y con esa foto, Lifschitz rearmará el equipo, y será tiempo de saber si tendrá resto para su proyecto más ambicioso, la reforma constitucional.