Enrique Cruz (h)
En “Café con Fútbol”, el ex defensor, que ahora dirigirá a la reserva sabalera, habló de aquellos tiempos como jugador y de sus expectativas en este nuevo ciclo.
Enrique Cruz (h)
Es uno de esos claros ejemplos de lo que significa venir a Santa Fe y querer a la ciudad. Marcelo Goux llegó a Colón muy joven, apenas con 21 años. Venía de Huracán, donde no había jugado mucho. “A mí me recomendó Chabay, que me conocía”. El “Buche”, hombre que llevó a Colón a jugar en Primera en 1995, fue su carta de presentación. O mejor dicho, su carta de recomendación. “Era muy pibe cuando llegué y en Colón había unos monstruos. Estaban Medero, Rodríguez Peña, el Flaco Morant, entre otros”, recuerda. Y jamás se olvidará de una linda anécdota.
—¿Estuviste en el plantel que jugó la Libertadores?
—Claro, al poco tiempo de llegar. Yo vine a Colón en el 97, todavía el técnico era Olguín y terminaba la participación del equipo en la Conmebol. Me acuerdo de que el primer compromiso exigente fue aquel partido con Independiente en la cancha de Lanús, cuando clasificamos para la Libertadores, con Orlando Medina. Al año siguiente llegó el profesor Córdoba. El día del partido con Sporting Cristal en el Estadio Nacional de Lima, se lesionó Castagno Suárez. No me olvido más la cara del profe, cuando se dio vuelta y me señaló: “Entrá vos”, me dijo. ¿Yo?, le pregunté. “Sí, vos, y a jugar de 5”... Imaginate... Yo siempre jugué de marcador central... La cuestión es que el Loco Sandoval hizo un golazo de otra galaxia y conseguimos la clasificación para la fase siguiente. Volvimos a la Argentina y teníamos que jugar con Platense. Y el profe me puso de titular. Y de “5”. Lo tenía que marcar al Turco Hanuch... ¡Creo que Hanuch jugó el mejor partido de su vida! (risas).
—Estuviste en dos etapas como jugador y también acompañaste a Mario Sciacqua y al Flaco Morant como técnicos. ¿Qué significa ahora esta posibilidad de dirigir la reserva?
—Siempre digo que el jugador se termina de formar en la primera y que la reserva es una etapa más en esa formación. La reserva es un muy buen laboratorio. Es bueno que los jugadores vayan sabiendo qué es el mundo que se les va a venir.
—Te tocó jugar varias veces en Colón con línea de tres. ¿Harías que tu equipo juegue de esa manera?
—Si la primera no juega con línea de tres, no le veo razón a que lo haga la reserva. De todos modos, el jugador tiene que recibir fundamentos para adaptarse en el día de mañana a cualquier esquema. No se pueden entrenar cinco sistemas en la reserva. Hay que mostrarles patrones y movimientos a los jugadores. Y rescatar otras cuestiones como lo mental, la concentración, la agresividad deportiva y saber lo valioso que se están jugando. Están dando el último paso y no deben desaprovecharlo.
—¿Cómo se hace para inculcarles el sentido de pertenencia a los jugadores?
—Haciéndoles entender que llegar a la primera de Colón tiene que ser un objetivo. Ellos están cumpliendo un sueño y es el de ponerse la camiseta de ese club. Hay que saber anclar en el presente, porque de esa manera se podrán forjar un futuro. No tienen que adelantarse en el tiempo.
—¿Por qué cuesta que salgan marcadores de punta?
—Realmente es un problema que esto suceda. Muchas veces se pensó que el puesto de marcador de punta era secundario, que estaban solamente para marcar y que el club, necesariamente, debía sacar esta clase de jugadores. Y no es tan así. Fijate que River y Boca no tienen marcadores de punta propios y tienen que salir al mercado a buscarlos.
—Con lo cerrados que a veces son los esquemas, los marcadores de punta pueden ayudar a romperlos, ¿no?
—Por supuesto. La primera misión del marcador de punta es marcar, pero deben estar preparados para proyectarse y romper líneas por afuera. Son un factor sorpresa. Y también hay que ayudar a consolidarlos. Colón tuvo a Quilez, quien quizás no tuvo el tiempo o las condiciones ideales para consolidarse, pero jugando en Colón llegó a la selección.
—¿Cuáles fueron los técnicos que te moldearon?
—El Turco Mohamed tenía la particularidad de ver cómo nadie de qué manera se iba a presentar el partido, su lectura era muy buena. Después, Falcioni me enseñó mucho en el aspecto defensivo y en todo lo que era el trabajo de pelota quieta. En Gimnasia tuve a Carlos Ramaciotti, quien por primera vez me hizo jugar en línea de tres y era un técnico que te daba muchos elementos. Y otro que rescato es Pedro Troglio, por su capacidad de motivación y porque es un entrenador ganador.
—¿Cuál es tu idea, trabajar sólo con juveniles o chicos del club, o darle lugar a los profesionales que te pida Domínguez para darles rodaje?
—La idea es siempre darle cabida a los chicos, pero si Eduardo Domínguez me pide que le haga lugar a algún jugador que necesita ponerse bien, ahí está la reserva a disposición. También pretendo que la reserva se convierta en un lugar de mérito, que sea un premio para el jugador que se destaca. Y apunto también a que el jugador que llegue a la reserva, lo haga para quedarse y no bajar más. O sea, hay que empezar a inculcarle este tipo de pensamientos a los chicos, para que cuando den el paso a Primera, sepan que tienen que hacer lo mismo, es decir, subir para nunca más bajar.
—¿Qué opinás del fútbol argentino?
—Que debiéramos estar mejor y que se ha desvirtuado un poco el verdadero sentido del fútbol, que es el de brindar un espectáculo. Hay que defender ciertos valores para que no todo sea ganar o perder. Veo que hay un casete puesto y eso es lo que nos hace perder de vista un montón de cosas que son muy importantes y que tienen que ver con la belleza, con el espectáculo y con el juego en sí, que es lo más importante para mí.
“Conti es distinto”
Sin dudas que habiendo jugado tanto tiempo como marcador central, su opinión sobre el Flaco Conti es muy valedera: “El Flaco mostró regularidad, jugó siempre bien en casi todos los partidos, fue muy sobrio y se nota que es un jugador distinto”, dice Marcelo Goux.
Además, el flamante entrenador de la reserva sabalera destacó a otros marcadores centrales que son de su agrado. “A mí me ha sorprendido mucho Tagliafico, porque de lateral lo pasaron a la zaga y se potenció. También me gusta Maidana, que es un verdadero gladiador, y Pinola, que es un jugador de categoría y experiencia”.