Por Néstor Vittori
Por Néstor Vittori
Es una lástima, que por razones de índole electoral, se postergue o se impida la concreción de obras de utilidad para la ciudad y fuentes de trabajo para muchos desocupados.
La negativa del Concejo Municipal al endeudamiento planteado por el Departamento Ejecutivo, por 300 millones de pesos, que comprende los recursos para una serie de obras públicas necesarias o beneficiosas, constituye la expresión del fracaso de la política en la búsqueda de consensos que representen los acuerdos necesarios para resolver los problemas de la gente.
Esa búsqueda de consensos es una calle de doble mano, donde gobierno y oposición deben hacer las concesiones necesarias para que, si no median descalificaciones significativas a los proyectos, se puedan alcanzar los acuerdos que posibiliten su concreción.
Los proyectos no deben ser propiedad de ninguna fracción ni tampoco obstaculizados por la mezquina evaluación del beneficio electoral eventual, que su realización podría significarle a la gestión municipal de turno, sin medir los beneficios reales que su concreción podría deparar para los vecinos.
Cuando desde distintos ámbitos se reclaman “políticas de Estado” en diferentes planos de la actividad política, como aquellas cuestiones que se entienden beneficiosas por encima de las disputas entre los sectores políticos, nunca resultan más validas que en aquellos planos que impactan en la vida de las personas, como las decisiones y obras municipales.
Pueden existir reparos técnicos -que son siempre subsanables-, se pueden tener dudas en lo financiero -que merecen ser explicadas-, pero de ningún modo se pueden convalidar el obstáculo y la negativa por cálculo electoral.
Mucho más aún, todos los concejales en el marco de las responsabilidades que les otorgó la ciudadanía , deberían evaluar las propuestas con imparcialidad, convalidando y compartiendo las que resulten válidas, haciéndose también actores principales de los proyectos, en lugar de poner obstáculos y obstrucciones al beneficio de la gente. Esto supone no buscarle la quinta pata al gato y superar las chicanas y travesuras de ida y vuelta, que existen y donde no hay inocentes.
El proyecto “Interpuertos”
No me voy a referir a todos los proyectos, porque no los conozco en detalle, pero sí puedo opinar sobre el proyecto denominado “Interpuertos”, que se pondría en marcha con una asignación de 25 millones de pesos.
Este proyecto, que hasta aquí nadie ha objetado y que sin duda será uno de los grandes emprendimientos de la región, por estar enclavado en un nudo de comunicaciones donde confluyen las cargas hacia la ciudad y el resto del país, se transformará en un nudo del tráfico por camión de todo el norte argentino y de los países limítrofes.
Para los que no conocen el proyecto, cabe señalar que el mismo está pensado como una estación de transferencia de cargas de grandes transportes hacia unidades más pequeñas, para el abastecimiento de la ciudad, evitando así la entrada de grandes camiones al ejido urbano; como sitio de depósito de cargas secas y frías en cámaras pertinentes; como lugar seguro para el estacionamiento de camiones en tránsito, de alojamiento y servicios para choferes y vehículos, además de otras funciones complementarias.
El sitio cuenta además con la gran ventaja del aprovechamiento de un punto vial ya existente, como es la Circunvalación Oeste, con los dos rulos de comunicación de Tte. Loza y Monseñor Rodríguez, que de por sí constituyen una importante inversión ya realizada.
El proyecto, que es producto de la inquietud de alumnos y profesores de la escuela técnica de Cabaña Leiva, presentado a la Municipalidad en el marco del programa Proyecto Joven, manifiesta la voluntad de los jóvenes de las barriadas del norte de la ciudad, castigadas por situaciones de extrema pobreza y falta de trabajo, de aportar ideas y promover desarrollos, por lo menos para brindar oportunidades a parte de esa gente, que en muchos casos vive en la más extrema de las miserias.
La viabilidad comprobada del proyecto, los análisis pertinentes de impacto ambiental y el interés manifestado por potenciales inversores ameritan a que se otorgue al municipio la carta de crédito para este desarrollo, que como en el caso de parque industrial Los Polígonos, tuvo un fuerte requerimiento de los espacios y una tasa de retorno acelerada de la inversión pública.
Sería bueno, que la clase política comience a comprender de una buena vez que su misión no es la disputa salvaje por el poder, sino su validación por el servicio a la gente, y que este servicio, al que se accede por la competencia electoral, requiere tener una cuota de grandeza, recuperando las formas de una contienda entre personas civilizadas, con ideales y objetivos.
La sociedad, con su larga experiencia de frustraciones, cada vez comprende y valora más estas situaciones, premiando o castigando a los protagonistas de la función pública según sus prestaciones y servicios.