El Litoral
La mayoría republicana en el Senado de Estados Unidos anunció que fracasó definitivamente en su intento por aprobar un nuevo sistema nacional de salud, por lo que el presidente Donald Trump propuso anoche que "simplemente deroguen" la reforma promulgada por Barack Obama en 2010.
El Litoral
Télam
Después de meses de negociaciones y varios intentos fallidos, la mayoría republicana en el Senado de Estados Unidos anunció que fracasó definitivamente en su intento por aprobar un nuevo sistema nacional de salud, por lo que el presidente Donald Trump propuso anoche que "simplemente deroguen" la reforma promulgada por Barack Obama en 2010.
"Los republicanos deberían simplemente derogar el fallido Obamacare y trabajar desde cero en un nuevo plan de salud. ¡Los demócratas se unirán!", escribió el mandatario en su cuenta personal de Twitter, en referencia a la reforma del ex presidente.
Según versiones periodísticas, el oficialismo se tomaría hasta dos años para formular un nuevo proyecto de ley, lo que significaría esperar hasta después de las elecciones de medio término, en las que se jugarán mantener la mayoría en las dos cámaras del Congreso.
La noticia se conoció anoche, luego que el líder de la mayoría de esa cámara, el veterano Mitch McConnell reconociera en público que no tenían los votos para aprobar la nueva ley de salud.
"Lamentablemente, ya es evidente que el esfuerzo para derogar e inmediatamente reemplazar el fracaso que significó Obamacare no será exitoso", aseguró McConnell frente a las cámaras de televisión, en un intento por evitar un quiebre mayor en su bancada.
El líder republicano había tenido que reescribir el proyecto de ley que aprobó la Cámara de Representantes en mayo pasado dos veces. Sin embargo, nunca consiguió los 50 votos mínimos para aprobarla, pese a que su bancada está compuesta por 52 de las 100 bancas del Senado.
Hasta ayer al oficialismo le faltaban dos votos y la hazaña de una reforma estructural en tiempo récord, sin audiencias públicas y con cero concesiones a la oposición demócrata parecía posible. Pero a última hora otros dos senadores, Mike Lee y Jerry Moran, anunciaron su oposición y se sumaron a la moderada Susan Collins y al libertario Rand Paul.
El gran problema de los republicanos fue que recibieron críticas tanto del lado más radical de la bancada, que pedían menos intervención del Estado y eliminar todo rastro del anterior sistema promulgado por Obama, y de varios moderados, que reclamaban un ajuste menos drástico por miedo a que tuviera un efecto negativo en las próximas elecciones legislativas de medio término el año próximo.
La reforma que establecía el sistema de Obama logró que alrededor de 20 millones de ciudadanos pudieran comprar un seguro médico, pero por otro lado, elevó significativamente el costo de las coberturas para el resto de los consumidores, además de generar un fuerte debate por avalar el suicidio asistido y el aborto.
Por su parte, el proyecto de ley de salud de la era Trump, proponía fuertes recortes al presupuesto de Medicaid y a aquellos programas de planificación familiar, así como también a subsidios personales para ayudar a contratar un seguro médico.
Tras "el segundo fracaso" de los republicanos en el Senado, el líder de la minoría demócrata en esa cámara, Charles Schumer, aseguró que la incapacidad del oficialismo para aprobar su proyecto demostró que "el núcleo de la propuesta era inviable" y los invitó a trabajar juntos en una iniciativa que genere concenso en ambos partidos y que ayude a "bajar los costos personales" y "mejore el sistema de salud" en general.
Según pronosticó la Oficina de Presupuesto del Congreso, un órgano técnico no partidista que analiza todos los proyectos de ley en discusión en el Legislativo, la última versión de la reforma de salud republicana hubiese provocado que 22 millones de ciudadanos perdieran su cobertura médica en los próximos diez años.