El Litoral
"Lo que se hizo fue reconstruir la tráquea y en ese caso no hay riesgos de rechazo", indicó uno de los profesionales que intervino en la cirugía.
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Télam
Médicos tucumanos reconstruyeron en forma total una tráquea a través de una impresora 3D y la implantaron en una paciente que había sufrido la destrucción total de ese órgano, en una operación que se realiza por primera vez en la Argentina y que le permitió a la mujer "volver a llevar una vida normal".
"Lo que hicimos fue crear una tráquea con una impresora 3D con un material biodegradable y la implantamos a nivel del cuello", explicó el jefe del Servicio de Cirugía del hospital, Guillermo Stock, sobre esta cirugía, la primera que se realiza en el país.
La colocación del implante se realizó "hace ocho meses", según explicó a Télam el profesional y destacó que su trabajo "tomó estado público esta semana, una vez que confirmamos que alcanzamos el éxito buscado".
Tras tener la certeza de que el tratamiento es confiable, Stock decidió realizar hace pocos días una operación similar a otra de sus pacientes, aunque "el proceso de recuperación lleva mucho tiempo y por ahora no queremos dar detalles".
El médico aclaró que esta operación no puede ser considerada un trasplante de órgano porque "no estamos sacando un elemento de un cuerpo para colocarlo en otro".
"Lo que se hizo fue reconstruir la tráquea y en ese caso no hay riesgos de rechazo", indicó el profesional, quien resaltó que este operación fue presentada recientemente en un congreso realizado en Cuba .
Si bien el procedimiento es muy costoso, la paciente, Antonia Albarracín, no tuvo que pagar ni un peso porque los gastos de la reconstrucción con la impresora 3D fueron cubiertos por los médicos y la operación se realizó en un hospital público.
El procedimiento, según contó el médico, consistió en la reconstrucción de la vía aérea dejándola estable lo que posibilitó que la mujer recuperara funciones que antes de la operación no podía realizar como hablar, comer e incluso respirar con normalidad.
"Después de la implantación de la tráquea se la limpió en forma periódica porque adentro quedó piel para revestir la prótesis y ahora ella está estable", agregó Stock.
El médico explicó que este tipo de operaciones "sólo es posible cuando el paciente sufrió un daño muy grande en la tráquea y no queda otra alternativa".
Admitió que la utilización de la impresora 3D tiene un amplio campo en la medicina, aunque aclaró que él solo la utiliza para este tipo de operaciones vinculadas con su especialidad.
Con respecto al proceso quirúrgico, el traumatólogo José Urpi dijo al sitio web del Ministerio de Salud que "se colocó parte de una imagen virtual del órgano a reemplazar" y que para eso "se trabaja con un software especial para hacer el diseño y darle forma con una impresora tridimensional".
"Este es el primer caso y es una solución para la gente porque abre un nuevo camino para este tipo de patologías", explicó el médico tucumano.
La paciente, quien es oriunda de Río Chico, localidad del sur de la provincia ubicada a unos 60 kilómetros de la capital tucumana, destacó el trabajo de los médicos y aseguró que la operación significó un cambio trascendental en su vida.
Antonia, con su frágil pero aguda y melodiosa voz, contó a Télam que ahora puede "comer hablar y sobre todo respirar. Por esta oportunidad estoy agradecida a los médicos, porque son unos verdaderos profesionales".
"Del hospital de Concepción, donde vivo, me derivaron al hospital Zanón de la ciudad de Tucumán. Allá fui y me encontré con el doctor Stock y todo su equipo. Cuando me volvieron a poner la tráquea pude volver a hacer todo lo que para mi era muy difícil: comer, hablar y respirar. Estoy agradecida al hospital público", subrayó.
Albarracín tiene tres hijos varones de 25, 23 y 21 años y contó que "estoy mejor y me gusta ir a ayudar en la cocina y la limpieza de la escuela de la zona".
"También voy a gimnasia, me gusta la aeróbica y me pone feliz poder hacerla como antes de enfermarme", explicó la paciente, feliz porque "otra vez puedo prepararle la comida a mis hijos".
El calvario de Antonia, según contó su mamá, Norma Albarracín, comenzó con una peritonitis y cuando los médicos la operaron descubrieron que tenía gangrena intestinal y septicemia, y había tenido un paro respiratorio de diez minutos aunque lograron salvarla.
"Los médicos decían que quedaría con problemas neurológicos por el tiempo que pasó sin oxígeno el cerebro pero gracias a Dios se recuperó y nada de lo que pronosticaron sucedió", indicó.
Sin embargo, como la mujer estuvo dos meses en terapia con respirador artificial "sufrió un problema de tráquea y como no podían cerrar la fístula traqueal que tenía la derivaron al hospital Centro de Salud", indicó su madre.
Allí comenzó a ser tratada por los especialistas, quienes decidieron llevar adelante la operación que se realizó con éxito y abrió una puerta para solucionar los problemas similares de otros pacientes.