Juan Ignacio Novak
El clarinetista será el solista invitado del concierto que se realizará hoy a las 21 en el Centro Cultural Provincial, bajo la dirección de Carlos Vieu. El repertorio incluirá obras de Rossini, Verdi y Pietro Mascagni.
Juan Ignacio Novak
Hoy a las 21 la Orquesta Sinfónica Provincial realizará su concierto de temporada número doce en el escenario del Centro Cultural Provincial (Junín 2457). La cita es con entrada libre y gratuita y el programa estará compuesto por obras de Rossini, Verdi, Mascagni y Puccini. Al igual que en la presentación del pasado 30 de junio, el maestro Carlos Vieu estará al frente del ensamble musical, en calidad de invitado, mientras que como solista actuará el clarinetista Mariano Rey, reconocido por la Fundación Konex. En la previa, El Litoral dialogó con Rey.
—Entre los maestros con los que se formó figuran los reconocidos músicos Gui Deplus, Michael Arrignon y Stanley Drucker. ¿Cuáles son las principales enseñanzas que rescata de ellos?
—Son variadas. En especial, creo que tiene que ver con que son personas que han estado en contacto con el primer nivel musical, tanto directores como solistas y a nivel académico. Entonces, las cosas que se pueden mencionar de ellos tres son el nivel de detallismo, la claridad conceptual y la sencillez. con ellos aprendí que en lo sencillo hay profundidad, que desde la sencillez se obtienen más resultados. Esto tiene mucho que ver con los detalles. Por ejemplo, en la técnica del clarinete uno se la pasa buscando detalles. y por ahí olvida que las cosas básicas son las más importantes, por ejemplo la respiración. Entendiendo esto, uno empieza a ver más profundas las cosas básicas que a veces va dejando de lado porque cree que en la búsqueda de los grandes detalles están las diferencias. En realidad es todo lo contrario, las grandes diferencias aparecen si lo básico está bien cimentado.
—Durante su carrera estuvo en diferentes lugares del mundo ¿Qué mirada tiene de la música académica argentina a la luz de la experiencia de otros países?
—Es complejo. Doy clases desde los 16 años en el Conservatorio de Mar del Plata. Después continué en el Conservatorio Manuel de Falla hasta 2002. y a partir de ahí en el Instituto Superior de arte del Teatro Colón, de manera ininterrumpida. Veo que es que es muy difícil encontrar la figura del verdadero maestro, ese que tiene la pasión, la grandeza, la virtud de compartir y aprender junto con los alumnos. Esas no son cosas que se enseñan y aprenden, son cosas que se sienten. los conceptos y tecnicismos se pueden leer, pero estas otras cosas que mencioné no son parte de lo que uno aprende, son parte de lo que uno lleva en el ADN. y los grandes maestros hacen a las grandes instituciones. Esto pasa a nivel mundial. Hay grandes instituciones que cuentan con un gran maestro de renombre y de cepa y otros profesores. Yo tenía un colega que decía que la enseñanza era un negociado. Discutía con él porque yo entiendo que la enseñanza tiene que ver con la pasión y el amor, entonces no comprendía por qué él decía lo del negociado. Claro, yo tenía 19 años. con el tiempo entendí a qué se refería. Hay mucha gente que no tiene la capacidad de enseñar y no puede comprender la diferencia entre pasar un concepto y lograr que el otro llegue al máximo de su capacidad. Siempre digo que enseñar tiene que ver con llevar al otro a su máxima capacidad posible. No somos todos iguales, por ende, no tenemos todos la misma capacidad. Pero muchas veces al lado de un gran maestro uno descubre que tiene capacidades extra. y sólo un gran maestro logra sacar a la luz esas habilidades ocultas. Para mí el maestro es todo para un alumno. Creo que los buenos maestros concretan que sus alumnos estén en los mejores lugares del país, en las mejores orquestas y los mejores cargos.
—Integra, entre otras agrupaciones, el Trío ZAR. ¿Cómo es esa experiencia, relacionada con el tango?
—La relación con el tango proviene de tocar música popular. Yo vengo de familia de músicos, mi abuelo y mi papá tocaron música popular, lo mismo que yo, con el saxofón y el clarinete. y esto tiene que ver con el jazz y la música popular en general, el tango también. Cuando llegué a Buenos Aires a los 19 años, de alguna manera, lo abocado que tuve que estar a la Sinfónica Nacional y la Filarmónica, hizo no que me alejara, pero sí que me tuviera que concentrar fundamentalmente en la música clásica. Pasados los años, cuando uno se va reinventando y va cursando etapas, volví a la música popular y al tango. y encontré un valor muy grande al estar en el trío Zar, con compañeros especialistas en el tango. Así que esta cuestión de reinventarse y de ir por más tiene que ver con el aprendizaje, con estar al lado de grandes músicos como César Angeleri y Cristian Zárate. Aprender el
—Su labor educativa lleva casi treinta años. ¿Qué aportes le brindó para su desarrollo como músico profesional?
—Forma parte del todo de un artista. Uno aprende de los alumnos y aprende sobre todo el cómo llegarle a un alumno. y eso tiene que ver con cómo llegar a uno mismo también. La verdad de enseñar tiene que ver con estar siempre actualizado, con ir por más, por sacar el máximo del otro. y esto termina aportando al conocimiento de uno. Enseñar te mantiene al día, para que siempre estés con ganas de aprender.
Programa
El repertorio de la Sinfónica previsto para este viernes incluirá la obertura “La Gazza Ladra”, Introducción, tema y variaciones para clarinete y orquesta y obertura de la ópera “La italiana en Argel” todas obras de Gioachino Rossini. También serán interpretadas las oberturas de las óperas “Luisa Miller” y “La Fuerza del Destino”, de Giuseppe Verdi y el intermedio de “Caballería Rusticana” de Pietro Mascagni. “Estos compositores pertenecen a la Italia más rica musical, que dieron un aporte más que significativo para la historia de la música”.