El Litoral
Es una iniciativa de campaña del presidente Macron. Se busca transparentar los gastos parlamentarios y la financiación de partidos políticos.
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Télam
El Parlamento francés prohibió definitivamente, y luego de numerosos escándalos, que los diputados contraten a familiares como asistentes, una medida que forma parte de la ley de "moralización de la vida pública".
A instancias del presidente Emmanuel Macron, que durante la campaña electoral se había comprometido a hacer reformas, el Parlamento francés aprobó, con el voto positivo de 386 diputados, la primera parte de un paquete de medidas tendientes a transparentar los gastos parlamentarios y la financiación de los partidos políticos.
El miércoles último, el senado ya había dado luz verde a la primera parte de un paquete de medidas contra los conflictos de interés, que también alcanza a los ministros, a los senadores y a los cargos públicos locales, e impide la contratación de la familia más cercana (cónyuge, padres e hijos, así como los de la pareja).
No obstante, el texto deja la puerta abierta a las personas que únicamente tengan un "vínculo familiar" a partir del segundo grado, a condición de que los diputados lo declaren por escrito, informó la agencia de noticias DPA.
La práctica de emplear a familiares como colaboradores parlamentarios provocó una tormenta política durante la campaña electoral que antecedió la llegada de Macron al poder, cuando la revista Le Canard Enchainé hizo saber que el candidato conservador Francois Fillon había empleado a su esposa y a sus hijos en el Parlamento sin asignación clara de tarea alguna.
Con la presentación de esta iniciativa, el gobierno liberal de Francia busca recuperar la confianza en la política con reglas claras de gastos.
Se prevé que la segunda parte del paquete sea sometida a votación, probablemente la semana que viene, e incluye la intención de acabar con la llamada reserva parlamentaria, unos 146 millones de dólares que los diputados pueden repartir según su criterio, por ejemplo, en proyectos en sus distritos electorales, algo en lo que diputados y senadores no lograron ponerse de acuerdo.