Redacción de El Litoral
Domínguez no está convencido de traerlo. Vignatti tuvo una comunicación con él.
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“En Colón jugaría gratis”, disparó Brian Fernández. Y el hincha de Colón lo tomó. Y abrió los ojos, “paró” las orejas y se puso a pensar seriamente en la posibilidad. Lo mismo le pasó a los dirigentes. El propio jugador levantó el teléfono y llamó a Vignatti. ¿Qué le dijo Vignatti?, nada. No dará un solo paso sin contar con el consentimiento del técnico. Ya pasó con “Cachete” Morales. Vignatti lo tenía cerrado desde hacía un tiempo, pero esperaba el visto bueno de Domínguez. Después del amistoso del sábado con Sportivo Belgrano, Vignatti le dijo al técnico por Morales.
—¿Qué hago, Eduardo? -fue la pregunta de Vignatti.
—Tráigalo, presidente -le contestó Domínguez, y a las pocas horas se anunciaba oficialmente la incorporación del talentoso volante, una alternativa que tendrá el DT si quiere jugar con un enganche.
Acá pasa exactamente lo mismo. Hay, desde la dirigencia, una tentación a traer a Brian Fernández. ¿Quién lo puede negar como jugador?, nadie. Ni siquiera Cocca, el técnico de Racing que le bajó el pulgar. Es que sus permanentes ausencias hicieron que se cansara. Había faltado a un par de entrenamientos y lo llevó a Medellín, la semana pasada, como “castigo”. No lo llevó ni al banco frente al DIM. Después, ya de regreso, volvió a faltar. Y ahí llegó la decisión final de Cocca.
Domínguez no lo expresó públicamente, pero extraoficialmente se sabe que tiene sus reservas. Mejor dicho, está más por la negativa y hasta pretende un jugador de características distintas para reforzar el ataque.
Muchas veces, en el mercado de pases, surgen posibilidades que hacen caer lo planificado. Por ejemplo, la aparición de un jugador que, por peso propio, no se le pueda decir que no, en un puesto en el que no haya tantas necesidades. Acá se dan las dos cosas: Colón busca un delantero más y Brian Fernández es un nombre que seduce por sí mismo.
Así están planteadas las cosas. Queda esperar para ver de qué manera se desenvuelven los acontecimientos. Algunos “tiran” para el lado de que venga a Santa Fe y juegue en el club del cual es hincha. La pelota ahora la tiene el técnico.
Por su parte, en las próximas horas se producirá el arribo de Alexander Domínguez, quien se someterá a la revisión médica y firmará el contrato con el club, que será a préstamo por un año.
En la búsqueda de un delantero más, el nombre de Lucas Albertengo sigue sonando fuerte en Santa Fe y daría la impresión de que los dirigentes y Domínguez aguardan una decisión de Independiente respecto del refuerzo que busca para el ataque. Albertengo marcó el gol que le dio la victoria ante Iquique por la Sudamericana y la clasificación para la fase siguiente. Sin embargo, al término del encuentro, Albertengo dijo que “estoy muy cómodo acá, me siento a gusto en el club y con mis compañeros; uno siempre prioriza el lugar donde está y después se verá, si no me echan voy a seguir acá”.
Otro tema a resolver es el de Nicolás Silva. La situación se extendió demasiado. A Domínguez le interesa que el jugador vuelva a su plantel. Él —Silva— y su representante adujeron que el telegrama de renovación y uso de la opción no llegó a tiempo. En Colón, dicen que fue enviado en tiempo y forma. La situación se fue encarajinando y en un momento se pensó que ya estaba totalmente descartado su retorno. Ahora, cobra fuerza otra vez. El jugador declaró en las últimas horas que quiere volver a Colón. Está esperando un llamado y, mientras tanto, se entrena solo. La pregunta es: después de todo lo que pasó, ¿qué hará Vignatti?, ¿lo llamará o esperará que surja una mejor opción?
A todo esto, el plantel permanecerá en Buenos Aires hasta este sábado, ocasión en la que enfrentará a Boca en la Bombonera, a puertas cerradas, tras lo cual emprenderá el viaje de regreso a nuestra ciudad.
Sólo cuatro partidos en 2017
La historia de Brian Fernández se remonta a los dos controles antidoping positivos, uno ante River por el torneo local en mayo del 2015 y otro la misma semana ante Guaraní de Paraguay por la Copa Libertadores.
Tras estos episodios, la Fifa había solicitado dos años de suspensión, mientras que la Conmebol le había dado uno. Finalmente, el TAS resolvió que el castigo final al jugador sea en total de un año y medio, por lo que recién pudo volver a las canchas de manera oficial el 9 de enero de 2017.
Tras realizar un tratamiento ambulatorio en la Argentina, el jugador viajó en abril del año pasado a la ciudad de Tijuana, en México, para internarse en una clínica de rehabilitación de las drogas.
Este año, se quedó sin pretemporada por llegar tarde a la partida del grupo y luego, en marzo, escapó de un control policial. Este año jugó cuatro partidos, siempre ingresando desde el banco. “Es un buen chico, hay que ayudarlo”, dijo Sergio Víttor, su compañero en Racing.