Redacción de El Litoral
En los últimos ocho partidos oficiales, Colón sólo marcó cuatro goles y eso refleja el pobre presente y la necesidad imperiosa de recuperar contundencia. River tuvo un “manotazo de ahogado” en el final de la historia de la salida de Alario, que hoy se va a Alemania.
Redacción de El Litoral
Con la eliminación consumada de la Copa Argentina, Colón se dispone a poner todos los sentidos en la Superliga y tendrá el viernes un rival que perdió en la primera fecha y necesita sumar puntos para no sufrir en la tabla de promedios: Arsenal.
Para conseguir el objetivo de la victoria, los rojinegros tendrán que recuperar potencia goleadora. De los últimos 8 partidos, Colón sólo marcó cuatro goles: uno con Gimnasia, dos con San Lorenzo y el de Sandoval ante Rosario Central. Muy poco para un equipo que tiene material suficiente para adquirir protagonismo en el trámite de los partidos y llevar esa supremacía a la red rival.
Lograr poderío ofensivo es una de las premisas que tiene Domínguez como objetivo. Diego Vera es el jugador más importante que tiene en ese lugar de la cancha —y el más cotizado— pero el viernes, el técnico decidió dejarlo en el banco de suplentes y apostó a la dupla juvenil Leguizamón-Sandoval. Además, volvió Ledesma y de a poco empiezan a meterse en el equipo los otros jugadores que se sumaron a último momento, caso Facundo Silva, el “Monito”, y Leonardo Heredia, que son volantes, “utilitario” el primero y de neto corte ofensivo el segundo.
Tiene Domínguez material suficiente para que el equipo empiece a mejorar. Fue superado y consiguió un meritorio empate en casa contra Rosario Central y luego sucumbió en la Copa Argentina ante un Huracán que hizo algo más, ofensivamente hablando, y se encontró con el “regalo” del penal cometido por Ortiz, que Wanchope Abila se encargó de cristalizar en la red.
Ni Lucas Albertengo llegó a Santa Fe ni Diego Vera se fue a San Lorenzo. El plantel quedó definido de la manera en que está y quizás, para Domínguez, el único “reproche” para la dirigencia haya sido la no llegada de Albertengo, aunque no podrá cuestionar el esfuerzo que se hizo. Más todavía: Colón estuvo dispuesto a pagar un alto porcentaje del pase del delantero, con un dinero muy importante de la venta de Alario; sin embargo, Independiente aumentó la cotización y pretendió una suma que Colón no estuvo dispuesto a abonar, enterado de la gestión del Bayer Leverkusen por ejecutar la cláusula de rescisión de Lucas Alario
El no final de Colón
La salida de Alario y todo lo que se creó en torno a la famosa cláusula de rescisión —que los clubes firman a su favor para resarcirse en el caso de que los jugadores pretendan terminar anticipadamente el contrato— tuvo un capítulo final con la arremetida de River, ofreciéndole una buena suma de dinero a Colón para que se desactive la operación con el Bayer, aparentemente bajo la promesa de recurrir a la Fifa para dejarla sin efecto.
Ese fue el motivo por el que el presidente Vignatti regresó de Buenos Aires y pidió una reunión urgente con abogados e integrantes del órgano fiduciario, al margen de tener en permanente contacto a los dirigentes para conseguir su aprobación, a los efectos de darles a conocer esta oferta que, totalmente fuera de término y en forma tardía, realizó River para comprarle a Colón el 40 por ciento del pase.
En las charlas que El Litoral sostuvo con José Vignatti en los últimos tiempos, fue recurrente hacerle la misma pregunta: ¿Ofreció River la compra del 40 por ciento que tiene Colón de la futura venta de Alario?. Y la respuesta fue siempre negativa. River se “jugó” a que Alario no se iba a ir y que, pasado el 30 de junio de 2018, sólo iba a tener que indemnizar a Colón con el 1.600.000 dólares que se había pactado en su momento.
Sus mismos dirigentes —los de River— firmaron la cláusula de rescisión de 18 millones de euros netos. Cuando a Alario lo vinieron a buscar de China, al jugador no le satisfizo la oportunidad porque se trata de un mercado futbolístico de segundo o tercer nivel. Pero esto de la Bundesliga fue muy distinto. A la oferta la terminó de redondear Pedro Aldave, ahora apellido no querido en River. Y para Colón fue una muy buena noticia, ya que si bien no percibirá los 7.200.000 euros que debería, la cifra ronda los 4 millones de la moneda europea y ya implica un negocio redondo para el club.
Alan Ruiz: sólo un sondeo
De acuerdo a las informaciones que llegan desde Europa, lo de la Sampdoria con relación a Alan Ruiz fue un sondeo y ahí quedó. Aparentemente, los italianos estaban dispuestos a pagar 20 millones de euros, pero fue sólo un amague.
Los diarios de Portugal indican que los dirigentes de Sporting de Lisboa no estaban dispuestos a cederlo teniendo en cuenta las pocas opciones que tiene el equipo del medio hacia adelante y un pedido del entrenador para no desmantelar el plantel.
En el caso de que Alan Ruiz se venda, a Colón le tocará el 10 por ciento. Si la oferta es de 20 millones, como se señaló desde Europa, 2 millones le corresponderá a Colón, según el contrato que se firmó cuando la directiva que presidía Enrique Ariotti produjo la venta del futbolista al club portugués.
Enrique Cruz (h)
Ahora, River patalea y “crucifica” a Lucas Alario porque con el dinero del Bayer Leverkusen, ejecuta la cláusula de rescisión que el propio club le puso. Bien vale la pena hacer un pequeño repaso de cómo se dio todo, para entender mejor las cosas.
Cuando River lo compró, la operación estuvo a punto de desactivarse por aquella famosa revisación médica. Colón se lo llevaba a Independiente, cuando sonó el teléfono de Godano y el de Villanueva (presidente y secretario que se la jugaron en su momento poniendo el gancho a sabiendas de que podían ser criticados por la operación), para que el pase se haga a River porque Gallardo lo quería a Alario sí o sí, a pesar de su rodilla supuestamente lesionada (situación que no apareció cuando el médico alemán se la hizo hace algunos días).
River impuso condiciones en aquella operación, Colón también las suyas y se terminó haciendo un negocio en el que el club santafesino compartía el riesgo. Alario empezó a hacer goles y todas las acciones de River estuvieron dirigidas en un solo camino: el de persuadir al jugador ofreciéndole todo para que se quede, al menos, hasta julio de 2018 con el objetivo de que ese 40 por ciento de Colón sea los 1,6 millones de dólares firmados en 2015 y no más.
River cometió tres errores: 1) nunca le hizo una oferta a Colón, superior a ese monto, para comprarle el 40 por ciento; es muy posible que Colón le haya dicho que sí; 2) le puso una cláusula a Alario y después se dieron cuenta que era baja; 3) no anotaron a nadie, no hicieron gestiones por nadie y en pocas semanas se quedaron sin Driussi y sin Alario, los delanteros titulares, en plena disputa de la Copa Libertadores y a días del inicio del campeonato.
Todo lo que River intentó después, fue tardío. Sobre todo, persuadir a Colón para intentar que todos queden mal con los alemanes, con Alario y con algo de lo que River se tiene que hacer cargo, porque fue lo que firmó.