Luis Rodrigo
Luis Rodrigo
La conducción política y técnica de la Empresa Provincial de la Energía -léase los funcionarios de la Casa Gris y de la propia EPE- piensan que deben prepararse para un escenario impensado en materia tarifaria y financiera en el país: la normalidad.
Luego de casi una década de distorsiones ciclópeas respecto de los costos en generación, de originalidades como el cepo al dólar y de unos niveles de inflación intolerables, podría suceder que esas variables en 2018 -o aún más adelante- se aquieten (aún sin reactivación) y que otra vez resulte clave el endeudamiento barato para la inversión en infraestructura.
Quienes toman decisiones en la empresa -cuya demanda supera a países vecinos como Uruguay, Paraguay o Ecuador- suponen que el acceso a la financiación que ofrece el futuro puede dejar al desnudo el Talón de Alquiles de la EPE.
El pronóstico es que habrá crédito barato en el mediano plazo y que mientras otras compañías administradas por privados (como Edenor y Edesur, que desde hace años cotizan sus acciones) van a poder acceder con naturalidad a esos recursos, si no se cambia la legislación, a la EPE va a resultarle bastante más difícil.
Las leyes con las que hoy funciona la compañía estatal le impiden tomar una deuda. Y de hacerlo, como cualquier otra repartición pública, se necesitaría de la sanción de una ley. Obviamente, el proceso para la sanción de una norma, aún con la Legislatura comprometida en actuar de la manera más expeditiva, implica muchísimo más tiempo que lo que dura una reunión de Directorio.
Preocupaciones de esa naturaleza guían hoy el debate sobre qué hacer con el gigante que es la EPE respecto del proyecto de ley que el gobernador Miguel Lifschitz enviará a las Cámaras. Debe definirse su marco regulatorio, un ente regulador que no estará en la órbita del Enress (cuya autonomía real se discute fuertemente), y sobre todo respecto de la eventual modificación de su figura jurídica.
¿Seguirá siendo la EPE una empresa provincial? ¿Conviene convertirla en SA como ocurrió con Aguas? ¿Una Sociedad del Estado garantiza que privilegie a la energía para el desarrollo económico y social de los santafesinos?, las preguntas aún no tienen una respuesta oficial pero la secretaria de Energía, Verónica Geese, espera poder enviar ese proyecto a la Legislatura en no más de un mes.
Mientras tanto, un ejemplo de cómo el gigante tiene atada -al menos en parte- su potencia. Según confió el titular de la empresa, Raúl Stival, a un grupo de periodistas, este año se exploró la posibilidad del leasing (ya que el endeudamiento está vedado legalmente) para comprar vehículos. Pese a que la empresa maneja cada mes unos .000 millones, quienes cotizaron ofrecieron unidades por apenas $ 8 millones.
En 2017, la EPE invertirá en total .115 millones, que podrían ser muchos más si contara con una financiación acorde a las cifras que mueve.
Más datos
Como con todo gigante, un movimiento imprudente suyo, alguna torpeza, puede generar desastres. En medio de la crisis económica y el tarifazo que desencadenó la actualización tarifaria en generación (con el nivel mayorista, a nivel nacional), la EPE se propuso no agregar nafta al fuego.
Cada caso se estudia en detalle, porque las tasas que hoy ofrece la EPE a sus deudores son mucho más bajas que un descubierto bancario. Y las empresas en problemas lo saben.
En el último año y medio, ya le tendió préstamos, condiciones excepcionales y otras prerrogativas a más de 50 empresas que pidieron auxilio. Se estima que los planes de pagos le demoran a la EPE el cobro de unos millones.
Un ejemplo: Mefro Wheels, que ni siquiera era cliente de la EPE. La fábrica de llantas compraba energía mayorista en el mercado eléctrico nacional y cuando el generador le levantó la palanca, una llamada del ministro de la Producción, Luis Contigiani, puso a la EPE a brindarle el servicio, sin que debiera detener sus procesos productivos. ¿Hubiera sido posible una decisión tan política con otra figura jurídica en la empresa? Eso es lo que se discute. De lo que no se duda es que si fuera privada la respuesta hubiera sido no.