Por Pablo Rodríguez
El costo de implantar el chip es de $ 80 y el dueño de la mascota sólo abona la colocación. "Cachirula" fue la primera perra en recibir el implante,
Por Pablo Rodríguez
Desde hace unos días, la localidad de María Teresa, en el departamento General López, puso en marcha un novedoso operativo para control sanitario de mascotas. Se trata de la colocación de chips bajo la piel del animal, cuya función principal es la de localizarlo en caso de extravío, notificar si fue encontrado o bien realizar un reporte de vacunas al día.
El costo de implantar el chip es bajo. Ronda los $ 80 y el dueño de la mascota sólo abona la colocación. En el caso de los perros callejeros, ese monto lo afronta la Comuna.
Al respecto, el vicepresidente comunal, Julián Palarich, dijo que la medida forma parte de un plan macro que abarca además la castración de los animales. Es por eso que ahora cuentan con un área específica, que se desprende de salud pública y a la que se le otorgó un presupuesto para su autonomía.
“Todo este proyecto generó un aumento en el número de las castraciones y nos favorece en el control de los perros que no tienen dueño. No son muchos en la localidad pero apuntamos a la tenencia responsable”, indicó. Hasta el momento colocaron más de 15 chips, cuya información ya se está cargando en una página web.
Frente a esta iniciativa comunal la respuesta de la población fue muy positiva dado que los habitantes de María Teresa se fueron acercando con sus mascotas para recibir toda la información necesaria sobre el sistema de chip, como así también de la castración y vacunación de sus animales. “La mayoría de los problemas que se suscitan con los animales no lo generan los perros callejeros porque ya están ‘chipeados’ y castrados”, amplió.
María Teresa es pionera en la zona en comenzar a utilizar este sistema, aunque sí hubo una experiencia con el ganado. En los colegios se está acercando la información para concientizar e insistir en el cuidado y la responsabilidad que conlleva tener una mascota.
“Vemos una buena predisposición en la comunidad porque también es una forma de control”, agregó Palarich.
Mascota pionera
“Cachirula” es la primera perra en María Teresa que tiene colocado el chip en su cuerpo. Al respecto de esta novedosa práctica en la localidad, Oscar Santandreu, su dueño, comentó: “Llevé a mi perra a una cirugía y me comentaron que existía la posibilidad de hacer esta práctica. A ellos les consulté por los riesgos y el costo y al comentarme que no revestía ningún daño y que el costo no era excesivo estuve de acuerdo”.
En este caso la intervención fue muy breve y de manera gratuita por ser el primer animal al que se lo aplicaban. Hace quince días que tiene el chip en su cuerpo y “Cachirula” se encuentra muy bien. El mayor de los beneficios de esta innovación es que ante cualquier circunstancia de extravío el dueño accede a los datos que se envían aportando la información del lugar dónde está la mascota.
El aporte de la ciencia
La médica veterinaria de María Teresa que está al frente de este proyecto es Silvana Jukic. Aclaró que el chip tiene 3 mm x 12mm y que “no es un GPS”: “Está encapsulado en un vidrio biocompatible. Ese chip tan chiquito viene dentro de una aguja y se aplica de forma subcutánea. Ahí hay un código que le va a corresponder a ese perro y a ese propietario”, comentó.
Luego, especificó que todos esos datos se suben a un sistema, que actúa como “reencuentro”. “Sobre una pérdida, se pasa el lector, se lee el número, se sube al sistema y se envía un mail al propietario”, añadió.
Todos los habitantes de María Teresa que estén interesados en incorporar esta aplicación en sus mascotas lo pueden hacer. En este momento la prioridad son aquellos perros “potencialmente peligrosos” pero el objetivo principal es que se extienda a toda la población.
Si bien esta práctica generó sorpresa en la comunidad, es un hecho que lleva años de uso e implementación en otros países. Hoy en la localidad surge por la necesidad de controlar la población canina, de dar una responsabilidad a los dueños de las mascotas y de que los propietarios actúen respondiendo en algún caso de accidente o conflicto entre vecinos.