Juan Carlos Haberkon
Javier Díaz
Los clubes trabajan cuestiones específicas del puesto a una edad cada vez más temprana. Para el referente tatengue, especialista en la materia, se trata de un acierto.
Juan Carlos Haberkon
Javier Díaz
Con cierto grado de consenso, se dice en el mundo del fútbol que el de arquero es un puesto especial. No cualquiera se planta bajo los tres palos, dispuesto a ser peloteado desde todos lados y sometido a las críticas más despiadadas ante cualquier error involuntario que signifique una derrota, por más insignificante que sea.
La aceptación de esta idea se observa en la importancia que los clubes le han dado desde un tiempo a esta parte al entrenamiento de sus arqueros. Si se trata de una función particular dentro de un equipo, resulta lógico que aquellos que la llevan adelante tengan durante la semana un trabajo diferenciado.
Hoy en día las instituciones toman la decisión de hacerlo en edades cada vez más temprana. Incluso hay algunas que cuentan en su estructura del fútbol amateur con especialistas dedicados pura y exclusivamente a sus guardavallas.
En nuestra Liga, uno de los que hace punta en ese rubro es el Club Atlético Unión. El fútbol formativo tatengue cuenta con un aceitado andamiaje de entrenadores de arqueros, cuya cabeza visible es Miguel Del Predo.
Trabajo diario
En diálogo con Pasión Liga, el “profe” se calificó como un “formador” de arqueros antes que entrenador y explicó de manera sencilla el porqué de esa diferenciación: “Creo que a partir de sexta categoría a los arqueros hay que entrenarlos; antes de eso, el trabajo es netamente de formación”.
Respecto al trabajo que realiza en Unión, comentó: “En general la gente tira algún dato sobre un chico o lo vemos cuando ataja contra nosotros”. Así ingresa un jugador en el radar rojiblanco. Luego, llega el momento de realizar un seguimiento en el tiempo, porque “desde nuestra óptica hay un montón de aspectos para mirar que en una sola prueba no se puede identificar”.
“Nos gusta ver cómo ataja el chico en general, cómo se mueve en la cancha, cómo habla. Muchas veces se da que hay arqueros de práctica, porque trabajan muy bien en la semana, pero después a la hora de jugar parece que se olvidan de lo que hicieron”, amplió Del Predo.
“Es bueno trabajar sobre la cabeza del jugador, porque a patear, a tirarse, a salir de abajo se aprende. El problema aparece cuando los chicos tienen que afrontar situaciones límite y esas aparecen únicamente dentro de los partidos”, añadió.
“El arquero de divisiones inferiores trabaja todos los días, excepto los de partido. No es un trabajo demasiado físico sino más bien con pelota”, relató.
Características de un arquero
En otro tramo de la charla, el formador dio a conocer qué condimentos debe tener un arquero hoy en día.
“Yo creo que debe ser un líder dentro de la cancha, debe tener personalidad y demostrarla hablando, en la forma de caminar la cancha. Es difícil encontrar eso, por eso debe trabajarse mucho. Ahí es donde veo la necesidad del trabajo específico con el arquero. El del arquero, el dos, el cinco y el nueve son puestos muy particulares que requieren un trabajo específico”.
“Acá hay pruebas todo el año y como decía al principio, no siempre en el día de la prueba se conoce verdaderamente al jugador. De todos modos, el camino ideal es anotarse en la escuelita y realizar todo el proceso de aprendizaje. Lamentablemente no siempre se puede lograr”, indicó.
“Muchas veces vienen chicos un poco más grandes que pintan para grandes arqueros aunque con algunos problemitas técnicos. Cuestiones que con trabajo se pueden corregir tranquilamente”, sostuvo.
Los que pintan bien
Para Del Predo, Unión puede considerarse una importante fuente formadora de arqueros, más allá de que muchas veces ellos deban elegir otros rumbos para triunfar en el fútbol.
“Nosotros hemos sacado una buena cantidad de arqueros desde hace un tiempo a esta parte. Entre muchos, te puedo nombrar a Nacho Arce, Abraham Reartes, Joaquín Papaleo, Alan Sosa, Marcos Peano, Luciano Espíndola, Alan Velázquez, Agustín Caballero”.
“Yo soy un convencido de que el arquero necesita tiempo. A diferencia de un jugador de cualquier otro puesto, que tiene que debutar a los 18 años como mucho, el arquero tiene cinco o seis años más de preparación. Si vos perdés un partido por un error del arquero, lo matan. Es el puesto más difícil, porque es el único que no se puede equivocar”.
“Rulli debutó con 18 años pero se comió cuatro o cinco goles y tuvo alrededor hombres que lo respaldaron. Yo no sé si mañana entra Alan Sosa y se equivoca si la gente lo va a querer. Los hinchas desde arriba dicen ‘vamos los pibes’, pero un error del arquero te hace perder un partido y no sirve más”.
“Días atrás hablaba con Leo (Madelón) y decía una frase que a mí me gusta: ‘ustedes tienen que trabajar para enseñarles a los chicos, porque para lograr resultados estamos nosotros’. Es una gran verdad, pero así y todo los chicos tienen una gran presión”.
Arquero se nace
Para Del Predo, eso es lo que lo torna un puesto tan particular. Según él es muy fácil detectar a alguien con futuro de arquero: “el chico que quiere serlo, llega al primer día de la escuelita con los guantes puestos desde su casa, y se lo puede probar en cualquier puesto, pero él siempre va a querer atajar”.
El arquero es el jugador que más trabaja y el que menos contacto tiene con la pelota.
“Muchas veces los chicos vienen con problemas desde la casa y uno debe estar atento a esas cosas. Hay casos en los que un jugador conoce lo que es tener cuatro comidas en el día cuando llegan a la pensión”.