Piden mejoras para el espacio público que está debajo del Puente Carretero

Sergio Ferrer

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A través de uno de sus más recientes proyectos, el edil Miguel Weiss Ackerley, que lidera el bloque del PRO Santo Tomé, solicita la realización de diversas obras en el espacio público situado debajo del estribo oeste del Puente Carretero. Los trabajos abarcan, por ejemplo, la peatonalización del área, para generar una conexión entre ambos lados de avenida 7 de Marzo y la instalación de luminarias. Además, se requieren las barandas de contención contra el río y cámaras de seguridad, en este último caso para extender la cobertura que realizan las ya existentes en el paseo costanero.

La zona en cuestión es visitada y concurrida a diario por muchos vecinos, quienes realizan allí distintas actividades, que van desde las denominadas deportivas recreativas, hasta las de esparcimiento general, como tomar mate, pescar y escuchar música, entre otras. En lo que respecta al deporte, se ha convertido en un hábito la realización de un circuito de caminata, o trote, que comprende el tramo que va desde el Paseo del Salado, es decir el nuevo sendero costanero propiamente dicho, y continúa por avenida Mitre, que en su tramo inicial de norte a sur es bulevar, hasta Alberdi.

Según lo descripto por el legislador, el cruce de 7 de Marzo es cada vez más peligroso para los peatones, en consideración a la gran cantidad de vehículos que ingresa y egresan al puente, sin dejar de mencionar que en el Concejo se encuentra en tratamiento un proyecto para realizar una bajada de lanchas a pocos metros hacia el sur del conector vial, lo que haría aún más concurrido el sitio.

En su propuesta, Weiss Ackerley hace notar que debajo del carretero la ciudad cuenta con un gran espacio público, pero que el mismo está abandonado. Por eso, explica, “su recuperación traería aparejada una óptima opción de movilidad y ampliaría el paseo costanero, adquiriendo este área inutilizada, una connotación social”.

Antecedentes de 2012

Cinco años atrás, otros ediles ya veían con interés esta “doble” problemática. Por un lado, observaban el incremento del cruce de peatones en la cabecera del Carretero, situación potenciada con la inauguración de la nueva costanera en el año 2011 y convertida en una real preocupación, en especial por el riesgo que implicaba para las personas que intentan dicho traspaso en los horarios de mayor flujo vehicular (peligro que aún sigue vigente). Por otro, remarcaban el estado en el que estaba el sector, especialmente en virtud de su utilización como nexo para pasar de lado a lado.

Uno de esos legisladores era el ya fallecido Carlos Hugo Tepp, quien sugería, como alternativa para tratar de resolver el problema (o bien encontrarle un principio de solución), la posibilidad de construir un paso peatonal aéreo, tipo pasarela. El paso aéreo, sostenía el edil radical, además de consolidar las medidas de seguridad, tendría la finalidad de servir a futuro como verdadero pórtico de ingreso y egreso a Santo Tomé, factibilidad que el municipio a través de las áreas correspondientes podrá evaluar de la manera más conveniente.

Otra de las variantes propuestas por Tepp era la de aprovechar al caminito lindero de abajo del arco del puente como continuidad del Paseo del Salado, conservando la línea arquitectónica de éste y dotando al trayecto los elementos ornamentales y de seguridad que fueran necesarios, los que podrían extenderse hasta el acceso al Club Rentas Ministerio.

En su momento, la iniciativa del “Alemán” fue analizada junto a una propuesta del bloque de Proyecto 2000, que por aquel entonces conformaban Ángel Piaggio y José Lespinard. A través de esta última solicitaban, como obra complementaria de la nueva costanera, la iluminación, construcción de veredas y provisión de equipamiento urbano para el recorrido que une, por debajo del histórico enlace vial, el Paseo del Salado con Av. Mitre.

En su propuesta, Weiss Ackerley hace notar que debajo del Carretero la ciudad cuenta con un gran espacio público, pero que el mismo está abandonado.

Cinco años atrás, otros ediles ya observaban el incremento del cruce de peatones en la cabecera del carretero, situación potenciada con la inauguración de la nueva costanera en el 2011.