Darío Pignata
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Se cumplió el primer aniversario de su muerte. Como hace un año: rival, arco, puesto del que hace el gol, arquero rival, modalidad y lugar del córner.
Darío Pignata
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“Hay recuerdos que no voy a borrar... Personas que no voy a olvidar... Silencios que prefiero callar”...
Parece mentira que ya pasó un año. ¿Será la locura en la que vivimos el día a día, que hasta perdemos la noción/idea de lo que es el tiempo y la distancia en el almanaque? Ese 21 de septiembre del año pasado, llegaba la peor noticia del año para los hinchas de Colón: Sofía Gambier, la hija del “Pampa”, comentaba que la larga y penosa enfermedad había jugado la última gambeta con ese “9” letal que vistió -además de la sangre y luto- las camisetas de Deportivo Morón, Independiente, Platense, Gimnasia de La Plata, Tiburones Rojos de Veracruz, Rosario Central, Lanús, Los Andes, Costa Brava de General Pico y finalmente el equipo de su pueblo, Huracán de Pellegrini.
En aquel entonces, Colón le había preparado el homenaje un 2 de octubre: ese día el equipo sabalero recibía a Defensa y Justicia. Y los hinchas se habían puesto de acuerdo para multiplicar aplausos en el minuto “9”.
¿Qué fue lo que pasó?: los aplausos y el grito de gol fueron casi lo mismo. Sobre el arco de la J.J. Paso, atacaba Colón. Tiro de esquina desde la oreja que está en el oeste, cercana a la platea oficial. La gente saltaba detrás del arco, fue el “Mosquito” Silva a pegarle con derecha, apareció Olivera -casi de palomita, como si se agachara para cabecear- y de cabeza desató el delirio. Todos miraron al Cielo y encontraron respuestas: no era casualidad lo del minuto “9” en el homenaje al “9”.
“Dejar, amar, llorar... El tiempo nos ayuda a olvidar... Allá, el tiempo que me lleva hacia allá”.
Colón llegó al partido mañanero del domingo recordando unos días antes el primero año del “Pampa” Gambier en el Cielo. Unos se pusieron de acuerdo para volver a aplaudir en el minuto “9”, otros llevaron banderas de agradecimiento al delantero que rompió el maleficio de los años en la “B” y generó el ascenso en 1995.
Un año después, el mismo rival, la misma cancha, el mismo arco, el mismo golero rival. Y la misma oreja para patear el córner. Ya no estaba Silva con la derecha para que la pelota se cierre; ahora le pega Guanca de zurda con la comba hacia afuera, para que se vaya abriendo. El arquero es el mismo, Gabriel Arias. El minuto, segundos más o segundos menos, cerca del “Momento Gambier” con ese famoso numerito “9”.
Ya no es Olivera... ahora es el “Capitán Cabeza” Conti... Como para que no todo coincida, el “Flaco” la pone en el segundo palo, abajo, donde toman sol las hormigas en el sur de Santa Fe. Es 1-0 de nuevo. Ese rival, ese arco, ese arquero, ese testazo, esa oreja del córner donde nace el centro. Y ese mágico minuto “9”, como una experiencia religiosa que recorre un largo camino al cielo hasta el corazón del “Pampa” Miguel Ángel Gambier.
“Hay secretos en el fondo del mar... Personas que me quiero llevar... Aromas que no quiero olvidar... Silencios que prefiero callar”.
El nieto grita el gol de Conti, el abuelo se acuerda del “Pampa” Gambier. Los dos se abrazan... es desahogo igual. Es que Colón no podía ganar en Santa Fe y empieza a ganar. Las estadísticas 2016 de El Litoral dirán que hace un año, en el minuto 9, lo hizo Olivera. Las estadísticas 2017 de El Litoral dirán que ayer, en el minuto 9, lo hizo Conti.
... Lo que las estadísticas no dicen es que lo hizo el “Pampa” Gambier desde el Cielo.
“Impresionante! No lo puedo creer! Él está...”, Sofía Gambierl, a hija del “Pampa” Gambier