Enrique Cruz (h)
El titular de San Lorenzo habló con El Litoral, contó cuánto dinero recibió y qué piensan hacer con lo que falta. Anécdotas e impresiones de un hombre que, como máximo dirigente del club, siente que está ante un momento único e irrepetible.
Enrique Cruz (h)
“El 6 de mayo del año que viene cumplimos 100 años y miren que los estaremos esperando”, dice con sonrisa ancha Luis Acosta, un hombre que ni en sueños se imaginaba que a esta altura de su vida, siendo presidente del club de sus amores, iba a tener la posibilidad de contar con tanto dinero. Fiel ladero del doctor Raúl Gramajo, conocido por su vasto recorrido como senador del departamento 9 de Julio, se encontró con la presidencia del club luego de la renuncia de su amigo. Y enseguida lo tocó la varita mágica con ese flaquito al que Acosta recuerda como “un pibe buenísimo, que vivía enfrente del club y que tuvo un salto increíble de la quinta a jugar en primera con apenas 15 años, si mal no recuerdo”.
Muy prudente, medido en todas las respuestas, ubicado en el tiempo y en el espacio, sabedor de que es el responsable de una institución casi centenaria pero que no quiere dejar de ser humilde, aún en el crecimiento, y de una ciudad de 20.000 habitantes, que sin dudas ha encontrado en Lucas Alario a un hijo pródigo y por eso le pondrán su nombre a un gran torneo de fútbol infantil que llevarán adelante en el mes de diciembre.
—¿En la dulce espera, Luis?
—Sí, claro. Esperando la confirmación oficial, que no depende de nosotros.
—¿Cuánto es lo que llevan cobrados?
—Te lo digo estimativamente: 4.500.000 pesos. ¿Qué hicimos?, una remodelación importante en el estadio Juan Francisco Chiapello, levantamos el terreno de juego unos 30 centímetros, el cerco perimetral nuevo, vestuarios flamantes, riego y una cancha auxiliar al lado con un cerramiento tapialado.
—Colón no ha informado nada oficialmente, pero lo que se dice es que Colón resigna dinero. ¿Ustedes qué saben?
—Que hay un contrato de por medio y lo que haremos es que el contrato se cumpla. Estamos esperando que Colón nos comunique oficialmente lo que se hizo, porque todo lo que sabemos es a través de los medios de comunicación.
—¿En algún momento la gente de Colón les manifestó que el club iba a resignar dinero para que la operación se concrete?
—Yo soy el presidente del club y en ningún momento me dijeron eso.
—¿Por qué se quedaron con el 20 por ciento del pase?, ¿fue intuición?
—Cuando se hizo la negociación con Colón, el doctor Gramajo era el presidente y yo vice. En su momento, Colón nos quiso arrebatar al jugador. Fue allí que nos pusimos firmes, reclamamos un dinero y nos quedamos con ese porcentaje. Colón nos pagó 200.000 pesos en ese momento y pusimos esa cláusula porque entendimos que era poco dinero el que Colón nos ofrecía.
—De todos modos, ni se imaginaban este presente de Alario...
—Tuvimos la visión de que podía andar muy bien, pero nunca nos imaginamos que podía llegar a jugar en Alemania.
—¿Qué es lo primero que le surge a la cabeza si le pido una anécdota con Alario?
—Tengo un montón de anécdotas... Es un pibe de barrio, sencillo, vive enfrente del club y sus padres están ahí... Lo primero que se me ocurre es que pasó en dos domingos de la quinta a la primera. Eso no lo olvidaré jamás. Fue en ese momento en que los directores técnicos nos dijeron que tenía un gran potencial. Su carrera es mérito de él, nosotros tuvimos la visión de que podía jugar y triunfar en Colón, y hoy lo ponemos como ejemplo en el club. Sabemos que no todos pueden ser Lucas Alario, pero tanto en el fútbol como en las otras actividades del club, lo que está pasando con él es un buen ejemplo a seguir por el resto de los chicos. El está marcando un camino. Repito, no todos estarán en condiciones de imitarlo, pero su ejemplo es que se puede.
—¿Qué pensaron cuando Colón lo vende a River con el pago de dos porcentajes y quedándose con el 40 por ciento?, ¿estuvieron de acuerdo con esa “ingeniería” que se hizo en aquél momento?
—Fue un ingenio de Colón en su momento. Cuando eso se armó, lo vimos muy bien, nos asombró, no interferimos en absoluto con esa negociación y lo único que siempre estuvimos en claro, fue que debíamos respetar lo que está escrito.
—¿San Lorenzo de Tostado tiene alguna deuda?
—Ninguna, en absoluto.
—La pregunta que le hicieron mil veces: ¿qué harán con el dinero grande que le entrará ahora?
—Somos cautelosos. Nosotros tenemos 1.300 socios y no podemos juntar a los 1.300. Pero con la comisión directiva y algunos socios más cercanos, evaluaremos los pasos a seguir. El año que viene cumpliremos 100 años y no es poca cosa. En infraestructura estamos bien, no podemos enloquecernos ni armar algo que después no podamos mantener.
—En Santa Fe, lo de Alario causó sensación...
—Ya lo sé, nos hemos dado cuenta.
—¿Y allá en Tostado?, cuando lo veían jugando para River, ganando la Libertadores, trascendiendo con la selección y ahora en Alemania...
—Nos asombra. Desde el momento que Lucas se puso la camiseta de Colón, todos empezaron a mirar los partidos de Colón y salían a festejar. Lo propio pasó con River. No es que la ciudad se hizo hincha de Colón, sino que festejaban por la persona. Tostado es una ciudad muy especial, no veían la hora que Lucas pudiera jugar en Alemania. Esas horas previas, cuando River no le mandaba el transfer, había una sensación de incertidumbre y expectativa que a nosotros, como dirigentes y pobladores de toda la vida de Tostado, nos asombraba. Y te voy a decir más: cuando Lucas sale de vacaciones, no se va al Caribe ni a ningún lugar al que podría llegar tranquilamente, sino que se va a Tostado. Y nosotros, como dirigentes, ni lo molestamos. Hay chicos jóvenes, de la edad de él, con los que se junta porque son sus amigos. El se fue muy pibe de la ciudad pero tiene sus amigos en Tostado. Entonces, cuando llega a la ciudad los busca. Nosotros no lo molestamos, pero nos enorgullece cada vez que lo vemos en nuestra tierra.
Aquel arreglo de 2015
Cuando Colón transfirió a Lucas Alario lo hizo sobre la base de 1.200.000 dólares por el 30 por ciento, más otro 1.200.000 dólares por el segundo 30 por ciento y el 40 por ciento restante a percibir de una futura transferencia.
Para que esto se materialice, la salida de Alario debía darse antes del 30 de junio de 2018. Si se llegaba a ese día y Alario continuaba en River, el club millonario debía abonarle a Colón 1.600.000 dólares más.
El monto percibido por Colón hasta el momento es superior a 2.400.000 dólares (por el pago de los dos porcentajes del 30 por ciento), ya que había una cláusula que aumentaba el valor de acuerdo a la cantidad de partidos jugados.
Hay que recordar también que la operación corrió serio riesgo cuando apareció un problema en una de las rodillas del jugador. Inclusive, hubo también una oferta de Independiente, que desechó la posibilidad de sumarlo a sus filas por ese mismo motivo. Allí fue determinante la opinión de Marcelo Gallardo, quien solicitó a la dirigencia que lo incorpore. Por eso se armó esta verdadera “ingeniería” económica, por la que Colón se “aseguraba” 4 millones de dólares como mínimo, pero reservándose un 40 por ciento de una futura transferencia si el jugador se iba durante el lapso de tres años. En ese entonces, el presidente del club era Víctor Godano y el secretario era Sergio Villanueva, quienes pusieron la firma en esa operación.
La cláusula de rescisión firmada por River con el jugador es de 18 millones de euros limpios (por eso Bayer depositó 23.880.000 euros), de los cuales el 40 por ciento le corresponde a Colón. De todos modos, está claro que en esa “ingeniería” habría un dinero que Colón resignaría para que se pueda efectivizar la operación.
“Siempre tengo presente el partido en el que Alario debutó en la selección, contra Uruguay en Mendoza. ¿Se acuerdan que Bauza lo puso arrancando desde atrás y por derecha? En Tostado hacía eso. No tenía problemas en arrancar desde atrás, con mucha potencia y siempre llegaba a zona de definición. Y metía goles, obviamente”, Luis Acosta, Presidente de San Lorenzo de Tostado