Domingo Sahda
Domingo Sahda
Con el título más arriba indicado, el artista plástico Juan Müller exhibe una colección de Dibujos de reciente data en el Espacio Toda (Mercado Norte, ciudad de Santa Fe). Los trabajos a la vista, de tamaño medio-mayor, centran su atención en la figura humana, específicamente el rostro, la cabeza, reconfigurando, desde ópticas plásticas de manifiesta soltura que articulan con manifiesta solvencia la mirada hiperrealista con la visión surrealista, resolviendo esta resolución creativa antitética con particular efectividad expresiva.
Apela el artista a esta aparente contradicción estilística-conceptual, y al acentuar esta contradicción refuerza la tensión expresivo-plástica, la que se evidencia en todos los trabajos a la vista.
El dibujo, en tanto proceso y producto es instancia fundante en la definición del plano plástico, con independencia de la intencionalidad comunicativa que se pretende en el marco del arco de la representación artística. La articulación de la línea, la sombra, los perfiles, la reelaboracion formal determina la presencia del dibujo como instancia primera, inicial del registro expresivo sobre el plano. En este sentido, el dibujo como proposición formal se constituye en arquitectura inicial del lenguaje artístico y su presencia en cada obra, de modo subrepticio o manifiesto define la proyección subjetiva del arte visual como discurso intencional de la inteligencia humana. Desde esta óptica el artista plástico Juan Müller enfoca su proceso creador, evidente en esta muestra, la que se destaca en el medio artístico santafesino con calidades propias.
El impecable recorrido de la línea definiendo perfiles contrastados, construyendo las tramas, contraponiéndose al grisado del plano otorgan a cada pieza en exhibición densidades expresivas de particular calidad. Quizás deba resolver, a futuro, la integración del “silente espacio vacío” al trepidar de planos, perfiles y contraplanos expresivos.
Esta esencia del arte plástico encuentra en el expositor a un muy buen representante del Arte Mayor, ese tantas veces ausente o “licuado” en obras de quienes adoptan el arte visual como eventual “descarga terapéutica”. Juan Müller muestra a terceros, y a sí mismo, que éste, su quehacer es un esencial acto creativo-expresivo de particular relevancia. Su riesgo, la reiteración. En la sensibilidad expresiva puesta en acto y a la vista, existe el preanuncio que ello no sucederá. La calidad de lo expuesto así lo promete, en directo beneficio del panorama artístico de la región. Enhorabuena.