Alberto “Nene” Sánchez
Por momentos su rival dominó las acciones, pero no inquietó al arquero Domínguez; en cambio el sabalero fue efectivo y pudo sumar de a tres ante su gente para continuar invicto.
Alberto “Nene” Sánchez
No venía jugando bien Colón en la Superliga, eso es indudable. Lo sabe el técnico, lo saben los jugadores, lo sabe el hincha... No jugó bien ayer Colón, lo sabe el técnico, lo saben los jugadores, lo sabe el hincha...
Pero ayer Colón le ganó 2 a 0 a Temperley, mantiene el invicto, y la victoria le permite ubicarse en una posición expectante en la tabla. Eso no sólo es inamovible sino también incuestionable. Lo sabe el técnico, lo saben los jugadores, lo sabe el hincha...
“El fúlbo es pa’ vivos”, decía el paraguayo Cañete, aquel gran jugador que brilló en el Ferro de Griguol y que llegó a Colón en el ‘93, cuando el Sabalero jugó aquella final en el Chateau Carreras contra Banfield, de la que el talentoso volante fue protagonista, marrando un penal durante el tiempo reglamentario, lo que hubiese significado lograr el ascenso, el que no se obtuvo luego, en la interminable serie desde los 12 pasos en la definición.
Indiscutible sentencia la del volante guaraní. Y ayer se reflejó en la siesta sabatina en el Brigadier López, al que llegó este débil Temperley, con el único objetivo de no perder. Para eso su técnico puso cinco defensores, cuatro mediocampistas y un delantero. Un esquema táctico “Gasolero”, es cierto, pero aceptable para su presente.
Frente a eso, Eduardo Domínguez empleó por primera vez un dibujo algo más ofensivo. Del 4-4-2 que venía utilizando pasó a un 4-3-3, sin Bernardi en la zona de volantes, y con Chancalay juntándose con Vera y Leguizamón, aunque aprovechando su juventud para darle una mano a Ledesma por derecha o a Guanca por izquierda.
Pero no fue tan fácil, Temperley se plantó bien defensivamente y Colón no encontraba el espacio para lastimar. Insinuaba más el local, pero terminaba chocando, y el partido se jugaba de la manera que le convenía al Celeste.
Menos mal que lo que quería Domínguez sucedió a los 29 minutos de la primera etapa, cuando se juntaron Leguizamón y Vera por derecha, armaron una linda jugada, y el uruguayo envió el centro al medio, para que “Legui” se las “arregle” contra el arquero, lo anticipara con más ímpetu que técnica, pero con tanta efectividad que la pelota terminó en la red gracias a su toque con el pie izquierdo.
Fue la única jugada bien hilvanada por Colón en el primer período. Y así se fue al entretiempo, con la ventaja en el marcador, más ajustada que merecida, aunque poco importa eso cuando los intereses son otros. A Temperley había que ganarle, y eso estaba haciendo Colón. Estaba encontrando contundencia.
El complemento comenzó de la misma manera, incluso con el elenco visitante teniendo más la pelota, pero claro, sin profundidad, sin efectividad, sin final; estaba haciendo honro a su apodo: “Gasolero”. Hasta pudo llegar al empate gracias a un par de contras, pero Toledo en una y Clemente en otra llegaron antes y anularon ambas posibilidades.
Todo estaba dado para el 1-0, el partido ya se cerraba y la gente, aún sabiendo que su equipo no jugaba del todo bien, los tres puntos se quedaban en casa. Sólo había tiempo para que Ledesma, uno de los destacados del sabalero, asistiera a Estigarribia para que éste, con un toque de zurda, batiera a Ayala para asegurar el triunfo.
No jugó bien ayer Colón, lo sabe el técnico, lo saben los jugadores, lo sabe el hincha... Pero encontró lo que el técnico buscaba: contundencia, y eso no es malo...
Bajo la lupa
Domínguez (5): Prácticamente un espectador más en la cancha. Salvo por algún centro que “descolgó” sin inconvenientes, no tuvo que intervenir seriamente.
Toledo (5): Sin problemas en el orden defensivo porque Temperley nunca eligió desbordar por las puntas. Trató de aportar ofensivamente, pero no fue muy efectivo.
Conti (6): Llegó a los 100 partidos con la camiseta rojinegra y lo hizo del mismo modo que lo viene haciendo. No se sabe como hace, pero sus largas piernas siempre llegan para cortar un avance rival.
Ortiz (5): No tuvo mucho trabajo debido a lo poco que hizo Temperley en la generación de juego. Con ubicación y tranquilidad le alcanzó.
Rodríguez (6): Buen partido del experimentado lateral izquierdo. Lo mismo que Toledo, sin problemas en la marca, pero fue importante en sus incursiones pasando la mitad de la cancha.
Ledesma (6): Uno de los que se puso el equipo al hombro cuando las cosas no salían bien. Siempre ordenado y tratando de buscar al compañero mejor ubicado. Domínguez lo elogió.
Fritzler (5): El único que se dedica a “correrlos” a todos en el mediocampo. Hubo veces que se encontró sólo, pero esos son los riesgos de un planteo como el que eligió Domínguez.
Guanca (5): Con intermitencias. Lo mejor lo mostró en el primer tiempo, en el que estuvo más activo, aún equivocándose en algunas entregas. A veces pareció muy apurado.
Chancalay (6): Fue la figura de la primera etapa, en la que sólo le faltó el gol. Y si no hubiera sido algo egoísta, Colón se hubiera ido al entretiempo ganando por más de un gol.
Vera (5): Quizás le falte un poco desde lo físico, a veces parece que quisiera “cuidarse”, de todos modos, su inteligencia aporta mucho al equipo, como en la jugada del primer gol, asistiendo a Leguizamón.
Leguizamón (6): Otro de los destacados del equipo. No jugó muy bien, pero su gol es el símbolo de lo que jugó, luchando cada pelota como si fuese la última.
Estigarribia (5): Ingresó por Leguizamón y si bien no pudo destacarse, en la última jugada del partido metió el segundo gol, con una gran definición de su zurda.
Bernardi (5): El cordobés reemplazó a Chancalay promediando el complemento y tuvo un par de ocasiones para definir, pero no pudo controlar el balón de la mejor manera.
Morales (-): Entró por Vera faltando una docena de minutos, pocos para calificarlo.