Ciro Seisas
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Por qué al negocio lo hizo Mauricio Macri. Le sumó a Contigiani y a parte del peronismo. Bronca contenida y las estrategias para no responder.
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Una carta documento. Como si fuera el programa de chimentos de Jorge Rial, por más que renieguen los que cubren espectáculos, el recurso fue el mismo. Con esa carta documento en la que Agustín Rossi le pedía a Diego Giuliano que en los spots de campaña deje de asociarlo a la corrupción (investigada en el caso de Julio De Vido, en las menciones judiciales a Lázaro Báez o a José López, el procesado subsecretario de Obras de los bolsos en el monasterio), se bajó el telón de un debate entre los cinco candidatos a diputados más votados.
Televisado por la pantalla de El Tres y con la participación de Canal 5, Canal 13 de Santa Fe, La Capital, y El Litoral en sus plataformas digitales, este debate tuvo mucho mayor voltaje que el del domingo anterior, cuando casi ni se rozaron los candidatos a concejales.
Parte de la misma lógica fue lo de Jorge Boasso, que apeló a demostrar “cojones” (sic) para “defender al gobierno de Mauricio Macri” sin por eso dejar de representar los intereses de los santafesinos. Tanto Giuliano como Boasso se encuentran cómodos con venir desde atrás a disputar lugares en donde ya existe una lista “oficial”: la de Cantard en Cambiemos, la de Rossi en la expresión del peronismo santafesino.
Contexto
Un hecho sólo posible en una Argentina que hace años abandonó el bipartidismo para imponer el coalisionismo de gobierno, en el que se enfrentan, así como se asocian, diferentes expresiones según el momento político. Eso explica en parte que un destacado exponente del radicalismo que formó durante largos años en las filas del Frente Progresista Cívico y Social como Jorge Boasso hoy está parado en la vereda de Cambiemos. O que Diego Giuliano, que lleva dos mandatos como concejal, haya entrado por una alianza con el PRO ocho años atrás y hoy milite en las filas del massismo, desde donde desplegó acidez e ironía contra su contrincante del peronismo, que es Agustín Rossi.
El ex ministro de Defensa y jefe de la bancada del Frente para la Victoria en Diputados durante largo tiempo de la administración kirchnerista, es un hombre de suerte esquiva en Santa Fe a la hora de juntar el voto peronista, con el que perdió dos chances a acceder a la Casa Gris al caer en las internas. Y sin embargo hoy, acompañado de su ex contrincante Alejandra Rodenas, encabeza la lista del Frente más votado en las Paso. Todo este análisis, desde la perspectiva del votante, habría que dejarlo a un psicólogo o un sociólogo más que un politólogo.
Al votante, más que la ensalada de nombres o las alianzas, le quedan dos cosas en limpio: el voltaje del debate y las propuestas que fueron hilvanadas entre una frase mordaz y otra.
Ejes de propuesta
El debate se dividió en cuatro ejes: Coparticipación, Obras y Cuentas; Seguridad; Salud, Educación y Desarrollo Social; Economía, Empleo y Producción.
Rossi extendió su conocido compromiso público de 21 puntos, entre los que se destacan las expresiones en favor de aunque no se explicita cómo, a excepción de lo referido a la Coparticipación, que es el punto final: hacer respetar la Ley de Coparticipación de Recursos Fiscales y el fallo de la Corte Suprema y promover las transferencias coparticipables automáticas. Propuso además paritarias sin techo, congelamiento de tarifas y un aumento de emergencia para AUH, jubilación mínima y pensiones.
“Además de la coparticipación, el federalismo tiene que ver con un modelo económico. El de Macri perjudica a Santa Fe”, señaló en varias de sus intervenciones. En cuanto a la Seguridad, reiteró un paquete de propuestas que elaboró en 2011.
Por su parte, Cantard pasó revista a algunas de las obras que realiza el gobierno nacional en territorio santafesino, dando ejemplos concretos hasta de localidades alejadas. Preocupó en su equipo que leyera durante diversos tramos. Se sabe perfectamente que disminuye la sensación de compromiso con quien está mirando del otro lado. “La obra pública dejó de ser sinónimo de corrupción. Las obras hoy se hacen”, expresó, vehemente. En alguno de los tramos más duros, le pidió a Rossi que explique el robo de armas de la Fábrica Militar de Fray Luis Beltrán durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
Boasso, que había sido contundente en varios pasajes, propuso ser el diputado que impulse una ley en contra del maltrato animal y la tracción a sangre. Antes, había propuesto incentivo laboral a mayores de 45 años y Compre Santafesino. También impulsar el 82 % móvil para todos los jubilados. “Seré el nexo entre Macri y el gobernador Lifschitz para garantizar el pago de la deuda por la coparticipación”, prometió, en un tema que le costó mucho defender a Cantard.
A su turno, Contigiani explicó que “no da lo mismo exigir el pago de la deuda a Santa Fe, que no reclamarla, como no lo han hecho los candidatos Rossi o Cantard”. Por eso, postuló que “los argentinos pagamos diariamente, por intereses, 800 millones en Lebac, un hospital de Ceres por día”, dijo al proponer gravar la renta financiera. “Voy a ir al Congreso, porque quiero modificar la ley de seguridad interior que tiene 25 años”, ejemplificó.
Giuliano, que lanzó dardos al socialismo en materia de seguridad en los últimos años y a la vez le preguntó a Rossi dónde estaba cuando la tasa de homicidios se elevaba, propuso “defender la Ley de Extinción de Dominio y la imprescriptibilidad de delitos como el narcotráfico”.
Postuló “terminar con la puerta giratoria para los delincuentes” que ya es como su marca registrada de siempre y denunció que en el país “hay 100 mil prófugos que nadie busca”. Al seguir la línea de Sergio Massa de bajar las tarifas, argumentó que “en el tema tarifas no hubo grieta: tras el tarifazo nacional Santa Fe aprovechó para sumar sus aumentos”.
Múltiples direcciones
Cada quien eligió una estrategia y sobresalieron en impacto pero también en multidireccionalidad: Contigiani intentaba desmarcarse del discurso K caracterizado por una polarización a Macri. Y lo hizo con duras acusaciones a Rossi, a la vez que a Cantard, a quien no se lo notó cómodo teniendo que atajar dardos de Rossi, Contigiani y del propio Boasso.
En el debate, sumó puntos Contigiani, pero al negocio verdadero lo hizo Macri: tuvo dos jugadores (Boasso y Cantard), tratando de imponer la titularidad en el “equipo”. Se llevó las palmas quien tiene más hambre “goleadora”: el concejal radical rosarino que está abiertamente enfrentado con el intendente José Corral, a quien acusa de haberlo dejado fuera de la lista oficialista. Tanto es así que Boasso protestó por la presencia del presidente del radicalismo en el estudio de El Tres. Como era uno de los asesores acreditados de Cantard junto a Luciano Laspina, el concejal rosarino tuvo que mirarlo cuando lo criticaba.
A Giuliano, diferenciarse de Rossi por el voto peronista también le quedó cómodo. A quienes claramente no les sumó más que pesares fue a Rossi, a quien se notó nervioso por contenerse ante el mandoble de Cantard, Giuliano, Boasso y hasta Contigiani.
Así de trenzada viene la lectura para los votantes. Al menos, queda una semana para decidir.
Al votante, más que la ensalada de nombres o las alianzas, le quedan dos cosas en limpio: el voltaje del debate y las propuestas que fueron hilvanadas entre una frase mordaz y otra.