Domingo Sahda
Domingo Sahda
Con los títulos que anteceden, el Museo Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez (4 de Enero 1510, Santa Fe) exhibe distintas propuestas enmarcadas en las hipótesis de propuestas socioculturales que basculan entre el Arte Visual propiamente definido en cuanto tal, sustancia fundante y justificatoria de la entidad antes citada, y otras proposiciones distantes de la especificidad básica del Museo, las que pueden, eventualmente, recortarse como curiosidades poco sustantivas un tanto ajenas a la esencia del espacio ocupado y el sentido de aquello que se exhibe. El espacio cultural es adoptado como ámbito parcial de experimentaciones ajenas al ámbito museístico específico, concretadas en “curiosidades” destinadas al inmediato olvido por su insustancialidad.
La proposición global que se ofrece al ocasional visitante se divide en dos instancias, a saber. El territorio definido como “Museo Viejo”, original estructura edilicia donada a la comunidad santafesina modélica en la historia sociocultural del país , del ayer y del hoy, y la parte nueva Sala mayor, laterales y planta alta. Irónicamente, el Museo Viejo exhibe piezas específicas del Arte Visual, en tanto que los demás espacios naufragan ocasionalmente en aventuras propias del “non sense”.
El Museo (Del Latín Museum /Griego “Museion / Lugar en que se guardan objetos artísticos y colecciones científicas convenientemente colocados para que sean examinados”; “Diccionario del uso de Español”, Moliner, María, Editoria Gredos, Madrid, España) define la especificidad del ámbito, mas conviene explicitar que la ciudad de Santa Fe cuenta con una muy limitada cantidad de Galerías de Arte privadas, haciendo que los Museos se conviertan en Galerias de muestras y experimentaciones diversas, licuando el sentido específico de la institución, la que “almacena” en los “depósitos del olvido” centenas de obras maestras del arte visual, en tanto propicia esta suerte de experimentos vacuos. El patrimonio oficial del arte visual se constituye en una de las tres más importantes colecciones de Arte Plástico del país. Negar su apreciación en función de ocasionales experimentaciones es una deuda cultural real, y su enmienda un reclamo.
Las veleidades supuestamente creativas u originales de aquello que se exhibe en la planta alta, a las que se agrega la infantil tontería del “andamio”, sumadas a las proposiciones en las que aparece la imagen del “David” acoplada a la frase pintada en gran tamaño en el exterior “El Museo es una escuela/el público aprende a hacer conexiones” distorsiona el ámbito museístico en tanto distorsiona la esencia que sostuvo (y ¿sostiene? ) la institución. Y como si no fuera suficiente a tanto desvario “de avanzada” se agrega el espacio “Mate/Museo /Investigación”/ en el cual se ofrece la infusión antedicha como vínculo cultural propiciatorio. Es de lamentar el olvido de las “tortas fritas” para acompañar la ingesta programada.
El espacio de la Sala Mayor exhibe obras de excelencia que se contraponen, en relación elíptica, con trabajos de la sala “Candidatos” en la cual los trabajos de los artistas santafesinos de rango mayor Richard Pautasso y Juan Ramón Lazzarini (Pety) literalmente “resplandecen” en tanto que en la sala Colecciones Privadas “Lo doméstico patrimoniable” el ornamento ajeno al ámbito en el cual se exhiben aparece como una humorada curiosa e insustancial
Así las cosas, la exhibición “Familia de Artistas”- “Hacia el Centenario”, curada por Jorge Taverna Irigoyen ofrece un panorama genuino, de calidad específica y pertinencia al ámbito. En el prólogo del impreso que se abre con la reproducción fotográfica de la obra escultórica “Alma sin hogar”, del maestro José Sedlacek, emblemática pieza del Arte Santafesino no advierte que en este espacio veremos Arte Visual concretado por artistas plásticos genuinos. En el prólogo del impreso el curador señala: “Una familia suma miembros y generaciones. Tiempos y memorias. Es el espacio cronológico en el que se suceden diversidad de decisiones y actitudes. Tambien de crecimientos...”. Desde su fundación en 1927 la Asociación de Artistas Plasticos Santafesinos (Aaps) es por sobre una historia de crecimientos múltiples, ejemplo de unidad y proyección..... Único ejemplo en el país de organismo independiente nucleado en torno a las artes visuales y sus cultores, que haya alcanzado tal margen de supervivencia . De vida activa, de pronunciamientos permanentes, de desarrollo de actividades sin discriminaciones, de presencia en el medio, la región y el país.
Amerita recorrer este espacio y esto vale para los unos y los otros.
Los unos para descubrir lo creado en la ciudad, la región, y otros para entender que en el arte visual en tanto vínculo expresivo del lenguaje vinculante de esencia creativa se eluden falacias propias de la sociedad de consumo, entendiendo que el lenguaje de la imagen acompaña a la especie humana desde sus orígenes ancestrales, superando las “zonceras” propias de la sociedad de consumo. Centrarse en la esencialidad del lenguaje de la imagen, tanto sea figurativa o abstracta define la esencia de la humanidad, mas allá de “modas” y “modos”.