Llegó de trabajar y encontró ladrones dentro de su casa

Danilo Chiapello
[email protected]

Las elecciones hicieron de este domingo una jornada especial. Pero mucho mas especial fue para Iván (30), un joven que reside en barrio María Selva y que, de manera impensada, padeció una experiencia aterradora.

Todo ocurrió cerca de las 10,30 cuando Iván regresó a su domicilio ubicado en pasaje Ferreyra al 1500 (esto es, entre Mitre y Alberdi), luego de cumplir sus obligaciones laborales con motivo de la cita electoral.

La primera extrañeza surgió cuando sus llamados a la puerta de entrada no fueron contestados por su esposa, la que supuestamente debía estar durmiendo. Pero mientras esperaba, un nuevo detalle lo puso en estado de máxima alerta: una ventana de la casa estaba entreabierta.

Con temor dirigió su mirada hacia el interior de la casa. Fue entonces cuando advirtió la presencia de tres hombres, los que se trasladaban con paso presuroso desde la parte donde se ubican los dormitorios y el baño.

* “Al ver eso me quedé helado, porque supuestamente en la casa tenía que estar mi esposa. Por suerte, ella no estaba. Lo que pasó es que se había ido a votar y no me había avisado”, dijo hoy Iván, todavía consternado por lo sucedido, en diálogo con El Litoral.

* “Tal vez sea una reacción tonta, pero lo primero que atiné fue a preguntarles a esos tipos qué hacían en mi casa... quiénes eran”, prosiguió. “Uno de los tipos entonces me dice, ‘está todo bien, metete adentro de la casa. Yo les rogaba que no le hagan nada a mi esposa. Entonces dos de ellos me agarran de las manos y me meten para adentro. Allí me dicen: ‘quedate quieto..., dame la plata, y todo eso. Yo les contesté que no tengo plata, solo lo que ven acá”.

* “Me piden la llave de mi camioneta. Después me piden mi celular y también la plata que tenía en la billetera. Todo duró unos tres minutos. Finalmente salieron los tres corriendo y en la esquina había un Ford Focus de color blanco que los estaba esperando.

“Dentro de la gravedad del caso, agradezco que no me pegaron ni pasó otra cosa. Eso sí, mi casa quedó toda revuelta, hasta los colchones sacaron, las mesas de luz tiradas por el suelo, el ropero y sus cajones vaciado”, culminó.

Respecto a los malvivientes se supo que se trata de hombres de unos 30 años, los que actuaron a cara descubierta y sin armas a la vista. “Estaban muy bien vestidos y nada en su aspecto podía llamar a sospecha. Hablaban de manera fluida y no evidenciaban estar bajo los efectos de alcohol o droga alguna”, precisó la víctima.