Luis Rodrigo
Luis Rodrigo
La cartelería callejera, los restos de las boletas y los panfletos, la hojarasca de las palabras y de las promesas. Tras los comicios, todo se mezcla con los residuos urbanos. Quedan al fin los votos y un nuevo mapa político, que en la provincia parece mostrar un intrincado revuelto similar al del día después. Aunque haya un claro ganador.
La crisis de los partidos tradicionales que marca al país, en la provincia de la bota tiene condimentos propios. Lo demostró 2015: el electorado santafesino, más allá de la grieta nacional, es (todavía) múltiplo de tres.
En la carrera a la Casa Gris de 2019 se repetirán las tres opciones que compitieron -hace dos años- sin sacarse grandes ventajas. Aunque parezca negarlo la elección del domingo pasado, de la ola amarilla en todo el país y su rival K, nunca tan a la medida de las necesidades del gobierno nacional.
Bancas y números
En Santa Fe, Cambiemos logró 5 bancas para la Cámara de Diputados del Congreso. Y si se suma a todo el macrismo santafesino (a Jorge Boasso) bien pudieron ser 6, ése es el máximo conocido para una lista en esa elección.
La nómina que encabezó Albor Cantard sumó 737.912 sufragios, que están a la altura de los 765.078 del ex gobernador Antonio Bonfatti como primer candidato a diputado provincial en 2015. O de los 707.088 de Hermes Binner en la provincia, como candidato presidencial, en 2011.
En comparación con el peronismo y sus últimos números, Cambiemos superó los 606.718 de Omar Perotti como senador nacional, en 2015 y aquellos recordados 581.000 de María Eugenia Bielsa en 2011 como primera candidata a diputada provincial. Hoy, Rossi más Rodenas llegaron apenas a 505.033.
Cifras más altas son casi de otro milenio o del bipartidismo. Por ejemplo, Carlos Reutemann, para su segunda gobernación sacó, en 1999, 890.550 votos, de los 914.711 que contó el lema PJ. Se había propuesto alcanzar el simbólico millón.
Los votos a Cantard, al proyecto político de Cambiemos (algunos prefieren decir que es una “marca”) son en su mayoría votos al presidente. Bien puede decirse que el macrismo santafesino se completa con los alicaídos apoyos a Boasso y Sra. (75.078). La suma da 812.990, una cifra de otros tiempos, que seguramente hubiera arrimado una banca más.
En 1989 el peronismo superó por 20 puntos a la UCR y el PJ logró 5 diputados nacionales, pero el menemismo (con un diputado por la Alianza de Centro) cosechó entonces seis apoyos santafesinos para la parte económica de su programa de gobierno. (En 2003 -en apoyo a Néstor Kirchner- se verificó el resultado más abultado: el PJ sumó 6 diputados nacionales por Santa Fe).
Los nombres
Quedó demostrado durante la semana: llegó el momento de bajar los pasacalles, de dejar la calle y volver al microclima. Para los dirigentes políticos santafesinos viene un año con menos estridencias y más prudentes posicionamientos internos.
El lunes fue de Cantard. Y junto a su mentor político, José Corral, comenzó a hablar de 2019. Ya el mismo domingo a la noche, en medio de su sorprendente cosecha, el radical ganador de la elección probó: “Corral gobernador- Roy López Molina (del PRO) intendente de Rosario”.
Los radicales universitarios vieron a Corral en el escenario de los festejos nacionales, en medio de la felicidad del presidente Macri, y creyeron que eso podría compensar la dura derrota del intendente santafesino en su ciudad, en su elección, ante el Frente encabezado por Emilio Jatón con el apoyo del gobernador Miguel Lifschitz. Se equivocaron: allí estaba el presidente de la UCR, en el lugar que corresponde a uno de los socios principales de Cambiemos.
El martes, el diputado provincial Federico Angelini, titular del PRO de Santa Fe, aclaró que nada está definido respecto de 2019 y horas antes el diputado nacional reelecto Luciano Laspina, deslizó: “Me siento el hombre de Macri en Santa Fe”. En diciembre se reúne el Comité Nacional del radicalismo y renovará sus autoridades. En 2018 se verá si Corral mantiene su vínculo tan cercano a Macri.
Para los dirigentes políticos santafesinos viene un año con menos estridencias y más prudentes posicionamientos internos.