El Litoral
El papa Francisco pasará este domingo con miles de personas sin recursos de todas partes de Europa, con las que celebró misa en la Basílica de San Pedro y luego invitó a una comida.
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DPA/Télam
El papa Francisco pasará este domingo con miles de personas sin recursos de todas partes de Europa, con las que celebró misa en la Basílica de San Pedro y luego invitó a una comida.
Francisco celebra de este modo la primera Jornada Mundial de los Pobres, instituida por la Iglesia católica y a la que han sido invitados entre 6.000 y 7.000 personas principalmente de Italia, Francia, España, Alemania y Polonia.
En la misa de la mañana, el papa fue asistido por 12 personas, todas ellas migrantes, pobres o indigentes, y una de las lecturas quedó a cargo de un refugiado sirio.
Tras la celebración religiosa unas 1.500 personas fueron invitadas a la comida dentro del Vaticano con el papa, mientras que el resto serán asistidos por voluntarios en numerosas partes de Roma, informó la Santa Sede.
Desde su elección en 2013, Francisco siempre ha defendido que quería una "Iglesia pobre para los pobres".
El jueves, tras visitar un hospital para personas sin recursos cerca de San Pedro, escribió en Twitter: "La miseria no es inevitable: tiene causas que hay que detectar y eliminar, para honrar la dignidad de muchos hermanos y hermanas nuestros."
El mensaje de Francisco
En la misa, Francisco advirtió que "la indiferencia es el mayor pecado contra los pobres", al remarcar que "cuidar de ellos es un deber del Evangelio" para los cristianos.
"La omisión es también el mayor pecado contra los pobres. Aquí adopta un nombre preciso: indiferencia", subrayó.
De frente a 4.000 personas de bajos recursos, inmigrantes y refugiados que llenaron la Basílica de San Pedro, aseguró que ese comportamiento "es decir: 'no es algo que me concierne, no es mi problema, es culpa de la sociedad'".
Antes de compartir un almuerzo con 1.500 de ellos en el Aula Pablo VI del Vaticano, el obispo de Roma criticó que esa actitud "es mirar a otro lado cuando el hermano pasa necesidad, es cambiar de canal cuando una cuestión seria nos molesta, es también indignarse ante el mal, pero no hacer nada".
"Dios, sin embargo, no nos preguntará si nos hemos indignado con razón, sino si hicimos el bien", puntualizó en referencia a que estas jornadas fueron convocadas en 2016, al concluir el Jubileo Extraordinario de la Misericordia, bajo el lema "no amemos de palabra sino con obras".
"Es para nosotros un deber evangélico cuidar de ellos, que son nuestra verdadera riqueza, y hacerlo no sólo dando pan, sino también partiendo con ellos el pan de la Palabra, pues son sus destinatarios más naturales", apuntó.
"Amar al pobre significa luchar contra todas las pobrezas, espirituales y materiales", señaló Francisco, para quien "el hambriento y el enfermo, el forastero y el encarcelado, el pobre y el abandonado, el que sufre sin ayuda y el necesitado descartado" son los "predilectos" de la Iglesia.