El Litoral
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Lo aseguró Ezequiel Lo Cane, padre de una chica de 12 años que necesita un trasplante de corazón. En agosto, a pedido de su hija, comenzaron “La Campaña de Justina” que pone el foco en que cada donante puede salvar entre 7 y 9 vidas.
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La Campaña de Justina, que comenzó en agosto, tiene un eje claro: el eslogan no es “un corazón para Justina” —como suelen titular los medios— sino “multiplicate por siete” porque lo que su familia se esfuerza en comunicar —a pesar de la difícil situación personal— es que con los órganos de un donante se pueden salvar entre 7 y 9 personas que están desde hace años en la lista de espera por una trasplante.
La idea partió de la propia Justina —quien dijo: “Salvemos a todos los que podamos”—, que desde que tiene un año y medio lucha contra una cardiopatía grave. “Un virus le lastimó el corazón”, contó Ezequiel Lo Cane, el padre de Justina, en una entrevista con El Litoral. En julio de este año, el cuadro se agravó y tuvieron que internarla en la terapia intensiva de la Fundación Favaloro. Ahora, su estado es muy delicado y es uno de los casos de mayor prioridad en la lista de espera del Incucai (Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante).
El asesinato de Abril Bogado en La Plata, también de 12 años, se vinculó con este caso porque en las redes sociales y en algunos medios se viralizó la versión de que los familiares de esta niña habían expresado su deseo de donarle el corazón a Justina.
En realidad, desde el Centro Unico Coordinador de Ablación e Implante de la Provincia de Buenos Aires (Cucaiba) se explicó que Abril no estaba en condiciones de donar sus órganos por la forma en la que se había dado su muerte. Y en el caso de que hubiera sido posible, el protocolo del Incucai establece que la donación es anónima —tanto para el donante como para el receptor— y la asignación de los órganos se decide en base a criterios médicos objetivos (compatibilidad, urgencia y tiempo en la lista de espera, entre otras variables).
Quizás, en medio de tanto dolor, la confusión sirvió para aclarar los tantos. Es lo que piensa Lo Cane que planteó que las campañas, como la de Justina, sirven para visibilizar el tema y aumentar la cantidad de donantes. “A principios de agosto, cuando comenzamos con la campaña, había 9,23 donantes por millón de habitantes en el país y ahora hay 11,9 donantes por millón de habitantes. Subió dos puntos en tres meses”, destacó.
Según las cifras del Incucai, en la Argentina más de 2,9 millones de personas manifestaron su voluntad de ser donantes de órganos (es el 6,5% de la población). En lo que va de 2017, unas 81.000 personas lo hicieron —el trámite lleva solo 5 minutos en la página web: www.incucai.gov.ar— a un ritmo de 265 adhesiones por día.
En esta tendencia, lógicamente, también influyen las campañas oficiales que se hacen desde el Incucai y los organismos de transplantes provinciales (como el Cudaio en Santa Fe), y también el trabajo que se realiza en los efectores públicos —a partir de la estrategia del hospital donante— para procurar más órganos.
Pero esta claro que no alcanza. Hay casi 11.000 personas que esperan un órgano o un tejido en el país y en lo que va de 2017 se realizaron 1.307 trasplantes de órganos, 930 de córneas y 3.804 de tejidos.
Para Lo Cane todavía hay un largo camino por recorrer. “En España hay más de 40 donantes por millón de habitantes. Es el triple que la Argentina y no es porque los españoles sean el triple de solidarios, es una cuestión cultural”, aseguró.
En este sentido recordó que hay países que tienen políticas de estímulo a la donación y al compromiso solidario. “En Alemania, por ejemplo, cuando una persona dona sangre le dan el día en el trabajo”, contó.
Es el gran desafío para que en la Argentina sean más las personas que comunican su decisión de donar sus órganos y ayudar a los demás cuando parten.
La visión desde el Cudaio
“La mejor forma de disminuir la lista de espera es siendo todos donantes y manifestándolo en el acta de voluntad del Incucai”, propuso Martín Cuestas, director del Cudaio, en una entrevista con El Litoral.
El funcionario contó que en Santa Fe se trabaja en varios frentes: con la estrategia del hospital donante y la capacitación de los equipos de salud se busca fortalecer la procuración de órganos en el sistema de salud.
Pero también se realizan campañas para generar conciencia en la población sobre la necesidad de ser donantes. “En las últimas elecciones, de las 18.000 personas que se inscribieron como donantes en el país, más de 8.000 fueron de la provincia de Santa Fe. Es más del 40% del total”, destacó Cuestas.
En relación con el manejo del tema en los medios y en las redes sociales, Cuestas reconoció que todo lo que haga visible la necesidad de contar con más donantes es positivo, pero es importante que la información que se difunda sea clara y rigurosa para evitar los comentarios negativos y las confusiones.