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Siete miembros de la banda, entre quienes hay hombres, mujeres y menores de edad, recibieron penas que van de 3 a 12 años de cárcel. La más alta fue para el líder del grupo: el “Chunchi” Juan Eduardo Montenegro.
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El Tribunal Oral Federal de Santa Fe condenó hoy a siete miembros de una organización narco criminal desbaratada el año pasado, que operaba en los barrios Los Hornos y El Chaqueño de la capital provincial. Los jueces Luciano Homero Lauría -presidente-, José María Escobar Cello y María Ivón Vella declararon culpable al líder de la organización, “Chunchi” Juan Eduardo Montenegro (37), al considerarlo “autor del delito de organización del comercio ilícito de estupefacientes, agravado por la intervención de tres o más personas (arts. 7 y 11 inc. c de la ley 23.737, y 45 del C. Penal)” y por lo cual le impusieron pena de 12 años de prisión y multa de $ 30.000.
Además, fueron considerados culpables Grecia Yanina Zeniquel (27) -actualmente con la domiciliaria- como coautora de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización; por lo que recibió pena de 4 años y medio y multa de $ 8.000.
En tanto María Alejandra Romero (26) -con detención domiciliaria- fue condenada por el mismo delito que la anterior, aunque agravado por la intervención de tres o más personas, y por ello recibió 6 años de cárcel y multa de $ 10.000. La misma pena le correspondió al cuarto imputado, Rodrigo Daniel Ramayo (32), quien permanece alojado en la cárcel de Coronda junto con Montenegro.
El quinto involucrado es Claudio Alejandro Zerda (40), quien fuera considerado por el tribunal como coautor de “almacenamiento de estupefacientes agravado por la intervención de tres o más personas” y confinado a una pena de 6 años de prisión y multa de $ 10.000; en tanto que Lorena Soledad Werrimpo (34) -con detención domiciliaria- fue hallada culpable por el mismo delito en calidad de “partícipe secundaria”, por lo cual le dieron 3 años de prisión y multa de $ 3.000.
Por último, Alexis Eliseo M., actualmente de 18 años de edad -alojado en el pabellón juvenil de Las Flores-, fue considerado “responsable del delito de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, agravado por la intervención de tres o más personas en carácter de partícipe secundario, eximiéndolo de pena” por tratarse de un menor de edad al momento de ocurridos los hechos.
El juicio que comenzó el 23 de octubre, contó con la participación de los abogados defensores Dionisio Ayala Fernández, Hilda Knaeblein, Aristóteles Arfini y Rodrigo Cives, el defensor público coadyuvante Dr. Julio Agnoli y la asesora de menores Dra. Adriana Gastaldi, por el lado de los imputados; mientras que el Ministerio Público estuvo representado por el fiscal general Martín Suárez Faisal.
El debate se produjo de manera íntegra a puertas cerradas, porque uno de los imputados era menor de edad al momento de ocurridos los hechos. En tanto los fundamentos estarán disponibles a las partes el próximo viernes 1º de diciembre a las 13.
Era una “verdadera factoría” de drogas, dijo el fiscal
Tras conocerse la sentencia, el fiscal general Martín Suárez Faisal dijo que el juicio “tuvo por objeto varias investigaciones que se hicieron coordinadamente con la fiscalía de primera instancia” en “por lo menos 10 hechos que se llevaron a cabo en los barrios Chaqueño y Los Hornos”.
Según explicó el fiscal “en ambos barrios operaba la misma organización que estaba liderada por una persona de nombre Juan Eduardo Monetengro”; pero recalcó que “en total, entre el juicio de hoy y los anteriores han recibido condena por estos mismos hechos 21 personas que integraban esta organización”.
Suárez Faisal destacó que la banda “fue desarticulada merced al trabajo de la Policía de la provincia de Santa Fe a través de la Dirección de Drogas y el Comando Radioléctrico que hizo varios procedimientos; y las tareas investigativas que llevó as cabo el personal local de la Gendarmería Nacional y la Policía Federal Argentina, porque tienen que entender que se trata de muchos inmuebles distintos que operaban de la manera que es conocida en la jerga policial como bunkeres”.
A propósito, clasificó a los “bunkers” como “lugares que no son habitables, no son viviendas sino habitaciones cerradas fuertemente desde adentro, con vigas y chapas muy fuertes soldadas, donde sólo hay un orificio o abertura por medio del cual el comprador entrega el dinero y recibe una porción de estupefacientes”.
Para dar una real dimensión de la capacidad operativa que tenía la banda, el fiscal apuntó que “en total en este procedimiento se secuestraron 6 mil envoltorios con cocaína en tubos eppendorf, ya dispuesto en los llamados capuchones para la venta al menudeo; una cantidad similar de envoltorios de marihuana; y 27 kilos de marihuana en panes, que es como ingresa al país desde el productor”.
“Esto nos da la pauta que la organización que hoy recibió condena integraba todas las etapas del tráfico de estupefacientes menos la producción. Es decir, el traslado a la ciudad de Santa Fe, el almacenamiento en los lugares que operaban para la banda, y luego el fraccionamiento en verdaderas factorías donde se hacía manualmente y la distribución de estos estupefacientes al minorista a través de la modalidad de los bunkers”, sostuvo.