Santa Fe asiste a un juicio trascendente. Que refleja por un lado una banda criminal que construyó poder en base una organización ilícita inescrupulosa, con ramificaciones y complicidades de sectores de las fuerzas de seguridad y una mirada al costado de sectores de la propia Justicia. La decisión política de enfrentarlos, junto a la decisión de fiscales y jueces de ir al frente, no puede ser opacada por una estrategia judicial y mediática de los propios jefes de esta asociación ilícita. Las declaraciones en el marco del juicio, de uno de los principales acusados, que solo buscan desviar la atención, que solo persiguen enturbiar el procedimiento que hoy los coloca en el banquillo, tuvieron desgraciadamente más repercusión que el contenido de las acusaciones mismas. Aquella fallida frase del Diputado Larroque y estas acusaciones de Machuca, se cortan por la misma vara. La intención de desviar la atención, de buscar imputar a otros para no centrar la mirada en las imputaciones gravísimas de las que se lo acusan.