El Litoral
Francisco aceptó el milagro de la cordobesa y envió a Ángelo Amato para la celebración. Aprovechó la oportunidad para enviar una carta a la congregación. El sábado, Córdoba vivió una fiesta.
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El enviado del papa Francisco, Ángelo Amato, estuvo una vez más en Córdoba para declarar, oficialmente, beata a la madre Catalina de María Rodríguez, fundadora de la congregación de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús, en una ceremonia en Córdoba con una multitudinaria participación de fieles y la presencia de la vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti.
Amato ya había estado en la ciudad vecina para la beatificación del cura Brochero.
El papa Francisco aprovechó la oportunidad para enviarle una carta a las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús, por la celebración: "Querida hermana, en este día de la beatificación de la Madre Catalina quiero hacerle llegar mis sentimientos de alegría y la seguridad de mi cercanía y oración", escribió el papa.
Córdoba vivió una gran fiesta por ser la novena mujer argentina beata.
El milagro que Francisco le reconoció a la consagrada tiene que ver con Sofía, de 79 años, quien estuvo "muerta" y su corazón volvió a latir gracias a que su hija le rezó a la Madre Catalina.
"Tu abuela está bien, está sana gracias a Catalina" contó el nieto de Sofía a Ana Falco, equipo de prensa que enviaron de todo el país y del mundo a Córdoba.
"Es muy emocionate, estoy muy feliz porque le devolvió la vida a mi abuela. Siempre viví con ella, ella me crió. Cuando sucedió todo esto yo tenía seis años".
El sueño de la beata era atender a las mujeres en situaciones precarias brindándoles casa, comida, contención y educación, en un momento en que los hombres eran los únicos que podían estudiar, por el año 1.800.
El instrumento papal establece que la fiesta de la nueva beata cordobesa será el 27 de noviembre de cada año.