Luis Rodrigo
Además de la Ley de Presupuesto, la Casa Gris necesita de otras normas. En el Senado santafesino, primero se verá qué pasa con el control legislativo directo sobre fiscales y defensores.
Luis Rodrigo
En política, como en otros ámbitos, enero luce como un prometido páramo de inactividad. Pero los últimos años de la Argentina han demostrado que suele ser un mes pródigo en información, más agitado que en el pasado, mientras el Legislativo descansa.
En Santa Fe, habrá sin dudas un receso con todas las letras. ¿Habrá por fin vacaciones políticas a nivel nacional?
La primera sesión extraordinaria del Senado lo ratificó: ninguno de los temas que habilitó el gobernador Miguel Lifschitz para su tratamiento tiene preferencia. Esos asuntos ingresaron a la Cámara y de allí fueron a comisiones, sin más. No hay dudas de que habrá Ley de Presupuesto y seguramente alguna otra norma con respecto a los impuestos, pero nada más.
Los senadores callan y esperan. Quieren ver primero si hay o no veto, total o parcial, a la ley que aprobaron por unanimidad (como en Diputados) para ejercer un control directo sobre fiscales y defensores. Las dudas de la Casa Gris no caen bien, sobre todo en el peronismo.
Tampoco fueron bien recibidas las expresiones del actual presidente de la Corte y de su sucesor, Daniel Erbetta y Rafael Gutiérrez, respectivamente. Un senador se preguntó por lo bajo si no habían invadido su esfera al opinar respecto de cómo legislar. Y en todo caso, comentó, “han prejuzgado para el eventual caso de que la ley derive en un juicio por inconstitucionalidad”, si no hay veto.
A propósito de la Justicia santafesina, ¿quedarán en veredas opuestas su cabeza y el PJ en el Senado? Los senadores del Bloque Juan Domingo Perón y la Corte hasta aquí habían mostrado -desde 2007- amplias coincidencias.
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Enero, febrero, marzo y más allá. La reforma de la Constitución de Santa Fe seguirá en discusión durante el tórrido verano santafesino, en ámbitos menos públicos que los que ofrece la Legislatura. Al gobernador Miguel Lifschitz la apuesta le servirá sólo si logra una ley que declare su convocatoria en el corto plazo. Y los tiempos apremian. En su primera declaración pública como senador, Miguel González (PS-La Capital), el ex ministro de Salud, les planteó el tema a los cronistas parlamentarios que lo entrevistaron tras su jura.
Mientras, crecen los rumores sobre cuántos son los senadores del PJ que podrían votar por llamar a elecciones de convencionales constituyentes, porque son reformistas desde siempre, y también porque esas versiones le marcan la cancha al senador nacional Omar Perotti.
En la Casa Gris, las ilusiones crecen al calor de esos compromisos o esos amagues, que pueden terminar por convertirse en votos.
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Hubo santafesinos que, por acción u omisión, fueron protagonistas del jueves de los balazos y los piedrazos en el Congreso, que marcó una inesperada derrota política para un gobierno que acaba de ganar con solidez las elecciones.
Son conocidas las imágenes de los santafesinos que participaron de la sesión, con Agustín Rossi, como primera voz de la oposición dentro del recinto y con dirigentes gremiales locales que aportaron gruesas columnas a la impresionante marcha contra la reforma previsional. Pero en Santa Fe, en Rosario y, seguramente, en Buenos Aires se ha de hablar de otra figura santafesina, en permanente ascenso, en el PRO: Ana Martínez. Ya juró como concejal de Rosario, pero todavía su renuncia a la Cámara de Diputados de la Nación no cumplió el trámite de la aceptación (y tampoco ha jurado su reemplazo).
Pasó en 1996 con otro rosarino: Enrique Llopis ya había asumido como subsecretario de Cultura de la provincia y pedido licencia en el Congreso, pero volvió a ocupar una banca para votarle los superpoderes a Carlos Menem.
No pocos recuerdan que “Anita”, para ser concejal, se apartó de la orden de Mauricio Macri de evitar las internas en todos los distritos. Y que se la hizo a Roy López Molina en las Paso de concejales por la ciudad del sur, para privilegiar una segunda carrera a la intendencia. Tuvo un padrino: el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, que pasó una semana difícil.
Párrafo aparte para una enemiga declarada de los socialistas santafesinos: Elisa Carrió anunció el jueves que volcaría su influencia política para “defender la República”. Y está claro que lo hizo, cuidándola del gobierno nacional que llegó a plantear un DNU que hubiera atropellado al Congreso.