Abuelas de Plaza de Mayo celebró 40 años del inicio de su lucha en 2017, período en el que logró recuperar la identidad de seis nietos que fueron víctimas de la dictadura cívico militar. Con un total de 127 nietos recuperados en su historia, este año tuvo la reincorporación a sus familias de cuatro nietos, sumados a los dos casos de hijos que no llegaron a nacer y que fueron resueltos con el trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).
“Fue un año muy positivo para la institución que nunca deja de bajar los brazos”, aseguró la titular de Abuelas, Estela de Carlotto, al trazar un balance del año que finalizó, que superó al 2016 y duplicó al 2015 en cuanto a identidades restituidas.
“Nunca bajamos los brazos y la visibilidad de nuestra tarea va en crecimiento, pero eso solo no aumenta la cantidad de nietos que encontramos”, dijo Carlotto, y destacó que muchos nietos las buscan a ellas y “eso hace que los encontremos”.
“Es una sucesión de casualidades que hacen que se dé en nuestros nietos ese despertar de algunos que hace que nos busquen y los encontremos”, explicó.
Al trazar un balance del año, con cuatro restituciones de identidad y dos casos resueltos de madres cuyos hijos no llegaron a nacer, Carlotto agregó que “cuando hay mucho amor, constancia y optimismo, las cosas salen bien”. “Seguimos encontrando desaparecidos con vida pero necesitamos que también no toquen ni un centímetro los resortes que sostienen a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) y al Banco Nacional de Datos Genéticos que son fundamentales en la búsqueda”. afirmó sobre los recursos que permiten continuar con la tarea de recuperación de los nietos apropiados por la dictadura cívico militar.
Difícil pero no imposible
Con relación al trabajo conjunto con el Estado y a las políticas de derechos humanos, Carlotto señaló que “si bien el Estado quiere olvidar y mirar para otro lado, la Abuelas queremos que la dictadura que vivimos no vuelva a repetirse”.
“Nosotras recibimos muchos agravios por parte del Gobierno, pero decimos la verdad y la decimos seriamente. Si se olvida, queda un pozo negro que puede repetirse, quizá no como golpe cívico militar, sino como vemos ahora, con presos políticos, detenciones de jóvenes en protestas, con jubilados indefensos y genocidas con prisión domiciliaria que van a violar”, sostuvo.
Carlotto, quien recuperó a su nieto Ignacio Montoya Carlotto en 2014, consideró que la búsqueda de la identidad por parte de quienes actualmente tienen alrededor de 40 años “es contagiosa”. “Muchos se enteran tardíamente de que no son sus padres a quienes están velando y forma grupos de búsqueda de su origen y es una manera de encontrar datos rastreando pero al revés”, dijo en alusión al deseo de los jóvenes de conocer su origen.
La dirigente de derechos humanos destacó el valor de esa tarea debido a los obstáculos que representa: “hay registros civiles cerrados, documentos quemados o clínicas que ya no existen más y eso lo hace difícil pero no imposible”, afirmó.
Logros de restitución identitaria
122. El primer caso del año fue el del hijo de Enrique Bustamente y de la joven embarazada de tres meses Iris Nélida García Soler, ambos desaparecidos durante la última dictadura cívico militar. Bustamante y García Soler militaban en “Montoneros” y estuvieron detenidos ilegalmente en el centro clandestino “El Atlético” luego de ser secuestrados en una pensión del barrio porteño de San Telmo. García Soler fue llevada a la Escuela Mecánica de la Armada (ESMA) para dar a luz y, a los pocos días, fue separada de su hijo.
Los nietos 123 y 124 fueron los casos identificados por el EAAF de dos mujeres embarazadas y asesinadas cuyos hijos no llegaron a nacer. En el primer caso se trata del hijo de Ramona Benítez de Amarilla, desaparecida el 16 de mayo de 1976, y de Fernando Amarilla. Ambos militaban en la organización Montoneros y el 16 de mayo de 1976 fueron secuestrados en la vía pública de la localidad bonaerense de Remedios de Escalada, cuando la joven estaba embarazada de tres meses. Mientras el caso 124 es el del hijo de Susana Elena Ossola, nacida el 23 de noviembre de 1953, en San Luis, y de su pareja, Oscar Urra Ferrarese, de nacionalidad chilena. Ambos militaban en el PRT-ERP y fueron secuestrados el 22 de mayo de 1976 en la vía pública, en la localidad de San Miguel, provincia de Buenos Aires, cuando la joven también cursaba el tercer mes de embarazo.
El anuncio de la aparición del nieto 125 se produjo el día en que las Abuelas celebraban el 40 aniversario de su creación, el 30 de octubre de 1977. “Otra alegría: hoy encontramos otra nieta” había dicho desde el escenario del Centro Cultural Kirchner, Estela de Carlotto, al anunciar la identidad de la hija de Lucía Rosalía Victoria Tartaglia, secuestrada en La Plata en noviembre de 1977. Durante un año fueron vanos los esfuerzos por localizarla por parte de su familia, hasta que en noviembre de 1978 su hermano recibió una carta que le relataba que estaba detenida en el centro clandestino El Olimpo. En otra carta, Lucía le contaba que estaba embarazada y que esperaba dar a luz a principios de 1979 y desde ese momento su familia no dejó de buscar a ambos.
El 5 de diciembre, Adriana se constituyó en la nieta restituída 126, hija de Edgardo Garnier y de Violeta Graciela Ortolani, nacida en enero de 1977 durante el cautiverio de su madre. “Estoy feliz, se me completó la vida”, dijo la joven al presentarse en la conferencia de prensa desde la sede de Abuelas. Inmediatamente Adriana viajó a Concepción del Uruguay, y pudo abrazarse con su abuela paterna Blanca Garnier.
La última restitución -nieta 127- fue el 28 de diciembre cuando Carlotto anunció la recuperación de la hija de Carlos Simón Poblete y de María del Carmen Moyano, nacida en la ESMA durante el cautiverio de su madre, que había sido secuestrada en el centro clandestino La Perla, en la provincia de Córdoba. María del Carmen dio a luz hacia fines de junio de 1977, asistida por el médico Jorge Luis Magnacco, juzgado y recientemente excarcelado.