El Litoral
El país sudamericano cerró 2017 con la inflación más alta de su historia y la producción de petróleo -su fuente de ingresos casi excluyente- más baja de los últimos 28 años.
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Télam
El papa Francisco y varios gobiernos reiteraron este lunes su preocupación por la crisis en Venezuela, que cerró 2017 con la inflación más alta de su historia y la producción de petróleo -su fuente de ingresos casi excluyente- más baja de los últimos 28 años, e inició el año con nuevas dudas acerca del éxito del diálogo entre el chavismo y la oposición.
Los precios minoristas acumularon en 2017 un encarecimiento de 2.616 por ciento, informó la Asamblea Nacional (AN), el parlamento con mayoría opositora que elabora su propio indicador después de que el presidente Nicolás Maduro decidiera en 2014 dejar de publicar estadísticas oficiales.
Venezuela se encuentra en hiperinflación (tasa mensual superior a 50 por ciento) desde septiembre pasado y solo en diciembre se verificó un crecimiento de los precios de 85 por ciento, según la AN.
El presidente de la Comisión de Finanzas de la AN, el economista José Guerra, afirmó que 70 por ciento del déficit fiscal de 2017 "fue financiado con impresión de dinero" y advirtió que en 2018 la inflación "puede pasar de 10.000 por ciento si el Banco Central de Venezuela (BCV) sigue financiando al gobierno".
En tanto, la producción de petróleo del monopolio estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) se redujo en 100.000 barriles diarios en diciembre pasado y se ubicó en 1,7 millón de barriles diarios, el nivel más bajo desde 1989, informó la firma de análisis del mercado energético S&P Global Platts.
"Hay que remontarse a agosto de 1989, más de 28 años atrás, para encontrar una producción tan baja por parte de Venezuela", dice el reporte de S&P Global Platts, que basa sus análisis en estadísticas de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), según consignó la agencia de noticias EFE.
Maduro atribuye la crisis de la producción petrolera a las recientes sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y otros países al gobierno de Venezuela, y a corrupción en Pdvsa, por lo que encarceló en los últimos meses a 60 ex ejecutivos y designó al frente de la compañía a Manuel Quevedo, un general de la Guardia Nacional (policía militar) sin experiencia en el sector.
En cambio, diversos especialistas locales sostienen que la situación es de más larga data y obedece principalmente a la falta de mantenimiento de la infraestructura para la explotación de petróleo.
De hecho, mientras es el país con la mayor cantidad de reservas probadas de petróleo, de 297.000 millones de barriles, Venezuela, que históricamente fue uno de los tres principales productores y exportadores de crudo, desde 2015 no figura entre los primeros diez.
En ese contexto, el papa Francisco dijo ante el cuerpo diplomático acreditado ante el Vaticano que "la querida Venezuela" sufre "una crisis política y humanitaria cada vez más dramática y sin precedentes", y reclamó a las autoridades del país caribeño "responder sin demora a las necesidades primarias de la población".
Asimismo, el presidente electo de Chile, Sebastián Piñera, dijo que el gobierno que iniciará el 11 de marzo próximo se fijará como "prioridad" ayudar a aliviar "la tragedia que vive desde hace algunos años el pueblo venezolano", tras reunirse en Santiago con la fiscal general destituida en agosto pasado en Venezuela, la chavista disidente Luisa Ortega Díaz.
Por otra parte, el canciller de Portugal, Augusto Santos Silva, aseguró en Caracas que su país está dispuesto a "apoyar ahora a Venezuela" tanto "en lo que respecta a nuevos proyectos de cooperación" como, "sobre todo", en sectores como "los alimentos, las medicinas, los fármacos".
Paralelamente, el canciller de México, Luis Videgaray, reiteró hoy que su gobierno continuará entre los observadores del diálogo que el chavismo y la oposición llevan adelante desde el mes pasado en la República Dominicana "siempre y cuando las condiciones sean idóneas".
Videgaray había revelado ayer que él y su colega de Chile, Heraldo Muñoz, notificaron al presidente dominicano, Danilo Medina, que pusieron "en duda" la continuidad de esos dos países como testigos del diálogo debido a "algunas decisiones del gobierno venezolano que no necesariamente son congruentes con lo que se ha venido hablando en la mesa".
Tras dos intentos frustrados en los meses previos y dos experiencias fallidas en 2014 y 2016, delegados del chavismo y la oposición iniciaron el 1 de diciembre pasado, en Santo Domingo, un diálogo político que, según anunciaron, tendrá su tercera ronda el viernes y el sábado próximos.
Las negociaciones son auspiciadas por Medina y el ex presidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, y actúan como observadores los cancilleres de Bolivia, Nicaragua y San Vicente y las Granadinas, a pedido del chavismo, y Chile y México, solicitados por la oposición.