Luis Rodrigo | [email protected]
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Enero, las vacaciones, la liberación aparente de las rutinas laborales, o acaso el calor, producen unas alteraciones en la percepción del tiempo en esta época del año. La gente suele decir que no sabe en qué día vive y -con todo derecho- se distrae al menos por un par de semanas de la realidad.
¿Cuántas confusiones podrán sufrir quienes vuelvan de sus paseos o despierten de las tórridas siestas santafesinas y se enfrenten con las últimas novedades políticas en la provincia?
Los últimos títulos relevantes muestran una fuerte actividad en el Partido Socialista, cuyo debate interno imagina escenarios para la próxima elección.
El oficialismo del oficialismo (eso podría decirse que es el PS en el Frente que gobierna la Provincia) parece ser el sector político más activo por estos días... como si no hubiera perdido las elecciones.
Empujado por su militancia juvenil -que armó un encuentro que parecía sólo la celebración de un ritual partidario más- el socialismo santafesino hoy vive una discusión de fondo: ¿abrir o no el oficialismo provincial al peronismo? ¿crear un nuevo oficialismo para no dejar de serlo?
A la tesis de la “transversalidad” la inauguró el diputado nacional Luis Contigiani, el único legislador que tiene esa fuerza en el Congreso, y le agregó pimienta el ex gobernador Antonio Bonfatti, precisamente en el 29° campamento de los jóvenes socialistas, en Cosquín.
En la contracara se ubicó el gobernador Miguel Lifschitz, que le bajó el tono a la posibilidad de abrir un marco de conversaciones con el peronismo para ese “frente plural” que sea una alternativa “ante la derecha”, según la definición del presidente del PS.
Luego se sumaron más voces. El concejal rosarino Enrique Estévez recordó que el kirchnerismo inventó el “narcosocialismo” y el senador por Rosario Miguel Cappiello (¿candidato en Rosario?) confirmó que desde hace medio año conversa con sus pares peronistas. También confió en que el límite son los K.
¿Habrá una pulseada entre el ex gobernador y el actual por esa diferencia? No hay aún una respuesta, sí se sabe que ambos piensan en esos términos (con o sin el peronismo) desde hace más de dos años... Ya a fines de 2015 Lifschitz preparaba su llegada a la Casa Gris y Bonfatti su desembarco en la presidencia de la Cámara de Diputados cuando los dos trazaron estrategias diferentes ante la irrupción del macrismo y sus secuelas santafesinas sobre la UCR y el Frente.
Quien vuelva a leer el diario tras sus vacaciones verá tanta actividad entre los socialistas que habrá que recordarle que no son precisamente los ganadores de los últimos comicios disputándose espacios para sus próximos éxitos, sino los dirigentes que han prestado atención al mensaje de las urnas de octubre de 2017.
Aunque con matices, Lifschitz y Bonfatti saben que deben renovar internamente su propuesta, sacudir el escenario político con un movimiento tan ambicioso como al reforma de la Constitución con reelección del gobernador, o producir incluso ambas opciones para 2019.
Mientras tanto, fuera del PS, existe un dato curioso: casi nada ocurre a nivel provincial con la alianza entre la UCR y el PRO que recibió el respaldo de la mayoría en prácticamente toda la bota (salvo en la elección de concejales de la ciudad de Santa Fe). Apenas algunas chicanas entre dirigentes radicales ubicados dentro y fuera de Cambiemos, y dentro y fuera del Frente Progresista se hacen algún lugar entre las novedades del primer mes del año. Como en el fútbol, lo que importa en enero con los radicales es el libro de pases.
Otro dato relevante: en Santa Fe, con tantos dirigentes de origen peronista en Cambiemos, la chance de un cambio de equipo (como ya ocurrió en tiempos de Miguel del Sel) siempre es posible.
Cabe un tercer asterisco, a cargo del peronista que obtuvo más votos en los últimos dos años, incluso más que Carlos Reutemann. Omar Perotti advirtió que cuando el PJ arma una alianza es para conducirla.