El Litoral
La rumana Simona Halep y la danesa Caroline Wozniacki disputarán el sábado una final con mucho en juego en el Abierto de tenis de Australia: la ganadora se quedará con el número uno del ranking y alzará el primer título de Grand Slam de su carrera.
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Tras perder cada una dos finales de Grand Slam en el pasado, las actuales número uno y dos del ranking irán en busca del mayor logro de sus carreras. Ambas superaron dos semifinales cargadas de drama en el final para instalarse en su primera definición en Melbourne.
Halep, vigente líder del ranking, batió a la alemana Angelique Kerber por 6-3, 4-6 y 9-7 después de remontar dos match points. Wozniacki, ex número uno del mundo, ganó en dos parciales, aunque tuvo que levantar dos set points para batir a la debutante belga Elise Mertens por 6-3 y 7-6 (7-2).
"Ha sido muy duro, todavía estoy temblando", dijo Halep tras su victoria sobre Kerber en dos horas y 20 minutos de batalla en el estadio Rod Laver.
La rumana superó un durísimo escollo ante Kerber, ex número uno del mundo y ganadora del título en Australia en 2016. La alemana llegaba a semifinales otra vez en su mejor nivel después de haber ganado los 14 partidos que disputó en 2018. Pese a la derrota, la próxima semana volverá al top ten.
"Ha sido muy emotivo. Sabía que iba ser muy duro. Ella está moviéndose muy bien, pegando de todos lados", señaló la rumana. "Estoy orgullosa de haber resistido, no es fácil haber tenido dos partidos así de duros en este torneo. Iré hasta el final en este torneo, lo daré todo y después descansaré".
Ahora le espera un encuentro especial ante Wozniacki, ya que buscará alzar su primer grande después de dos finales perdidas en Roland Garros (2014 y 2017).
"La respeto mucho. Se que será un partido similar al de hoy. Voy a tener que correr", señaló Halep. "Cuando perdí la final en Francia (ante la letona Jelena Ostapenko), me prometí dar lo mejor y ser mas valiente la próxima vez. Quiero dar lo mejor en la final y no pensar en el título. Si viene, vendrá".
Wozniacki tuvo luchar para cerrar un partido que se le complicó en el final ante Mertens, que a sus 22 años estaba disputando por primera vez el cuadro principal en Australia y nunca había superado la tercera ronda en un Grand Slam.
"Esto significa tanto para mí. Habitualmente estoy tranquila, pero mis piernas empezaron a temblar", reconoció Wozniacki. "Por suerte ayuda mucho la experiencia, ya he estado en esto antes", indicó la ganadora del Masters del año pasado en Singapur.
En 1:37 horas de juego en la Rod Laver, la danesa accedió así a la tercera final de Grand Slam en su carrera y después de perder en las definiciones del US Open de 2009 y 2014 irá en busca de revancha. Y como premio extra, en caso de vencer recuperará el cetro que supo ocupar por última vez en enero de 2012.