Redacción de El Litoral
Un repaso por la filmografía del cineasta mexicano cuya última película, “La forma del agua”, cosechó 13 nominaciones al Oscar. Artista versátil y notable creador de ambientes fantásticos, se maneja con igual solvencia en el terror y lo fantástico, como en la adaptación de cómics y las superproducciones al estilo de “Titanes del Pacífico”.
Redacción de El Litoral
“Crecí en los sesenta, disfrutando el cine fantástico de Universal y el de terror de la Hammer, así como de una enorme invasión de caricaturas y películas de ciencia ficción japonesas. Fue un momento muy rico y todo ello convergió en mi imaginación de niño”. El que habla es Guillermo del Toro, en una entrevista concedida al diario El País. Y podría decirse que todas esas influencias que marcaron su infancia se tradujeron después en su cine. Es que el director mexicano, cuya última película “La forma del agua” obtuvo 13 nominaciones al Oscar y se perfila como una de las favoritas del año, posee una filmografía variada, pero que tiene como hilo conductor la apelación a situaciones mágicas o fantásticas que se producen en ambientes barrocos, cargados de simbolismo, donde se perciben influencias del cine de clase B, de los cómics y de la literatura fantástica, desde Edgar Alla Poe hasta H.P. Lovecraft. Pero sobre todo, el cine de del Toro se caracteriza por sus monstruos, al punto de que él mismo destacó que posee una fascinación hacia ellos que es “casi antropológica”.
La primera película de Guillermo del Toro que obtuvo atención internacional fue “Cronos” (1993), rodada en su país natal e interpretada por Federico Luppi, Ron Perlman y Claudio Brook. Se trata de un film de horror que se ganó un lugar como obra de culto y donde el artista sentó sus bases estilísticas. En esta original vuelta de tuerca al mito del vampiro, “cronos” es un artefacto creado por un alquimista medieval, en cuyo interior se encuentra instalado un insecto, que se alimenta de sangre y tiene el poder de ofrecer la eterna juventud.
Tras la buena recepción de “Cronos”, del Toro se trasladó a Los Ángeles para rodar “Mimic” (1997), basada en la novela de Donald A. Wolheim. Mira Sorvino, Jeremy Northam, Josh Brolin, F. Murray Abraham, Charles S. Dutton, Giancarlo Giannini y Alexander Goodwin protagonizan este film ambientado en Nueva York, donde una epidemia provocada por cucarachas provoca una severa enfermedad que afecta a los niños, lo que lleva a una entomóloga a crear un insecto modificado genéticamente para que depredade a las cucarachas y aplaque la plaga.
En 2001 el mexicano rodó en España “El espinazo del diablo”, con Marisa Paredes, Eduardo Noriega y Federico Luppi. En este filme, que mezcla elementos del thriller y el terror gótico con los primeros años de la España de Francisco Franco como contexto, Guillermo del Toro terminó de asentar las características de su filmografía. La sinopsis es la siguiente: recién finalizada la Guerra Civil española, un niño de diez años llega a un orfanato que recibe a huérfanos de víctimas republicanas. Su presencia alterará la rutina diaria del colegio y se verá acechado por un fantasma.
Cómic, laberintos y un amor extraño
En los años posteriores dirigió adaptaciones de cómics: “Blade II” (2002), con Wesley Snipes y “Hellboy” (2004) con Ron Perlman en uno de sus mejores papeles. A pesar de que en ambos casos responde a las necesidades comerciales, del Toro no renuncia por ello a explorar las obsesiones presentes en el resto de su obra.
Sin embargo será “El laberinto del fauno” (2006) la que marcará su consagración definitiva. Ivana Baquero, Sergi López, Maribel Verdú, Doug Jones, Ariadna Gil, Álex Angul y Federico Luppi actúan en esta coproducción entre España, México y Estados Unidos donde del Toro vuelve a mixturar con imaginación desbordante lo fantástico con el thriller y el drama en la España de la década del ‘40. “Asombroso cuento de hadas (...) en el mismo altar que otras grandes cintas fantásticas como la trilogía de ‘El señor de los anillos’”, escribió Lisa Schwarzbaum, de Entertainment Weekly, respecto a “El laberinto...”.
La megaproducción de ciencia ficción “Titanes del Pacífico” (2013) y la ambiciosa “La cumbre escarlata”, en la cual del Toro rinde un homenaje muy personal a cineastas como Darío Argento, Alfred Hitchcock y Terence Fisher fueron una especie de paréntesis antes de la llegada de “La forma del agua”, donde el mexicano parece haber recobrado su mejor forma para contar la historia de una joven muda (Sally Hawkins) que trabaja como conserje en un laboratorio en 1963 y se enamora de un hombre anfibio (Doug Jones) que se encuentra ahí recluido. Hasta ahora, la película recibió únicamente elogios, coronados con las 13 nominaciones al Oscar. Para verla en los cines argentinos, habrá que esperar hasta el 22 de febrero.
El Dato
Conocidos
Doug Jones, el actor que encarna al hombre anfibio en “La forma del agua”, ya trabajó en diversas oportunidades con Guillermo del Toro, siempre caracterizado como algún ser fantástico o monstruo. Trabajó en “Mimic”, “Hellboy” y “El laberinto del Fauno”. El trabajo de Jones se caracteriza por su especialización en mímica y contorsionismo.