El Litoral
Al mismo tiempo, endureció los requisitos del programa de admisión en nombre de la seguridad nacional.
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DPA
Después de 94 días de veto migratorio, el gobierno de Estados Unidos volvió este lunes a autorizar la entrada al país de refugiados de 11 naciones, aunque al mismo tiempo endureció los requisitos del programa de admisión en nombre de la seguridad nacional.
En octubre de 2017 el gobierno de Donald Trump terminó con el veto a todos los refugiados del mundo, pero ordenó reforzar el escrutinio de sus solicitudes y excluyó del proceso sin excepciones a ciudadanos de 11 naciones no identificadas.
La lista, que comenzó a elaborarse tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 y se actualizó por última vez en 2015, contiene naciones que presentan "potencialmente un mayor riesgo" para Estados Unidos, según explicaron funcionarios en una conferencia telefónica, en la que se negaron a dar los nombres de los países.
Durante los más de 90 días que duró la revisión "en profundidad" de "cada uno" de esos países, se ralentizó la gestión de las solicitudes de asilo de sus ciudadanos porque el gobierno dio prioridad a las peticiones de personas de otros lugares.
Pese a no existir una divulgación pública de la lista oficial de estos países, medios locales aseguraron que incluye 10 naciones de mayoría musulmana más Corea del Norte.
Según organizaciones civiles que defienden los derechos de los refugiados, la lista la completan Egipto, Irán, Irak, Libia, Mali, Somalia, Sudán del Sur, Sudán, Siria y Yemen, informó la agencia de noticias EFE.
"La lista no tiene nada que ver con la religión mayoritaria de esos países, sino con el riesgo que suponen para nuestra nación", aseguraron los funcionarios estadounidenses ante la prensa, luego de pedir anonimato.
A partir de ahora, los ciudadanos de estos países enfrentarán evaluaciones más estrictas "basadas en el riesgo", pero ya no serán vetados desde el inicio.
"Es sumamente importante que sepamos quién ingresa a Estados Unidos", argumentó la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, en un comunicado luego de conocerse la noticia.
Nielsen explicó que las medidas de seguridad adicionales "dificultarán que los malos actores exploten nuestro programa de refugiados y se asegurarán de que adoptemos un enfoque más basado en el riesgo para proteger la nación".
A su vez, el departamento liderado por Nielsen elaboró una serie de recomendaciones y medidas para "fortalecer la integridad" del Programa de Admisión de Refugiados.
Además de los ya estrictos chequeos de identidad, los ciudadanos de estos países deberán pasar una evaluación adicional, de la que no se ofrecieron más detalles.
Finalmente, la lista de los países de "alto riesgo" y su criterio de selección deberán ser revisadas y actualizadas cada seis meses.
Durante el año fiscal 2018, que comenzó en octubre pasado, Estados Unidos pretende admitir un máximo de 45.000 refugiados, lo que representa una reducción del 60% respecto a los 110.000 de 2017 y, en términos absolutos, la cifra más baja desde 1980.
Desde que asumió la Presidencia, Trump se ha mantenido coherente en su objetivo de reducir todos los aspectos de la inmigración, incluidos los refugiados.
Una de las últimas medidas del mandatario fue la decisión de retirar, en diciembre pasado, al país del Pacto Mundial de la ONU sobre la protección de migrantes y refugiados. Trump argumentó que la política migratoria del país debe estar en manos "sólo" de los estadounidenses.