Juan Carlos Haberkon
Javier Díaz
La entidad del norte completará las dos categorías que le faltaban y competirá en el torneo de ascenso.
Juan Carlos Haberkon
Javier Díaz
Hace tres años se lanzaba al mundo de la Liga Santafesina de Fútbol con las divisiones inferiores. Era el primer paso de un proceso que en este 2018 llega a su punto máximo con la incorporación de las categorías superiores.
Se trata del Club Loyola, institución enclavada en el límite de los barrios Yapeyú y el que le otorga el nombre. Tiene influencia en una zona más amplia que incluye también a Santa Marta, La Ranita, San Agustín y Marcos Bovio, y cuenta con unos 220 pibes que todos los días sueñan a lo grande en la cancha ubicada en la avenida Santa Fe entre Alfonsina Storni y La Pampa.
“El club viene bien organizado y por eso en esta temporada decidimos empezar a participar en Primera y Reserva para completar un proceso que ya comenzamos hace tres años y nos permitió en el pasado hacer una buena campaña en inferiores”. La frase pertenece a Marcelo Mendoza, síndico de la institución y uno de los impulsores de fútbol en la misma.
Con la incorporación de las divisiones Primera y Reserva, Loyola estará representado en las 11 categorías de la Liga Santafesina de Fútbol. El club también tiene un equipo de fútbol femenino y uno que compite en el torneo Senior.
Para completar la cadena sólo falta un eslabón: la escuelita, que ya está en proyecto. “Estamos trabajando en esa idea porque ya hay muchas madres que se acercan a preguntar. Lo que pasa es que nos limita mucho el espacio que tenemos. De todas maneras es algo que estamos pensando para más adelante porque genera muchísimo movimiento”, confirmó Mendoza.
El encargado de llevar adelante este desafío futbolístico que emprende Loyola es un experimentado como el “Beto” Escribanich. Junto a su equipo de trabajo, el DT se encuentra en el armado del plantel -que estará compuesto en su mayoría con jugadores del barrio- y la puesta a punto para el inicio del torneo.
“Solamente nos pidió que le mejoremos la cancha lo máximo posible, ahora estamos abocados al festival (NdeR: ver “Hacia un club social”) pero una vez que pase eso nos pondremos de lleno para dejarla lo mejor que podamos antes del arranque del torneo”, aseguró el síndico y delegado en la Liga.
En el club esperan que este salto al fútbol mayor despierte el entusiasmo de la gente de la zona. “El año pasado ha ido bastante gente a ver jugar a los chicos, principalmente lo que son inferiores menores. Ojalá logremos generar un buen entusiasmo con la Primera para tener un buen acompañamiento”.
Mano derecha
Con sus mismas ganas y como mano derecha del presidente Eduardo Romero, trabaja a destajo por la institución Silvana Barrios, una dirigente que muchas veces debe luchar contra los prejuicios del fútbol pero a la que eso no la detiene. En su interés sólo está sacar el club adelante.
“Es un gran desafío trabajar cada día para poner en funcionamiento un club con muy pocos recursos y al que asisten chicos con muchas necesidades. Por eso es que tenemos que estar constantemente pensando en eventos y actividades para recaudar fondos”, afirmó.
Barrios indicó que algunos negocios de la zona realizan algún aporte, pero “en general se hace todo a pulmón y con mucho sacrificio”. En ese sentido, reconoció que “la tarea no es fácil porque el club está inserto en una zona donde la realidad económica no es la mejor, incluso para los mismos comercios”.
“Ojalá tuviéramos ayuda de alguna empresa porque nos serviría para solventar algunos gastos del funcionamiento como puede ser el traslado de los chicos para los partidos o los mismos fichajes porque sabemos que hay familias que no pueden pagar el fichaje de su hijo”, deseó.
Para el mismo lado
Otro directivo que emplea buena parte de su tiempo en trabajar por el crecimiento del club es el secretario Facundo Sánchez. Junto a Barrios y Mendoza conforman el triángulo de confianza de Eduardo Romero y fueron los principales impulsores del relanzamiento de la institución.
Desde su análisis actualmente la institución está “ordenada” económicamente. “Fue un gran sacrificio y requirió un esfuerzo enorme de toda la gente de la institución pero lo pudimos conseguir”, destacó.
Para ello se hicieron ventas de pollos, empanadas y rifas que sirvieron para “ordenar algunas cosas que habían quedado poco claras”, según señaló.
Actualmente, de acuerdo a la mirada de Sánchez, la mayor fortaleza de la Comisión Directiva es ser “un grupo unido en el que todos ponemos un gran esfuerzo y tiramos para el mismo lado. De otra manera no podríamos funcionar porque acá se hace todo a pulmón”.
“Trabajamos para inculcarle a los chicos que donde vayan tienen que tener un comportamiento adecuado porque ellos son la imagen de la institución. El respeto y los valores humanos son tanto o más importante que los resultados deportivos”, sostuvo.
Y para finalizar, insistió en un pedido a la comunidad en general: “A todos aquellos que quieran colaborar, les decimos que se acerquen porque las puertas del club están abiertas para todos. Trabajamos para ayudar a los chicos, evitar que caigan en la droga y los malos hábitos; para eso necesitamos el apoyo de todos”.
Vuelve el festival folklórico Loyola-Yapeyú
Hacia un club social
Durante su visita a El Litoral, los tres directivos dejaron en claro la necesidad de convertir a Loyola en una institución insertada en la comunidad, donde no sólo importe el fútbol y las actividades sociales y culturales tengan preponderancia.
Con ese objetivo, es que este año relanzarán el festival folklórico Loyola-Yapeyú, que sumará su cuarta edición y volverá a realizarse luego de siete años de ausencia. Es una apuesta fuerte que no apunta a obtener beneficios económicos -si los hubiera serán bienvenidos- sino más bien a consolidar el rol del club.
Es por esto que los organizadores decidieron realizarlo con entrada libre y gratuita. A quienes concurran sólo se les pedirá la donación de útiles escolares, aunque tampoco será obligatorio.
El evento tendrá lugar el sábado 17 de febrero y contará con la participación estelar de Senderos, además de otros grupos del género y del chamamé. Quienes asistan podrán disfrutar de un servicio de bufet a cargo del club.
“Vamos a relanzar el festival folklórico como veníamos ideando desde el año pasado. Muchos pensarán por qué no cobrar una entrada y así obtener algún dinero para la institución. Pero la realidad es que los chicos tienen otras necesidades también y entre ellas notamos que muchos van a empezar las clases sin contar con los útiles mínimos”, indicó Silvana Barrios.
“Nosotros sabemos que el club no puede ser únicamente un lugar donde vayan a jugar al fútbol, sino que tiene que ser un espacio de contención y formación de la persona. Para eso es fundamental que incentivemos la educación y nos parece una buena idea darles una mano para que comiencen las clases con los materiales necesarios para estudiar”, explicó.
“No sabemos si vamos a sacar alguna ganancia, pero es algo que queremos hacer porque el club además de fútbol tiene que ser un espacio social para toda la zona. Por eso queremos convocar a toda la comunidad, pero para que la gente se acerque tiene que ver cómo se está trabajando”, completó.