Federico Aguer
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La situación es inédita: de un lado de la ruta 1 la crecida del río obligó a evacuar la hacienda de las islas más bajas. Del otro, una feroz sequía limita la oferta forrajera.
Federico Aguer
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El clima asestó un inesperado golpe a la ganadería de islas de la provincia: la combinación de un río crecido y una seca feroz en los campos que usualmente se destinan a pastaje. El escenario que mejor describe esta paradoja vuelve a ser la banquina de la Ruta Provincial N° 1.
La buena noticia es que al menos uno de estos factores tiende a normalizarse. Según le adelantó el presidente de la Sociedad Rural de San Javier Adrián Simil a Campolitoral, la situación está llegando al pico de la creciente para esta semana, y si bien hubo lluvias importantes en la cuenca del Pilcomayo, no llovió en la del Iguazú.
Igualmente, la crecida obligó -como ya es habitual- a evacuar la hacienda de las islas más bajas. Según Simil, “en la isla de San Javier quedaban unas 30 mil cabezas, de las cuales el 50 % ya se evacuó. Tenemos unas 140 mil en todo el distrito, y de 300 a 350 mil cabezas en todo el departamento. Mucho de productores propios y otro tanto de pastajeros que la llevan a otros campos de la provincia”.
El ruralista explicó que estuvieron reunidos con el secretario Tion “y si bien fue prudente para no hacer promesas, quedó en permanente contacto con nosotros”.
Finalmente, Simil analizó el impacto de esta movida, porque luego de sacar la hacienda no es automático el regreso a la isla. “Si no hay otro pico deberemos esperar entre 45 a 60 días para volver. El problema es el transporte, porque no todos tienen los barcos para sacar la hacienda”.
También sostuvo que el fenómeno no afecta a la campaña de arroz, la que se riega de modo artificial con bombas, aunque remarcó “un fuerte proceso de concentración hacia los grandes productores”.