Pasaron seis años desde la última edición del Festival del Agua y el Canto. Tal como fuera anunciado a la prensa, este fin de semana se retomará la costumbre de llevar los sillones para disfrutar de un espectáculo en el predio ubicado en el Centro de Educación Física n° 29 “Roberto Torres Guanatey”, con ingreso por Avenida Galicia y Las Heras (jurisdicción de los barrios María Selva y Guadalupe Oeste).
La 19a edición, organizada como es costumbre por la Asociación Cooperadora del CEF, constará de dos noches a pura danza y canto popular donde habrá diversas expresiones artísticas de la ciudad y la región: el viernes tendrá en su grilla a la Academia Musical Norte, Ángeles Deló, Claudio Toro, Dúo de Guitarras Ojeda-Molinari, Danza Agrupación Cayastá-Aguiyevé, Diego Arolfo, Monchito Merlo y El Rejunte; el sábado actuarán Karen, Emiliano Zerbini, Ezequiel Ávila, Natalia Pérez y Cántaro, Danza Taller de Folklore CEF 29, Tero Ponse y los del Montón, La Danzera y Grupo Identidad. Ambas fechas comenzarán a las 21, con entradas a 100 pesos (por noche), y acceso gratuito para menores de 12 años. Habrá servicio de bufete y no se suspende por mal tiempo. La recaudación será destinada al sostenimiento de la institución.
A días de su reedición, El Litoral conversó con los organizadores del Festival.
—¿Cómo se concretó la posibilidad de volver a organizar el Festival después de seis años?
—Creemos que era necesario volver a hacerlo. Es una actividad cultural que el CEF realiza como escuela y que seguía faltando para los artistas locales. También se evaluó la necesidad de devolverle al norte de Santa Fe un espectáculo cultural de calidad y poder generar recursos para el sostenimiento de la institución.
—¿Qué tendrá de particular esta edición?
—Vuelven artistas que han sido fundamentales en la historia del Festival. Diego Arolfo, cantautor de una excelencia musical, y Miguel Ángel Morelli, primer padrino del Festival y participante en la primera edición. Natalia Pérez y Cántaro, con su calidad y sensibilidad, va a subir por primera vez al (escenario) Juan Arancio. También estará Emiliano Zerbini, consagración de la última edición del Cosquín, y único músico oriundo de otra provincia.
Además, estarán los artistas locales; muchos de ellos pisaron un escenario por primera vez en el Festival del Agua y el Canto, y ahora participan con una generosidad inmensa. Todos los chicos que van a subir al escenario estuvieron en ediciones anteriores y colaboraron con la institución. Son trabajadores de la cultura que se han brindado para el sostenimiento de una escuela pública.
—¿Qué recuerdos asoman a la mente ante el inminente retorno del festival?
—Un recuerdo muy fuerte es la llegada a nuestro escenario de los Tucu Tucu (2001), porque es un grupo muy querido, con una historia y una tradición en la ciudad. El otro recuerdo, triste, es que ya teníamos todo preparado para que llegara Tamara Castro y se dio esa fatalidad que dejó truncado un sueño que teníamos.
Además, está el recuerdo de los artistas que subieron al escenario siendo muy chicos (Karen, Ezequiel Ávila) y a quienes hemos visto crecer. Nos conmueve y sensibiliza mucho la colaboración que prestan los vecinos y alumnos que se formaron en el Centro y que hoy vuelven a ofrecer su trabajo, como lo hicieron sus padres cuando ellos eran pequeños. Significa que este sueño colectivo quedó en la memoria de todos. Este festival nació con mucho amor y todos somos cooperadores: dedicamos nuestro tiempo y trabajo a la Cooperadora del CEF 29.
Tal vez era necesario que pasaran todos estos años sin hacerse el festival para recordar lo que significó y poder valorar lo que había quedado en el ideario de la gente. Tratamos de volver así, respetando esa organización tan meticulosa que siempre tuvimos. Queremos que todos se sientan bien y tengan su reconocimiento para celebrar un encuentro en el que se difunde nuestra cultura popular.
—¿Qué lugar ocupa ‘el gran congreso de la familia’ en el corazón de los santafesinos?
—Cuando nació, allá por 1995, prácticamente no había festivales en la ciudad. El Festival del Agua y el Canto vino a devolverle a la gente ese espacio al aire libre, público, compartido, donde nunca hubo plateas. La consigna siempre fue llegar temprano para sentarse adelante; no era una cuestión de dinero. La famosa frase “traiga su sillón” dejó una huella que, para nosotros, además de anecdótica es muy linda.
Antonio “Tino” Canal es el histórico maestro de ceremonias del Festival del Agua y el Canto. Oriundo de La Escondida (Chaco), desde hace más de cuarenta años estudia y difunde el folklore santafesino y desarrolla actividades que favorezcan los escenarios para los músicos locales. Además, fue docente de Educación Física del CEF 29 por más de veinticinco años. Desde la organización lo definen así: “No es locutor ni animador; es un profesor que sube al escenario, con la idoneidad y la capacidad justa conduce el festival. Para nosotros, es un orgullo inmenso porque desde el escenario también aporta para que el colectivo de la gente aprenda y conozca más de la historia y de los poetas de nuestro folklore”.
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www.delaguayelcanto.com.ar