Redacción de El Litoral
Hay un optimismo manifiesto en Unión: Gamba evoluciona a ritmo acelerado de la doble fractura.
Redacción de El Litoral
Por ahora, quieren ser cautos aunque no por ello dejan de irradiar optimismo. Madelón lo dijo claramente en la charla post partido luego de la derrota ante Estudiantes. Fue directo: “vamos a ver cómo está Lucas, viene recuperándose bien y lo vamos a evaluar”, señaló el técnico, palabras más o menos. El Litoral, en tanto, trató de investigar por otro lado y encontró una respuesta aún más contundente:
El Litoral: —¿Puede ser que el equipo dependa tanto de un jugador y desmejore así su rendimiento
Interlocutor: —Nos resistimos a creerlo.
El Litoral: —Y pensando en el clásico, ¿qué creen?, ¿hay que insistir con un punta como Núñez?, ¿cambiar por un media punta como el Droopy o intentar con otra clase de volante?
Interlocutor: —Es que Gamba va a jugar el clásico.
El Litoral: —¿Cómo?, ¿tan seguro está?
Interlocutor: —Lucas ya quería jugar el partido con Estudiantes, dice que se siente bien, que se va a vendar si es necesario y que quiere estar.
El Litoral: —Pero los tiempos parecen no ser los oportunos...
Interlocutor: —Eso podrán decirlo los médicos, pero si me preguntás a mí, te digo que Gamba juega el clásico.
En la intimidad, muchos piensan que puede tratarse de una “locura”, pero nadie se anima hoy a descartar de plano la presencia del jugador —como en teoría debería esperarse teniendo en cuenta los tiempos normales de recuperación de una doble fractura— al punto tal que el entrenador y varios de los que viven la intimidad del plantel, comienzan a pensar en que esa “locura” puede convertirse en algo real y tangible: que Lucas Gamba juegue el clásico 22 días después de haber sido fracturado por la impetuosa y vehemente acción del colombiano Cabezas en el encuentro ante Rosario Central en el Gigante.
Siempre se dijo, en estos casos, que el elemento determinante es el dolor. Al parecer, Gamba no lo ha sentido y por eso comenzó rápidamente a moverse desde lo físico, sin entrar en el roce habitual de un entrenamiento de fútbol. Es posible que en esta semana se lo exija de otra manera, apuntando más a esas circunstancias propias del juego que podrían complicarlo teniendo en cuenta las características de la lesión.
“Esto depende de dos factores fundamentales: uno es el cuerpo médico, que es el que está evaluando su recuperación; y el otro, el propio jugador. Si 48 horas antes del partido referencia algún dolor, va a ser muy difícil que pueda jugar. Claro que hay una tercera pata, por así decirlo, que es el cuerpo técnico. Pero el profesor Lisanti lo conoce muy bien y Gamba es un jugador que siempre está diez puntos desde lo físico. En cuanto a Madelón, se cae de maduro cuál es su opinión y qué significa para el funcionamiento de su equipo”, es lo que comentan los allegados en Unión.
En conclusión: las posibilidades de que Lucas Gamba juegue el domingo son muy superiores a las que se tenía desde el momento en que sufrió la lesión. El Litoral, por ejemplo, comentó en varios artículos que fue bastante parecida a la que sufrió Matías Donnet en 2009. Esa vez, Matías estuvo afuera del equipo 28 días y no fue una fractura sino una fisura. Acá se cumplirán 22 días desde el momento en que se lesionó hasta el partido clásico del domingo que viene a las 19.15 en el 15 de Abril. Sin dudas que, dentro de este mal pasaje futbolístico y de resultados que está teniendo el equipo, esta noticia de Gamba es lo mejor que le ha pasado en los últimos tiempos.
La idea de Madelón es trabajar a puertas cerradas —aparentemente será así toda la semana— y el único que tendría contacto con la prensa sería el propio DT ya que el jueves se llevará a cabo una conferencia de los dos entrenadores (Madelón y Domínguez) organizada por la Súper Liga.
Más allá de lo de Gamba, el resto de los jugadores está en buenas condiciones desde lo físico más allá de algún golpe propio del partido del viernes y, de ser así con Gamba, todos estarán a disposición del entrenador. ¿Volverá la formación base en el clásico?
Un tatengue “defensor”
En un diario de Barcelona, España, se publicó una información que dio cuenta de un episodio de violencia ocurrido en la zona de la Barceloneta, en la ciudad catalana.
Un argentino caminaba con una bandera de nuestro país cuando fue abordado por tres individuos de nacionalidad inglesa. “Pero se equivocaron de hincha”, señala el artículo, ya que Pablo Lanfranchi, presidente de la peña Sangre Tatengue, boxeador amateur, los redujo frustrando el intento de robo. Los tres ingleses terminaron en un Hospital de la mencionada ciudad catalana.