El Litoral
"Es demencial. Si queremos construir, hay que elegir a una persona que esté en España, que no esté en la cárcel", aseguró el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, sobre los planes de los secesionistas.
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La minoritaria Candidatura de Unidad Popular (CUP) dio marcha atrás y no obligará a sus aliados soberanistas a votar hoy en el Parlamento regional para ratificar la declaración unilateral de independencia de Cataluña, junto con la legitimación de Carles Puigdemont como candidato a la reelección.
Los anticapitalistas cedieron ante Junts per Catalunya, el grupo de Puigdemont, y suavizaron su postura después de que la Fiscalía advirtió que actuaría contra la Mesa del Parlamento catalán -órgano directivo-, si no desistía de tramitar su iniciativa -una enmienda parlamentaria- que vulneraba la ley.
Los tecnicismos parlamentarios en torno al cambio de posición de la CUP y los recursos presentados por los grupos opositores llevaron a que la sesión plenaria del Parlamento catalán, que debía empezar a las 10 hora local (6 de Argentina), se retrasara más de una hora y comenzara con sobresaltos por la falta de claridad sobre lo ocurrido.
Ciudadanos, la principal fuerza opositora, intentó evitar que empezara el debate al argumentar que no conocía qué era lo que se iba a votar como propuesta de los independentistas. Finalmente, el presidente del Parlamento catalán, Roger Torrent, explicó que la enmienda de la CUP se admitió a trámite pero no se votará, porque los grupos independentistas validará otro texto pactado.
La sesión fue convocada a pedido de toda la oposición -desde la izquierda a la derecha no nacionalista- después de más de un mes de parálisis institucional a raíz del aplazamiento de la investidura de Puigdemont, quien se encuentra en Bélgica prófugo de la Justicia, y al que el Tribunal Constitucional negó la posibilidad de ser elegido a distancia.
Sin embargo, los independentistas, que tienen mayoría, utilizarán el debate para aprobar una resolución que reivindicará el derecho del líder secesionista Carles Puigdemont a ser reelegido al frente del gobierno regional, además de la validez del referéndum el 1 de octubre del año pasado.
La CUP, cuyo apoyo es indispensable para formar un gobierno de mayoría independentista, creía que la propuesta de Junts per Catalunya era muy tímida, de ahí que pretendía forzar a sus aliados a ratificar la declaración unilateral de independencia del 27 de octubre del año pasado.
Además, los anticapitalistas se habían mostrado reacios al plan que ultiman Junts per Catalunya y Esquerra Republicana (ERC), que pretende mantener a Puigdemont como presidente en el exilio y, a la vez, investir al activista preso Jordi Sánchez al frente de un gobierno efectivo en Cataluña.
En ese sentido, Carles Riera, vocero de la CUP, advirtió que su partido sólo apoyaría a un presidente que se comprometiera con la República.
El cambio de posición de hoy de la CUP, no obstante, despeja el camino para el plan del bloque secesionista.
A pesar de ello, la incógnita sigue siendo si Sánchez podrá ser investido Presidente, ya que se encuentra en prisión imputado por delitos de sedición en relación con el frustrado proceso de secesión del año pasado; y el Tribunal Supremo le negó en reiteradas ocasiones la excarcelación argumentando un riesgo de reiteración delictiva.
"Es demencial. Si queremos construir, hay que elegir a una persona que esté en España, que no esté en la cárcel. Hay que elegir un presidente que no tenga problemas con la justicia", aseguró hoy el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, sobre los planes de los secesionistas.
"Sería un error mayúsculo dar un mensaje de que quieren seguir con el enfrentamiento", subrayó Rajoy en entrevista con el canal Tele5, en una nueva jornada que marcará el futuro de Cataluña y del conflicto secesionista de la norteña región de España.