El Litoral
Después de Gamba —en las costillas— llega esto del marcador de punta, en uno de los dedos de su pie derecho. Madelón pierde por algunos partidos el flanco derecho titular.
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El escueto informe del doctor Calvo, médico del plantel profesional, informó que “el jugador Damián Martínez muestra fractura de la primera falange en el segundo dedo del pie derecho. Inicia proceso de recuperación”. De esta manera, se confirmó lo que todos presumían el sábado mismo, cuando un tremendo pisotón lo dejó afuera del partido a los pocos minutos de iniciado el mismo y pese al esfuerzo que hizo el defensor rojiblanco por continuar jugando.
De tal forma, hay que pensar en un equipo sin Martínez por varios partidos, aunque es difícil predecir cuántos serán. Algunos hablan de 40 días, pero después de la “experiencia Gamba”, puede ocurrir que el tiempo de recuperación sea inferior. Se trata del pie derecho, que además es el más hábil para jugar y patear, con lo cuál habrá que tener paciencia e ir esperando el día a día de la evolución para ver cuándo podrá volver a estar a las órdenes de Madelón.
Se han dado, en estos últimos tiempos, tres lesiones que modifican cosas en el equipo. La primera fue la de Gamba, que se quedó afuera en los partidos con Arsenal y Estudiantes, volviendo más rápido que lo esperado para estar en el clásico. Su recuperación ha sido muy buena, se trabajó mucho sobre el físico del jugador, protegiéndolo y haciendo todo el esfuerzo, desde lo médico, más las ganas que en todo momento manifestó el jugador, por ejemplo queriendo estar ya en el partido con Estudiantes, aunque se prefirió esperar una semana más y “prepararlo” para el clásico. Los hechos le dieron la razón a todos: tanto el clásico como el partido del sábado ante San Lorenzo, lo jugó sin problemas.
Ahora surgieron dos problemas más y en el mismo lugar: el flanco derecho. En el clásico se desgarró Zabala y el sábado se fracturó Martínez. Contra San Lorenzo, el reemplazante de Zabala fue De Iriondo, con Mauro Pittón cumpliendo la función del uruguayo por derecha. Seguramente, Brian Blasi tendrá otra vez la ocasión de jugar, ingresando por Martínez cuando Unión reciba el lunes que viene a Temperley.
A esta altura de la semana se plantea el interrogante respecto de si Madelón repetirá equipo —con el ingreso de Blasi por Martínez, obvio— o si habrá oportunidad para un volante más ofensivo que De Iriondo, teniendo en cuenta las características del rival.
Ante San Lorenzo, el rendimiento de De Iriondo fue bueno y Unión jugó el mejor partido desde aquél del reinicio del torneo, en enero, ante Racing. Por eso, se plantea la gran duda, que quizás no lo sea para el entrenador, respecto de poner a alguien de más juego y llegada o mantener a los que mejoraron la producción colectiva del equipo en el cotejo que se jugó en el Nuevo Gasómetro.
Un tema que volvió a “prender” en Unión
La posición expectante del equipo en la Súper Liga permite pensar en un objetivo a corto plazo de conseguir la clasificación para una copa internacional. En el plantel todos lo piensan, pocos lo dicen por una cuestión de no generar expectativa que luego pueda ser insatisfecha, pero esa es la meta.
Para jugar una competencia internacional, hay que tener un estadio adaptado a las exigencias de Conmebol. Y Unión, en ese aspecto, seguramente tiene que cumplimentar requisitos que son costosos y que hoy no forman parte de las prioridades de los dirigentes por la falta de recursos.
El Litoral reinstaló un tema que, como se dice en el artículo de la víspera, debe ser un tema de permanente discusión entre los unionistas. No sólo pensando en un objetivo a corto plazo, como el de la terminación de la obra del estadio que está inconclusa y en deuda con lo que se le prometió a los socios que aportaron hace varios años para la construcción de la bandeja, sino también en el futuro deportivo que necesita de una infraestructura (predio con canchas para el entrenamiento de las inferiores y el plantel profesional, más lugar de concentración) que hoy el club la tiene “de prestada”.
Este lunes por la noche hubo una reunión de comisión directiva y si bien el tema no formó parte de la agenda, inevitablemente las charlas entre los dirigentes se reavivaron, cosa que nos parece lógica, normal y hasta elogiable si se trata de un motivo de preocupación por el futuro.
El presente, muchas veces obliga a prestarle atención a lo urgente por encima de lo importante. Lo urgente para Unión puede ser el de mantener el estatus deportivo y mantener en cierto nivel de equilibrio las finanzas del club; lo importante es apuntar al crecimiento deportivo e institucional con una infraestructura adecuada que hoy el club no tiene. O que sí la tiene, pero no es propia y eso genera un flujo de recursos para su utilización que podría tener otro destino.
Alguna vez, el presidente Spahn lo planteó con la venta de La Tatenguita. El tema quedó ahí, recibiendo muchos más rechazos que adhesiones. La decisión no es fácil y se entiende. El presidente tendría que explicarlo bien, con lujos de detalles, para que el socio pueda evaluarlo antes de una asamblea que trate de lleno el tema para su aprobación. Hay componentes sentimentales que se comprenden. Pero también hay una necesidad que va más allá y resulta escencial para el crecimiento del club.