Danilo Chiapello | [email protected]
La víctima es un joven de 21 años. Fue ejecutado en la esquina de Azcuénaga y Rivadavia. No hay detenidos
Danilo Chiapello | [email protected]
La corta vida de Marcelo Daniel Gutiérrez (21) terminó anoche en una oscura esquina de Guadalupe Oeste.
Lo último que se supo de él es que un rato antes de las medianoche, estuvo conversando con un amigo frente a la casa de un familiar, en Azcuénaga y Rivadavia. Todo transcurría de manera normal hasta que la tragedia dijo presente, de la mano de un sujeto que apareció caminando por la calle y portando un arma de fuego.
Decidido, el recién llegado encaró a Gutiérrez y lo increpó duramente. La acción provocó la reacción de su amigo que intentó parar la tormenta. Sin embargo una sola frase del agresor bastó para dejarlo fuera de juego: “Quedáte quieto porque no es con vos la bronca”, le dijo.
Acto seguido el malviviente apuntó el cañón de su arma a la cabeza de Gutiérrez y disparó. Fue un solo tiro a quemarropa. Una ejecución.
Cometido el criminal acto su autor se alejó caminando en dirección hacia el norte. Su silueta se desdibujó en la ahora reluciente calle French.
A todo esto el cuerpo de Gutiérrez quedó tendido sobre una vereda de tierra, donde permaneció varios minutos hasta que llegaron los primeros policías.
Un rato después arribó al lugar una ambulancia. El personal realizó algunas maniobras de resucitación, las que fueron en vano. El muchacho ya estaba fallecido.
Miseria y muerte
El fin de Marcelo Gutiérrez comenzó a gestarse tiempo atrás, cuando decidió hacerle frente a un grupo de tenebrosos.
En rigor fueron éstos últimos quienes primero comenzaron a hostigar al padre de Gutiérrez, a quien le mataron un caballo, el que era utilizado para tareas de cirujeo.
No conformes con lo hecho hasta allí, los mismos rufianes pusieron luego en la mira al hijo de este hombre (Marcelo) a quien le robaron una yegua.
Lejos de darse por vencido, Marcelo fue en busca del equino y logró recuperarlo en una acción que por poco le cuesta la vida ya que lo tirotearon.
Pero la historia no terminó allí, porque ese episodio fue tomado como una afrenta por los malvivientes que juraron tomar represalias.
El caso ahora está siendo ahora trabajado por agentes de la PDI bajo la supervisión del fiscal de Homicidios, doctor Andrés Marchi, quienes procuran dar con el autor del crimen.