Gastón Neffen
En pleno siglo XXI, cuentan que todavía hay bares y parques en los que no se “bancan” que se den besos y les piden que “limiten” las demostraciones de afecto.
Gastón Neffen
Twitter: @gneffen
Santa Fe todavía es una ciudad en la que los prejuicios oprimen. Hoy lo dicen las lesbianas, con el lema: “El problema de la heteronorma es que no se ve”, en el marco del Día de la Visibilidad Lésbica. Puede parecer un concepto abstracto. No lo es. Lo enfrentan en primera persona en los colegios que enseñan que la única relación “normal” es entre un varón y una mujer, lo padecen cuando las echan de los bares de la ciudad por darse un beso o cuando una madre se les acerca en un parque para pedir que “limiten” las demostraciones de afecto porque hay chicos.
Día de la visibilidad lésbica en el Parque Federal
Son todas cosas que pasan en Santa Fe y lo que quieren visibilizar es el relato que las sostiene: la heteronorma. En una entrevista con El Litoral, Úrsula Ortíz, integrante de la Agrupación Privada Lesbo Feminista —una de las 80 asociaciones que integran la Mesa Ni una Menos Santa Fe— recuerda que es un concepto que se fue construyendo en las décadas del 80’ y 90’ para definir un discurso social, político y cultural —también religioso— que impone la heteroxexualidad como el único modelo válido de relación, bajo el eje de que solo las relaciones sexuales entre varones y mujeres son “normales”. Es un relato que discrimina, invisibiliza y suele ridiculizar otras identidades sexuales y de género.
Es un discurso que oprime a todas las personas con una identidad sexual distinta a la que establece como “normal”. La batalla cultural contra la heteronorma empieza en cada familia y luego en la escuela. “Si en el colegio se enseña como normal solo la relación heterosexual se alienta la discriminación”, insiste Ortíz.
Es el mismo principio —que aún es necesario confrontar— que después lleva a una madre a pedirle a dos lesbianas que no se den besos en la costanera, el que hace que se sientan observadas cuando se toman de la mano caminando por bulevar y el que las hace dudar de hablar en forma abierta de su identidad en su ambiente de trabajo.
“Entre las lesbianas hay como mínimo dos corrientes. Hay algunas que se sienten mujeres y otras que no se ven reflejadas en esa idea, y que plantean que su identidad es diferente y se definen como lesbianas”, explica. Las que suelen sufrir más el rigor de la heteronorma son estás últimas: “Las que se las nota”, ironiza Ortíz.
En la Argentina se dio un paso importante con la Ley de Matrimonio Igualitario —reconoce—, aunque cuando ella se casó —fue de las primeras— le tuvieron que agregar la letra “a” con birome a la palabra señor, que ya venía impresa en la libreta.
El marco legal actual permite acceder a la obra social de la pareja, a las pensiones y a las coberturas de la Ley de Reproducción Médicamente Asistida. Claro que en la práctica, Ortíz cuenta que las cosas no son tan sencillas porque hay mucho que aprender en cuanto a la maternidad lésbica, sobre todo si incluye tratamientos de fertilidad.
Hoy les toca a las lesbianas visibilizar los prejuicios que oprimen —no solo a ellas, sino a toda la sociedad—, pero mañana siguen todas las mujeres (8M) y el 18 de marzo la va a hacer la comunidad trans, una de las identidades de género más vulnerables, porque les cuesta muchísimo conseguir trabajo, son víctimas de crímenes de odio y la expectativa de vida es casi la mitad del promedio. En Buenos Aires, un estudio del Ministerio Público de la Defensa (2016) estableció que la expectativa de vida de una persona trans apenas llega a los 40 años.
Talleres sobre maltrato y maternidad en el Parque Federal
“El problema de la heteronorma es que no se ve. Este 7 de marzo nos encontramos en el Parque Federal a partir de las 17. Entre tambores, poesía, fútbol y otras promesas. Porque en un mundo que odia a las mujeres, amarnos es revolucionario”. Así dice el audio de WhatsApp que invita a participar de los eventos que se van a realizar en el Parque Federal, en el Día de la Visibilidad Lésbica.
Desde las 17 y hasta las 22, se realizarán talleres de socialización, que abordarán temas como el maltrato y la violencia en parejas de lesbianas, la maternidad lésbica y la profundización de políticas represivas contra lesbianas, gays, bisexuales y trans. También se desarrollarán intervenciones artísticas, proyecciones audiovisuales y un partido de fútbol feminista, entre otras actividades.
¿Por qué se conmemora?
El 7 de marzo se estableció como Día de la Visibilidad Lésbica por el asesinato de Natalia “Pepa” Gaitán, una cordobesa de 27 años que fue acribillada a escopetazos por el padrastro de su novia. El crimen se transformó en un caso testigo sobre discriminación y violencia por la orientación sexual.