El Litoral
Así lo informó el Banco Central del país.
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Télam
El Banco Central de Venezuela (BCV) informó este miércoles que convalidó una devaluación mensual del bolívar de alrededor de 60 por ciento en la última subasta de divisas, el único mercado oficial de cambios que existe en el país y es rígidamente controlado por el gobierno.
En la cuarta subasta desde que se reestructuró el sistema cambiario oficial a fines de enero pasado, el dólar se cotizó a un promedio de 40.032 bolívares, lo que representa un aumento de 59,78 por ciento con respecto al primer concurso, celebrado el 7 de febrero pasado.
Asimismo, el euro trepó a 49.656 bolívares, con un alza de 60,24 por ciento en relación con la subasta de hace un mes, según consignó la agencia de noticias EFE.
De todos modos, dado lo restringido del acceso de personas jurídicas y físicas a la compra de divisas, el dólar en el mercado paralelo se cotizó hoy cinco veces más caro que en el segmento oficial, a 205.899 bolívares, según reportó el sitio web especializado Dólar Today.
Venezuela, que normalmente debe importar entre 60 y 70 por ciento de lo que consume, tiene un rígido control cambiario desde 2003, que en algunas épocas funcionó con una tasa única fija y en otros momentos fue desdoblado, con un tipo fijo y uno o incluso dos flotantes, pero siempre con la oferta de divisas monopolizada por el gobierno.
La última reforma al mercado oficial de cambios fue dispuesta el 29 de enero pasado, cuando se eliminó el tipo fijo de 10 bolívares por dólar que se utilizaba únicamente para la importación de alimentos y medicamentos.
Desde entonces quedó únicamente el tipo de cambio flotante derivado de subastas que el BCV realiza con frecuencia irregular.
La existencia del control cambiario provocó una progresiva escasez de divisas que causó desabastecimiento de productos de consumo e insumos industriales y hospitalarios, e inflación.
La situación se profundizó en 2013, tras el fallecimiento del presidente Hugo Chávez y su reemplazo por el actual mandatario, Nicolás Maduro, y derivó en la actual crisis de salud y alimentación, y en la reciente caída del país en hiperinflación.