Redacción de El Litoral
“La situación fue dramática porque ella no reaccionaba a nada e incluso no tenía pulso", contó el oficial de policía William Adrián Paez.
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“Volver a ver a ese padre caminando de la mano con su hijita... eso me daría felicidad. Saber que esa niña esta viva gracias a mi intervención”, dice con visible orgullo el oficial de policía William Adrián Paez.
Las palabras de Paez se refieren a lo que pasó el martes al mediodía cuando debió devolver a la vida a una beba que había caído a una zanja, en 12 de Infantería al 3500.
Aquella jornada, el oficial se encontraba de franco cuando le avisaron que una criatura se había ahogado en el sitio mencionado.
* “Cuando llego al lugar veo al padre con una criatura en brazos y yo se la pido para que no la traslade porque me di cuenta que había que actuar de forma urgente. De inmediato, me pongo a hacer las maniobras de reanimación durante 5 minutos aproximadamente, hasta que me doy cuenta de que la nena reacciona y comienza a respirar por sus propios medios. En eso, veo que llega el móvil policial y se la entrego a mis compañeros. Suben los padres al patrullero y se dirigen al hospital”, narró hoy el oficial.
Más adelante, comentó que “la situación fue dramática porque ella no reaccionaba a nada e incluso no tenía pulso, por eso me aboqué para que pudiese respirar. Yo sabía que al ser una beba tan chiquita no puede estar tanto tiempo sin oxígeno.
Con respecto al estado de salud de la beba, Paez sostuvo que “hasta el momento es muy poco lo que me enteré. Sé que quedó internada en terapia, en observación. Me comentaron que está entubada y no he tenido contacto con los padres”.
Paez tiene 11 años de antigüedad en la fuerza policial y actualmente se desempeña en la Agrupación de Buzos Tácticos.
No es la primera vez que este oficial interviene en situaciones extremas.
“En el 2010, tuve una circunstancia parecida en Playa Este, con un hombre que había sufrido un infarto. Aquella vez también apliqué el RCP (Reanimación cardiopulmonar) y logró salir adelante. Estos conocimientos los adquirí en el curso de guardavidas que hice en el 1999. Además, cuando hicimos el curso de buceo nos llevaron a la cárcel de Las Flores a hacer un curso de RCP”, explicó.
Por último, narró que tras el salvataje de la beba “recibí felicitaciones de varias personas. Pero lo más importante es que la nena se pudo reanimar. Ahora, hay que rezar para se recupere plenamente. Porque la mayor alegría para mí es poder volver a ese padre caminar con su hija de la mano. Eso para mí sería sentirme bien. Saber que le pude salvar la vida”, culminó.