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El gobierno hará el anuncio mañana en el acto por los 42 años del Golpe. Trasladarán allí la secretaría de Derechos Humanos y el Archivo, y se creará un Centro Territorial de Denuncias. Trabajo en conjunto con Innovación y Cultura.
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La sede de la comisaría 4°, ubicada en Zavalla y Tucumán de esta ciudad, se convertirá en un Espacio de la Memoria. No va a ser de un día para el otro, sino en forma progresiva cuando comiencen a trasladarse a ese lugar la Secretaría de Derechos Humanos y el Archivo Provincial de la Memoria -formalizado por ley 13.528/2016-, y se concrete la creación de un ámbito que permita recordar y reactualizar una historia reciente: la que hace más de cuatro décadas, en plena dictadura cívico militar, convirtió a ese edificio en un centro clandestino de detenciones.
El anuncio será realizado mañana al mediodía en el acto central del Día Nacional de la Memoria, la Verdad y la Justicia, a 42 años del golpe de 1976.
“Creemos que es el momento de hacerlo ante el recrudecimiento de algunas políticas a nivel nacional que muestran lo contrario -advirtió Publio Molinas, subsecretario de Derechos Humanos-. Porque para la lucha de algunos organismos y de mucha gente que milita, ese espacio es muy simbólico”, tanto que de allí surgieron más de 400 testimonios de la causa Brusa.
“Más que un museo"
El proyecto para la Cuarta involucra a varios ministerios y trasciende a la figura de un museo. “Venimos trabajando desde hace tiempo con Seguridad y con Cultura”, en particular con María de los Ángeles ‘Chiqui’ González “que es una referente en la recuperación de espacios, para generar un proyecto que resignifique ese lugar donde se vulneraron derechos en la época de la dictadura”. Además de la propuesta para el edificio en sí, se trabaja en el espacio lindante donde actualmente existe un tinglado que funciona como cochera; allí será erigido un espacio donde se sumará al trabajo de Derechos Humanos y Cultura, el ministerio de Educación. “Creemos que así como los contingentes de estudiantes visitan la Casa de Gobierno o los museos, podrían conocer el Espacio de la Memoria, el primero que tendrá la ciudad”, confió Molinas.
Testimonio vivo
Con las autoridades y los arquitectos que integran el cuerpo de Cultura se recorrieron las instalaciones en varias oportunidades, la última hace algunas semanas pero esta vez en compañía de sobrevivientes. “Fue una experiencia muy fuerte”, reconoce José Luis de Iriondo, asesor legal y técnico de la secretaría. “Las personas que nos acompañaron reconocían olores, relieves, paredes, ruidos, recordaban la presencia cercana de un teléfono público, de la escuela”. Todos estos detalles son los que se quieren resignificar a través de la obra que se anunciará mañana.
“La idea -completa Molinas- es recuperar esos testimonios en un espacio dinámico e interactivo, que traiga al presente ese testimonio vivo e invite a la participación”. “Pero también que tengan presencia los derechos humanos en su concepción actual, como patrimonio de toda la humanidad a través del juego, el arte, la cultura, la educación y la convivencia ciudadana”.
Seguridad
Además del objetivo que le fue asignado por ley, en esa esquina de barrio Roma funcionará un Centro Territorial de Denuncias (CDT), con funciones similares a una comisaría, pero con algunas características novedosas: “Las denuncias serán recibidas por personal civil, abogadas o abogados, mediante un convenio con el colegio que los nuclea”. En el mismo lugar se hará constatación de lesiones, tarea que estará a cargo de médicas y médicos civiles (no de la fuerza policial), a través de otro convenio similar con ese cuerpo de profesionales. A la vez se espera trabajar en simultáneo con el Ministerio Público de la Acusación, y garantizar una comunicación inmediata en tiempo real con los fiscales.
“La denuncia del vecino, recibida con la debida profesionalidad, se pone inmediatamente en conocimiento de la Justicia para actuar con celeridad”, aclaró Molinas a este diario y también a los pobladores de la zona con los que se reunió el martes por la tarde en la vecinal Parque Garay y que expresaron su preocupación por la nueva impronta que tendrá la comisaría. “En la zona está la subcomisaría 2° de barrio Roma a la que se le va a dar un carácter más fuerte y surgió la decisión de reconvertir el destacamento que funciona en el Parque Garay como un lugar de intervención policial”.
Para Molinas, “la seguridad está garantizada en el barrio, no tiene nada que ver que la comisaría cambie de forma. Estoy convencido de que hoy un policía o una policía es más útil en la calle y patrullando que detrás de un escritorio”.
En cuanto a los plazos para que todo esto se concrete, el funcionario confió en que durante un año, de manera progresiva, se realicen los traslados y se ponga en marcha el CTD. “Queremos que el año que viene, antes de que termine la actual gestión del gobernador Miguel Lifschitz, ya esté en marcha la construcción del edificio lindante”.
“Esta es una decisión tomada”, insistió de Iriondo. “Este proyecto se desarrolla en el contexto de un programa general de recuperación de espacios para la memoria y defensa de los derechos humanos, y de una política pública sostenida en el tiempo con un fuerte compromiso que va de la mano de la decisión de ser querellante y tener una actitud proactiva en los juicios por causas de lesa humanidad”.
Por esa comisaría pasaron más de 400 testimonios de la causa Brusa. Ya la había recorrido como militante, pero saber que se va a resignificar el espacio, es mucho más conmovedor y movilizante. Sobre todo cuando se piensa en transmitir a las nuevas generaciones ese relato, desde lo cultural, lo artístico y lo educativo”.
Publio Molinas. Subsecretario de Derechos Humanos de la provincia.
Cuatro sitios
Además de la Comisaría 4° están comprendidos en la ley 13.528 otros tres espacios que operaron en la provincia como centros clandestinos de detenciones. La Quinta de Funes, La Calamita (en Granadero Baigorria) y el ex Batallón 121 (en el sur de Rosario). Para todos existen proyectos con mayor o menor grado de avance.
En la quinta ubicada en la localidad de Funes, se concretó la expropiación y también se interviene con el ministerio de Cultura para generar un proyecto integral con el concepto de “una universidad de todas las cosas”. El objetivo es contar con “un espacio público, libre de alambrados y donde la gente pueda disfrutar de distintas intervenciones”.
El predio de la Calamita presenta “un deterioro muy grande”, pero, luego de su recuperación, se espera aunar un proyecto con Desarrollo Social, Aprecod y el programa Nueva Oportunidad para trabajar junto a jóvenes con problemas de adicciones.
Para el espacio del ex Batallón 121, se planea un polo tecnológico que combine actividades con las que se prevén para la Quinta de Funes, donde además se realice capacitación en derechos y debates políticos, entre otras actividades.